Es pertinente preguntarse qué es la ironía cuando la empleamos regularmente sin tener certeza de su definición. La ironía es un caso de burla que consiste en expresar un reconocimiento o valoración que no corresponde a lo que a todas luces se piensa o se siente. Como se ve, implica siempre un trabajo más o menos destacado de la inteligencia racional.
Puede variar mucho en el grado de disimulo, finura u obviedad, así como en el grado de complejidad intelectual. Depende de un determinado contexto para el cual se prepara o en el cual se improvisa. La intención de ironizar suele evidenciarse —cuando es oral— en el tono, pero puede también disimularse tras un tono neutro. En cualquier caso, si provoca la sonrisa de terceros es porque estos cuentan con determinada referencia o información que subyace a la ironía empleada, y ello establece una cierta complicidad.
"Cuando más dura la ironía, menos enérgico tendrá que ser el modo en que se lo diga."
Raymond Chandler
Hasta aquí es la definición de ironía que elaboramos junto al colega Aramís Quintero en el libro Bienaventurados los que ríen, publicado por Humor Sapiens Ediciones.
Pero nos gustaría profundizar un poco más, con el objetivo de dejar bien en claro qué es la ironía, por su importancia dentro del estudio del humor y más allá, dentro de las relaciones humanas.
Comenzamos con la aclaración de que si estudiamos aquí la ironía es porque está dentro de la categoría de humor. Por lo tanto, ésta debe ser creada con el objetivo de hacer reír. Evidentemente, debemos ubicarla en el universo de la burla. Decimos esto, porque existe una ironía dramática, usada hasta en las tragedias, o también la llamada ironía socrática, que no estudiaremos aquí, ya que el objetivo final no es provocar la risa.
Por otra parte, la fama negativa que tiene la ironía se debe a que deambula en la delgada línea entre la risa y la ofensa. La burla irónica puede hacer reír a la víctima si no es tan virulenta. Sólo cuando la víctima comienza a sufrir o a molestarse se producen las risas insanas.
La ironía depende mucho de la calidad y complejidad de la elaboración con que se concibe. Por ello es que se relaciona tanto con la inteligencia, mucho más que otros formatos de burlas.
Francisco de Quevedo en su poesía hizo uso de la ironía.
Sin dudas, mientras más información se tenga, mientras más cultura, más conocimientos, tanto en el creador como en los cómplices, se puede crear una ironía que produzca más sonrisas. Si la víctima carece de información no se dará cuenta que esta siendo burlada.
Históricamente se ha tergiversado mucho el concepto de ironía y a nivel popular se usa como una simple burla, llegando incluso a perder la característica en su significado de ser lo contrario de lo que se expresa. Se le confunde con simples incongruencias y hasta con el concepto de ilógico. Por ejemplo, hemos visto cómo se califica la frase "El río corre, pero no tiene pies" de ironía, cuando no se relaciona en nada con el verdadero significado. Otras veces se le asocia como algo muy bajo, o agresivo, usándose solo para herir o humillar.
Es frecuente escuchar o leer frases como: "la ironía del destino", "la ironía de la vida", etc. Por ejemplo, si uno ha querido algo toda la vida y nunca lo ha logrado y de repente lo consigue casi al final de su vida, eso se considera "ironía", ¿pero eso produce risa o sonrisa? Claro que no. Incluso produce lo opuesto, lástima, tristeza o hasta enojo. Por lo tanto llamarle ironía no sería apropiado. Claramente no emprenderemos la cándida tarea de cambiar o rectificar el lenguaje popular, sin embargo, sí nos sirve para entender el concepto en su estudio dentro del humor.
Debemos también tener presente, analizando cada concepto de la teoría del humor, que la ironía, si se produce con mucha carga de burla, es muy fácil que se convierta en sarcasmo. Y por otro lado, si la comparamos con la parodia, vemos que es todo lo contrario en cuanto a forma, porque la parodia se burla directamente de la víctima, de frente y sin rodeos.
Ejemplos de ironías en la vida cotidiana:
- Te lo comiste todo, ¡para variar! (Siempre se lo come todo).
- Una de las virtudes que más me gusta de ti es la puntualidad. (Llegando tarde).
- ¡Qué peinado más lindo traes! (Se apareció despeinado).
- ¡Qué dura es la vida! (A alguien que está sin hacer nada, o de vacaciones, etc.).
- ¡Si no me lo dices no me doy cuenta! (Respuesta a una cosa muy obvia).