
Un estudio de la Universidad Médica de Viena encontró que las personas que disfrutan del humor negro tienden a tener una mayor inteligencia verbal y no verbal, y menos agresividad.
Dirigido por Ulrike Willinger, el estudio evaluó el coeficiente intelectual, el estado de ánimo y la apreciación del humor en 156 participantes.
Aquellos que mejor entendían los chistes oscuros tenían los IQ más altos y eran los menos agresivos, lo que respalda la teoría del humor de Freud de 1905.
"Crear, pensar y vivir con humor".