Risa y bebé
En la Antigua Grecia, Aristóteles sostenía que el bebé no es persona hasta que ríe; hasta que eso ocurra, el recién nacido es un ser no muy distinto a cualquier otro cachorro mamífero.
En la Antigua Grecia, Aristóteles sostenía que el bebé no es persona hasta que ríe; hasta que eso ocurra, el recién nacido es un ser no muy distinto a cualquier otro cachorro mamífero.
Un reconocido antropólogo que estudiaba a los pigmeos se impresionó por el modo en que caían al suelo, cuando eran presas de un ataque de risa sana.
Los paranoicos son incapaces de reírse de sí mismos o de sus debilidades.
Para que la cara exprese la risa sólo necesitamos que se pongan a trabajar el risorio de Santorini, el cigomático mayor y el elevador del ángulo de la boca.
Resulta casi imposible que un adulto regañe a un niño si se ha reído primero con lo que ha hecho.
La risa se relaciona a veces con otros fenómenos vinculados con el diafragma.
Ejemplo: a veces se ve sucedida por hipos y toses.
A veces, las personas que se acuestan tarde, a una hora no acostumbrada, se ponen excesivamente risueños.
Las observaciones o incidentes que hubieran parecido divertidos a las cuatro de la tarde, provocan una gran hilaridad a la una de la madrugada, y todo el mundo se ríe de cosas estúpidas.
Cuando una persona comienza a mentir o es pillada en una mentira, o en alguna maldad, o en algo “malo” en general, sonríe o incluso estalla en carcajadas.