Humores visuales: Bernard Chevalier y "Los ángeles guardianes" de los museos

Francisco Puñal Suárez
Periodista, fotógrafo, estudioso y promotor del humor.
Bernard Chevalier

Una visita a un museo, cualquiera que sea su especialidad, ya sea artístico, científico, deportivo, etc. con sus dependencias destinadas a la exposición, convenientemente ordenada, siempre es una experiencia cultural importante que nos enriquece como seres humanos.

Para los especialistas sus funciones fundamentales son cinco: “coleccionar, conservar, investigar, difundir y educar. Cada una de estas funciones da origen a un área de atención específica que supone un personal especializado en el cumplimiento de esa función”.

Y precisamente en el artículo de hoy quiero destacar la mirada fotográfica del francés Bernard Chevalier, con una destacada trayectoria artística, que, en uno de sus muchos trabajos, se detiene en lo que él llama “Los ángeles guardianes”, o sea los cuidadores de las salas de los museos, con imágenes que captan diversas actitudes de este personal, y que en varias ellas sobresale la sorpresa y el humor. Y estos aspectos gráficos, son lo que nos interesa destacar dado el carácter del Boletín Humor Sapiens.

Ya habíamos disfrutado de sus imágenes callejeras en las que se fijó en los momentos de descanso de los trabajadores , o simplemente de los transeúntes y turistas que se toman un breve respiro en su caminar diario por la ciudad. En esas fotos que captaron las pausas de las personas, ya demostraba su capacidad para captar instantes de la vida metropolitana, de una forma inteligente.

Sobre su colección “Los ángeles guardianes”, Bernard Chevalier ha expresado lo siguiente: “Condición extraña la de un cuidador de museo: ser exhibido sin ser mirado, y mucho menos reconocido. Frente a esta inexistencia casi ontológica, apenas perturbado por algunas preguntas de los visitantes o llamadas al pedido, todos lo hacen lo mejor que pueden. Algunos permanecen fijos en su silla: con la mirada fija, parecen estar en otra parte, como en la meditación zen. Otros se mueven lenta y distraídamente por la habitación, literalmente inactivos, bajo la atenta mirada de los maestros. ¿Sus pensamientos, sus sueños, se alimentan de las obras que tienen a su cargo? Nada es menos seguro. Más bien, creo que han dominado el arte de pasar el tiempo sin enfocarse en un objeto sino pasar de uno a otro, de forma ligera, flotante. Negando la desgracia según Pascal, estos artistas de la nada, saben "permanecer en reposo". Es esta profesión singular - iba a decir performance - la que buscan plasmar mis imágenes. Silenciosos, transparentes y protectores, los guardianes de los museos también son ángeles”.

Bernard Cehevalier formó parte del Club 30 x 40, una asociación fotográfica parisina creada en 1952 por Roger Doloy, que terminó sus actividades y se disolvió en 1998. Sus miembros se reunían cada jueves para discutir sobre las exposiciones fotográficas realizadas y por realizar, a continuación los miembros del grupo acompañados de sus invitados presentaban sus trabajos y seguidamente se hacía una valoración de los mismos. Este club tenía un gran prestigio y los grandes fotógrafos a su paso por París asistían al mismo. Casi todas las semanas se presentaba el trabajo de un reconocido fotógrafo europeo o americano en la reunión, entre otros estuvieron Man Ray, Jeanloup Sieff, Brassai, Harry Callahan, George Rousse, etc. Muchos fotógrafos profesionales han reconocido la influencia de estas reuniones en el desarrollo de su carrera.

 

Bernard Chevalier
©Bernard Chevalier

 

Bernard Chevalier
©Bernard Chevalier

 

Bernard Chevalier
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Bernard Chevalier
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Bernard Chevalier
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Copyright © Francisco Puñal. Publicado en Humor Sapiens con el permiso de su autor. Reservados todos los derechos.