Desde los orígenes de la gelotología, investigadores notaron efectos fisiológicos de la risa. El psiquiatra William F. Fry, de Stanford, tomó muestras mientras miraba comedia y concluyó que reír cambia parámetros inmunológicos.
Hoy, la evidencia respalda que los beneficios de la risa trascienden lo emocional hacia la salud física.
Qué muestran las investigaciones sobre la risa
El cardiólogo Michael Miller destaca efectos en el corazón y recomienda equilibrio entre ejercicio y humor. Como él dijo: “Como decimos, haz ejercicio al menos de tres a cinco días a la semana. Ríete a carcajadas al menos de dos a cinco días a la semana”. Esa pauta sugiere integrar la risa en la rutina.
La Universidad de Oxford coincide: las endorfinas que libera la risa ayudan a disminuir el dolor y a mejorar el ánimo. La investigadora Sophie Scott afirma que “las neuronas espejo del cerebro captan la risa de otra persona y crean el impulso de realizar lo mismo.” Es un mecanismo social y fisiológico potente.
En 1976 se publicó en The New England Journal of Medicine una observación terapéutica: la risa genuina actuó como anestésico complementario en pacientes con espondilitis anquilosante. Según ese informe, diez minutos de risa real ofrecieron hasta dos horas de alivio nocturno, reforzando la idea de la risa como herramienta clínica.
Mecanismos y recomendaciones sobre la risa
Además, trabajos como el de Takashi Hayashi indican que la risa puede bajar niveles de glucosa en personas con diabetes y ayudar en neuropatía. Investigaciones de M. Buchowski estimaron que reír cien veces equivale a 10-15 minutos en bicicleta estática. Estos datos ilustran algunos beneficios de la risa para el cuerpo.
En el plano inmunológico, reír parecería modular la respuesta inflamatoria y hormonal. Como lo resume National Geographic, la risa “puede reducir la liberación de hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, y aumentar la liberación de endorfinas”. Menos estrés significa mejor sueño, ánimo y, potencialmente, resistencia a ciertas enfermedades.
Especialistas como el psicólogo Robert McGrath proponen combinar ejercicio y humor: su fórmula sugiere 30 minutos de actividad física y unos 15 minutos para el humor diario. Esa combinación, dicen, equilibra lo emocional y lo físico y refuerza la idea de que la risa es una práctica saludable, si se incorpora con regularidad.
(Fuente: la100.cienradios.com).
"Crear, pensar y vivir con humor".