Un interesante estudio publicado en la revista "Humor", destacó que los niños más divertidos o con mejor capacidad humorística, son también más inteligentes.
La prueba se llevó a cabo con 217 estudiantes turcos a los que se les pidió completar una serie de viñetas o caricaturas con diálogos cómicos.
Estos tenían que ser divertidos, pero también relevantes al contexto. Luego, fueron evaluados por una serie de expertos. ¡Los hallazgos son sorprendentes!
Encontraron un paralelismo entre humor e inteligencia. Cuanto más inteligente era un niño, más creativo, divertido, ingenioso y relevante era su diálogo. En otras palabras, la inteligencia fue capaz de explicar el 68 % de la varianza de la capacidad humorística.
Los resultados muestran que una mayor inteligencia se asocia con un mejor sentido del humor en niños. Pero, ¿por qué ocurre esto?, ¿a qué se debe esta asociación? Pues bien, esto se debe a diversos motivos.
Para ser una persona cómica o divertida, es importante poder comprender el humor y también poder generar nuevas ideas, conceptos o asociaciones graciosas y originales. Por esto, entendemos que en el humor influyen una serie de habilidades cognitivas (Christensen et al., 2018).
Se requiere tener un vocabulario amplio (que permita una buena expresión verbal), así como un buen razonamiento abstracto y alta agilidad mental. Esto permite asociar ideas, crear metáforas y generar representaciones mentales ingeniosas y creativas.
"Crear, pensar y vivir con humor".