Abbad se caracterizó por desarrollar un tipo de humor muy fino, muy inteligente, muy clásico, además de tener una prodigiosa voz con la que alternaba sus espectáculos en las década de los 80 y 90, donde brillaba con luz propia. Viajaba frecuentemente a Europa y los Estados Unidos, donde sus performances eran requeridas y aplaudidas por las colonias peruanas y por los extranjeros.
Desde aquí les enviamos nuestras buenas vibras a sus familiares y colegas.
"Crear, pensar y vivir con humor".