Ejercicios de Risoterapia

Selección de 22 ejercicios de risoterapia recomendado por Humor Sapiens.

Muecas en círculos

Nos colocamos en círculo, y el que inicia el juego le pasa al de su derecha la mueca más estrafalaria que se le ocurra, y éste al de al lado, así sucesivamente hasta llegar al primero. Uno por uno vamos realizando la ronda de gestos ridículos y os puedo asegurar que las carcajadas están aseguradas, y como ya se sabe, la risa es contagiosa, y nos produce una borrachera de felicidad.

Panza de almohada

Para hacer en grupo. Todos se acuestan de lado en el piso, recostando su cabeza en el abdomen de un compañero. Se forma una rueda para que todos queden iguales. Uno comienza a reír a carcajadas. Se va transmitiendo la risa por contagio y por sentir cómo se mueven los estómagos al reír.

Risa bailable

Para hacer en grupo. Se baila en pareja una música alegre elegida por el guía, mientras ríen y ríen. Van cambiando de pareja sin dejar de reír.

Toque toque

Para hacer en grupo. Caminar por el salón sin rumbo fijo y sin tropezar, pero tocando los hombros de alguien, mientras ríe a carcajadas. Debe cambiar de persona tocada constantemente, pero nunca quedarse sin tocar el hombro de nadie.

Punta de pie

Para hacer tanto en grupo como solo. Se pone en punta de pie y levante los brazos al mismo tiempo riendo fuerte con la sílaba “JA”. Manténgase así unos segundos y suelte ambos brazos de golpe y pisa normalmente. Repito lo mismo con todas “JE”, “JI”, “JO” y “JU”.

Lonja

Para hacer tanto en grupo como solo. Incline su cuerpo hacia delante, tratando de poner ambas manos abiertas lo más abajo posible. Ojalá tocar el sueño con ellas. Enderésese con los brazos estirados diciendo “looooooon” y cuando lleguen a estar bien vertical, siga el movimiento, pero echando la cabeza también hacia atrás y riendo fuerte con la sílaba “JA”.

Encuentro

Para hacer tanto en grupo como en familia. Escoge a un familiar o amigo y se acerca a él, lo observa como reconociéndolo de otra época, y de pronto le dice “¡Amigo(a)!”, y lo abraza efusivo, diciéndole: “¡Oye, cuánto tiempo!”. Luego lo mira y le dice: “¿Te acuerdas de la fiesta de Fulanito(a)?”, y comienza a reírse como si el recuerdo fuera muy cómico. Se mantiene tocando y abrazando al otro y riéndose sin poder contenerse hasta que el otro esté riéndose también. Conversen un poco inventando recuerdos y se despiden.

Respirar para reír

Para hacer tanto en grupo como solo. uizás en algún momento usted estará bajo estrés, con amargura, o con cualquiera emoción negativa que le inhiba reír o sonreír. El ejercicio es el siguiente: párese firme, con las piernas algo separadas para buscar mejor apoyo; relaje los hombros (encójase de hombros y suelte los brazos varias veces); relaje los músculos de la cara; ponga una sonrisa en su boca (aunque la note muy falsa); cierre los ojos, recuerde alguna situación simpática, graciosa o cómica donde usted haya estado presente. Así, comience a respirar tomando aire profundamente y soltándolo de manera entrecortada. Enseguida cambie y al soltar el aire, hágalo emitiendo la sílaba “ja”, cada vez que expulse. Después cambie y haga lo mismo, pero con “je”, con “ji”, etcétera. Verá cómo comenzará a sentir un nuevo estado de ánimo y la risa ya no la sentirá falsa, al contrario. La razón de ser del ejercicio, es el estudio de las emociones que realizó la psicofisióloga chilena Susana Bloch, que vio que la única forma de “medir” las emociones era a través de la respiración que caracteriza a cada una de ellas. Lo opuesto a reír es llorar y uno en esa situación toma el aire entrecortadamente y lo expulsa de una vez, al revés de la risa, como se señaló en el ejercicio. Por tanto, el proceso que buscamos es el contrario; es decir, lo normal es sentirse triste y logramos respirar como tal; con el ejercicio nos ponemos a respirar como si estuviéramos alegres y logramos estarlo.

Risa casera

Obviamente, para hacer en la casa. Usted, sumergido en las labores diarias de la casa, con los miembros de la familia también haciendo sus cosas, de repente suelte una estruendosa carcajada, aparentemente sin sentido, durante quince segundos y también de súbito cambie a la normalidad de lo que hacía. Ojalá involucrar a los familiares y logre que cuando escuchen la carcajada todos lo imiten.

El espejo

Para hacerlo tanto en grupo como solo. Si está en casa, póngase frente a un espejo y cambie la expresión de su rostro. Haga muecas. Sonría. Y si puede tener un niño al frente, el adulto podrá hacer de espejo, imitando las muecas y sonrisas del niño. Si está en grupo, póngase frente a otra persona que hará las muecas y risas y usted la imitará, cambiando enseguida de roles.