"¿Humor y tercera edad?". En rigor humortis.

Por Andrés Gananci
Creador y estudioso de la teoría y la aplicación del humor.
En rigor humortis. ¿Humor y tercera edad?

En la actualidad, se gasta más en técnicas y medicamentos como la silicona para los senos y el viagra para los penes, que en la cura del Alzhaimer. Eso significa que pronto todos los ancianos del mundo tendrán los senos erguidos y los penes viriles, pero no se acordarán para qué se usan”.

Con este chiste que me contaron hace poco, comienzo esta reflexión sobre el humor, las arrugas y las canas.

Empiezo por casa… A veces estoy actuando para niños, donde el humor es más básico, obvio, y hay que apoyarse en aumentar ciertos tonos de voz, o en exagerar una emoción, o un movimiento. Siento entonces que a mis más 60 años estoy haciendo el ridículo (en el significado popular de la palabra), y aunque me cuide de no sobreactuar mucho, o de no payasear por gusto, me invaden esos miedos.

En otras pocas ocasiones, actuando para adultos, o simplemente impartiendo una charla, un curso o un taller, también me ha sucedido lo mismo y siempre me pregunto: “¿no estaré ya muy viejo para estas cosas? ¿Por qué no me dedico sólo a escribir humor?” Y siempre me respondo: “si te dejas llevar por ese pensamiento, entonces sí ya eres un viejo de edad y de mente”. Y como demente soy, me alejo de la idea y trato de seguir joven de espíritu.

Estoy abordando este tema, porque acabo de recibir el siguiente correo electrónico:

Estimado PP:

Recién te conozco a través de tu página web. Veo que sos un cultor del humorismo y latinoamericano por donde se te mire. Soy casi un sexagenerario, con sentido del humor y ando buscando formarme en escritura humorística, en mejorar mi comicidad, etc. Busco canalizar con técnicas lo que ya es una vivencia personal, reconocida por los que me conocen y disfrutada por los que trabajan conmigo. Deseo formarme, hacer cursos: como hacer chistes, como crear humoradas, como crear guiones humorísticos... tengo tiempo... me estoy preparando para la jubilación...

Un abrazo.

De más está decir que me emocionó este amigo con su mensaje (le dejo a él si desea que se sepa su nombre y su país, porque no es obligado saberlo para este artículo). Por supuesto que haré lo que esté a mi alcance para asesorarlo, capacitarlo y estimularlo para que continúe con esa idea, con esos proyectos de vida tan hermosos.

Pero también su correo me hizo pensar y me provocó esta reflexión, porque sentí que era importante el hecho de que a los 60 años, en la mismísima puerta de la tercera edad, esté yo en estos trajines del humor (aunque me avalan los años que llevo dedicado a él) y lo que es más relevante, ¡que este nuevo amigo y nuevo colega esté interesado a estas alturas en aprender técnicas, etc., para crear humor de forma más profesional!

Me gustaría preguntar: ¿a mayor edad mayor desarrollo del sentido del humor? Si la respuesta es positiva, ¿será porque la vejez es tan jodida que hay que llevarla con humor obligatoriamente? ¿Será porque a mayor edad se ha visto más y la vida no es tan grave y trascendental como se veía de joven? Me viene a la mente la frase de Elbert Hubart que dijo: "No se tome nunca la vida demasiado en serio: de cualquier modo no saldrá Ud. vivo de ella".

Pero si la respuesta es negativa; es decir, si no hay relación directa entre el sentido del humor y la vejez, entonces depende de cómo se llega a esa edad, si con el sentido del humor desarrollado o no (cosa que uno pudo hacer en la niñez, en la juventud, o en la madurez).

Si nos convertimos en “tata”, o “nono”, o “zeide”, o abuelo, o como en mi caso “Pepe”, como me dicen mis nietos, sin humor y sin risas, es obvio que la vida nos reservará interminables días aburridos, nostálgicos, tristes, sintiéndonos inútiles, desechados, frustrados, etc., y con tremendas ganas de que llegue el final rápido.

Por tanto, la pregunta es: ¿cuál es la diferencia si tenemos el sentido del humor desarrollado y estimulado al arribar a la tercera edad? ¿Nos sentiremos iguales o distintos a no tenerlo?

Ante todo, sirve lo que ya científicamente sabemos sobre la importancia del humor y la risa para la salud (invito a buscar el tema en internet, o ver otra reflexión mía al respecto ya publicada en este sitio), donde está demostrado que el humor es beneficioso para muchas enfermedades físicas y mentales, así que solo por ello, es excelente que los adultos mayores practiquen la risoterapia, o los métodos de crecimiento personal a través del humor.

Desde el punto de vista filosófico, casi todas las opiniones del mundo están de acuerdo en que el placer es nuestro fin en la vida, por lo cual utilizamos distintos medios para obtenerlo, y como el humor es uno de los grandes “productores” de placer (el placer humorístico es casi idéntico al placer estético y al lúdico, fíjense si es necesario sentirlo), entonces es obvio que debemos tener el sentido del humor desarrollado de viejo.

Además, a esta edad, uno de los pensamientos más recurrente es cómo enfrentar a la cercana muerte. Por tanto, el humor y la risa son la medicina ideal para ese seguro final, para llegar a él sin miedos, porque somos capaces de burlarnos de nosotros mismos y hasta del asunto supuestamente más grave: la muerte. Y al reírnos de ella ya no nos mete susto, ¿no?

Está demostrado también que entre las cualidades comunes de las personas más longevas que se han estudiado, está su sentido del humor. En otras palabras, con el humor y la risa incorporados se vive más. Y vale la pena vivir más, si se hace con placer, ¿no?, porque de lo contrario, sin disfrutar la vida, mejor dejarla rápido.

Pero lo anterior se me hace “curioso” y me motiva a reflexionar. Veamos: llego a la edad en que se acerca mi muerte y desarrollo entonces mi sentido del humor para enfrentarla, pero a la vez, mi sentido del humor hace que se aleje la muerte, al hacerme más longevo; es decir, me hace más fuerte para cuando llegue y a la vez me aleja de ese momento, ¿qué más puedo pedir, si además en lo que llega la muerte me hace la vida más placentera y sana como ya vimos? No tengo dónde perderme: ¡hay que vivir consumiendo más humor y creando más humor! Incluso me asombra que los gobiernos y nuestras sociedades en general no se den cuenta de esto y no implementen planes para capacitar, para hacer crecer a los adultos mayores estimulándoles y desarrollándoles su sentido del humor, por lo decisivo que eso es en esta etapa de la vida.

El amigo que me escribió es un ejemplo de lo que hay que hacer. ¡Felicidades!

Y aprovecho el tema para recordar ahora a los grandes humoristas contemporáneos que conozco y a los mayores que yo, que quiero y admiro tanto.

Pero, ¿alguna recomendación para "los abuelitos" en casa?

Veamos.

Recientemente vi en Netflix un film original de su plataforma que lleva por nombre The last laugh, o para la audiencia en español, La última carcajada, que narra la vida de un comediante y su mánager quienes se reencuentran después de 50 años y deciden retomar su carrera artística e irse de gira dejando el hogar de ancianos donde se conocieron.

La película es bastante entretenida y hasta sentimental en cierto punto -sin ahondar demasiado en las sensibilidades-, pero lo más importante es que ilustra algo de lo que normalmente no se habla demasiado, o más bien se ha dejado de lado: el humor en los adultos mayores.

Pocas veces vemos un comediante de la edad del protagonista de la película. De hecho, si tuviéramos que nombrar a los que conocemos probablemente nos alcanzarían los dedos. Y si no estás empapado del mundo de la comedia, quizá con una sola mano bastaría.

Sin embargo, la edad y el humor no son conceptos opuestos, aunque muchas veces los ancianos tengan cierta reputación de gruñones, pero eso no es justo para todos la generalización, en situaciones donde la personalidad es el factor más importante y decisivo.

Si tienes en casa una persona mayor, el humor podría ser una excelente solución a muchos de los problemas que pueda estar enfrentando. Además, si esa persona quiere seguir siendo activa y produciendo, este listado seguro te vendrá muy bien.

El humor y la risa tiene múltiples beneficios para la calidad de vida de las personas mayores y por qué no, también de los que estamos a su alrededor, a continuación nombraremos algunos:

Cuando una persona se ríe (a carcajadas) libera endorfinas en su cerebro, lo cual tiene efectos sobre el dolor y también influye en la secreción de la serotonina. En otras palabras, la risa tiene efectos colaterales que ocurren no solo cuando nos estamos riendo, sino luego de ello.

La aplicación del humor en la vida cotidiana hace que disminuya el estrés y que la calidad del sueño sea mejor, lo que favorece el organismo tanto física, como emocionalmente.

La risa estimula el sistema digestivo y aumenta la flora intestinal. Es cierto que el estreñimiento no es causa de risa, pero mientras más nos riamos, más lo alejamos.

Al reírse no solamente ejercitas los músculos de la cara, también los abdominales, miembros superiores y mientras más fuerte y larga es la carcajada, más músculos se verán involucrados.

El humor en la gente mayor también los conecta con las personas alrededor de ellos. Es cierto que muchas veces eso va en la personalidad, pero también hay maneras de introducir este elemento de forma voluntaria y donde todas las partes participen.

Algunas pueden ser:

Conoce cuál es el tipo de humor que le agrada a la(s) persona(s) de la tercera edad que viven contigo. Podrías descubrir que algunos son de risa incluso más fácil que el adulto promedio. Prueba con distintas películas o comediantes, al presentárselos incluso podrías concederle un nuevo hobby que ni sabía que le gustaba antes de conocer.

En las plataformas de las que gozamos en la actualidad como Netflix o Amazon Prime puedes encontrar una buena recopilación de stand up comedy con diferentes comediantes y tipos de humor. Incluso hay unos muy recientes que seguramente podrían disfrutar o al menos, darles una oportunidad:

"Relatable", de Ellen Degeneres, quien narra cómo puede seguir siendo "relacionable" a sus 60 años.

Como no todo es sentarse frente a la televisión y reírse (leer sería otro recurso, pero a muchos ancianos les cuesta leer), otra recomendación es el yoga de la risa. Esta es una actividad que cada vez va ganando más adeptos alrededor del mundo. Se trata de reuniones en las cuales se realizan ejercicios de relajación y sesiones de carcajadas que caen bien para personas de cualquier edad.

Con respecto al yoga de la risa puedes elegir entre dos opciones: talleres, los cuales son aislados y te dan las herramientas para que puedas obtener los beneficios de la risoterapia, o unirte a un grupo de los que se reúnen semanalmente en algún parque o salón para hacer yoga de la risa. Ambos son recomendables y dependerá tanto de ti como de la disponibilidad lo que se elija.

No te tomes todo tan exageradamente en serio. Una de las mejores maneras de enseñar cosas a otros es a través del ejemplo y si de verdad quieres introducir el humor en la vida de la gente mayor que mejor manera de hacerlo que tomándote las cosas de manera más relajada y sin tanto estrés.

Si al leer esto lo consideras complicado porque el estrés y la tensión se han vuelto parte de tu día a día, aprende cómo quitar el estrés y empieza a contagiar a los demás con tu buena energía y actitud.

Copyright © Andrés Gananci. Publicado en Humor Sapiens con el permiso de su autor. Reservados todos los derechos.