Para buscar pareja es mejor ser divertido que listo

Una investigación realizada por la Universidad de Zurich reveló que ser alegre y juguetón es más importante que el ser amable, inteligente o tener un buen sentido del humor para hombres y mujeres. Además, las personas juguetonas buscan parejas con sentido del humor, actitud relajada y alto grado de creatividad. Los investigadores describen a las personas juguetonas como aquellas que disfrutan las bromas, los juegos de palabras y la espontaneidad, toman las cosas a la ligera y tienen una actitud despreocupada.

Este estudio se basa en la investigación del antropólogo Garry Chick, de la Universidad Estatal de Pennsylvania, quien desarrolló la teoría de que la alegría en los adultos es un rasgo deseable en la elección de pareja debido a que para las mujeres este rasgo demuestra un bajo nivel de agresividad, y para los hombres significa vitalidad en el sexo débil. Con base en esta aseveración, René Proyer y Lisa Wagner del Departamento de Psicología de la Universidad de Zurich han demostrado esta característica también juega un papel importante en la elección de pareja en la cultura europea.

Las investigadoras pidieron a 327 adultos jóvenes de Alemania, Suiza y Austria examinar una lista de 16 características e indicar cuáles eran deseables para tener una relación estable a largo plazo. Los resultados, que aparecen en la revista científica American Journal of Play, mostraron que los hombres y las mujeres estuvieron de acuerdo en la mayoría de sus preferencias, aunque con algunas diferencias en el orden.

Por ejemplo, para las mujeres el sentido del humor es más importante que para los hombres y, para los hombres el que su pareja tenga una personalidad interesante es más importante que para las mujeres. Sin embargo, la amabilidad, la inteligencia, el humor y el ser divertido alcanzaron los primeros puestos en la lista. Aunque, el ser juguetón no estuvo entre las tres primeras características más buscadas, alcanzó el puesto número 8 por encima de cuestiones como ser religioso, tener buenos genes o incluso, un título universitario.