Un estudio reciente publicado en The Royal Society reveló fascinantes hallazgos sobre el comportamiento juguetón de los grandes simios. Analizaron 75 horas de grabaciones de vídeo de chimpancés, bonobos, gorilas y orangutanes en zoológicos.
Los investigadores identificaron numerosos casos de bromas. Comportamientos, que incluyen ofrecer objetos y luego retirarlos, impedir que otros obtengan los objetos deseados y desobedecer órdenes. Sorprendentemente similares a los observados en niños humanos de tan sólo ocho meses de edad.
Al igual que los bebés humanos, los grandes simios buscan respuestas, repiten y elaboran sus bromas, generalmente en contextos relajados. Aunque se encontraron pocas diferencias entre las especies, observaron variaciones relacionadas con la edad. Los jóvenes parecían bromear más que los adultos y a menudo empleaban comportamientos diferentes. Los chimpancés, por ejemplo, eran los que más se burlaban, a menudo con comportamientos perturbadores como abofetear a adultos adormilados u obstruir sus movimientos. Los orangutanes, por otro lado, demostraron ser hábiles tirando del pelo, mientras que los gorilas preferían los empujones como forma de burla.
Los hallazgos llevaron a los investigadores a concluir que los “prerrequisitos cognitivos para bromear” pueden haber evolucionado en un ancestro compartido por los grandes simios, incluidos los seres humanos, hace al menos 13 millones de años. Sin embargo, la pregunta de por qué los simios bromean sigue siendo un misterio. La autora principal del estudio, Isabelle Laumer, bióloga cognitiva y primatóloga del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal de Alemania, se sorprendió al descubrir que las bromas rara vez desembocaban en un comportamiento agresivo y que los adultos reaccionaban a esto con bastante calma.
Lo que sugiere que, al igual que en los humanos, las bromas pueden ayudar a poner a prueba los límites sociales, fomentar el disfrute mutuo y fortalecer potencialmente las relaciones entre el bromista y su objetivo. Los resultados del estudio tienen implicaciones no sólo para primatólogos y antropólogos biológicos, sino también para el estudio de la emoción, el humor y el fingimiento en un sentido más amplio.
"Crear, pensar y vivir con humor".