"¿Es más fácil hacer llorar que hacer reír?". Del menú de la interviú.

Pepe Pelayo
Creador y estudioso de la teoría y la aplicación del humor.
Del menú de la interviú

Desde hace más de doce años vengo entrevistando a humoristas gráficos, escénicos y literarios, así como a estudiosos de la teoría y aplicación del humor, para publicar en Humor Sapiens.

El otro objetivo (quizás el principal, lo confieso), era comparar sus respuestas en algún momento, para analizarlas y reflexionar sobra cada punto abordado y al final publicar un libro en tono ensayístico.

Por tal motivo no tenía mucho apuro. Primero entrevisté a los integrantes de mi larga lista de amigos colegas. Y éstos me iban poniendo en contacto con otros. Sin dudas, los más entusiastas, generosos y dispuestos fueron los humoristas gráficos.

A todos les apliqué un mismo cuestionario, para poder comparar sus respuestas, como ya dije. Pero como he tenido tantos proyectos en ejecución (libros, exposiciones, ponencias, etc..), siempre fui desplazando éste, hasta ahora que se me ocurrió ir publicando las respuestas una por una, por lo menos para que se conozca qué piensan los colegas sobre esos temas.

No confundir: también he realizado entrevistas para Humor Sapiens, pero con otras características. Las he llamado “Diálocos con humoristas” y el objetivo ahí es calar mejor la obra y los pensamientos de los creadores o estudiosos del humor.

Volviendo a estas entrevistas, decidí no hacer aquí un análisis de las respuestas, porque se extendería demasiado este artículo. Sin embargo, pienso que de igual manera puede resultarle atractivo a todos los humoristas, estudiosos del humor e interesados en general.

Para que se tenga una idea de la magnitud del trabajo, entrevisté a 157 colegas. De ellos, 106 son humoristas gráficos, 24 literarios, 22 escénicos y 5 especialistas en humor.

Representan a 18 países. 49 cubanos, 37 argentinos, 17 colombianos, 11 chilenos, 10 mexicanos, 8 españoles, 7 brasileros, 5 peruanos, 2 costarrincenses, 2 ecuatorianos, 2 uruguayos, 1 alemán, 1 italiana, 1 guatemalteco, 1 panameño, 1 paraguayo, 1 portugués y 1 venezolano.

La pregunta que escogí para este primera parte fue:

“¿Es cierta la acuñada frase: "Es más fácil hacer llorar que hacer reír”?

Encontrarán respuestas extensas, breves, chistosas, serias, a favor, en contra y hasta algunas abstenciones.

Aquí van las 157 respuestas por orden alfabéticos de los entrevistados:

Abela, gráfico cubano: Verdad absoluta, piensa por un ratico la cantidad de gente, de situaciones que a diario te dan ganas de llorar, ahora ¿hacer reír? eso es otra cosa, un don, una gracia con la que solo nacen políticos y muy raramente alguna que otra gente por ahí.

Adán, gráfico cubano: Sí, creo que es verdad. En el humor gráfico hay quienes defienden la risa a toda costa. Yo creo que hasta hacer sonreír es también difícil. Me gusta el humor que te detiene ante la obra, que te hace reflexionar en algo, aunque no te guste el dibujo, pero tomar partido por algo lo creo imprescindible, aunque no de risa.​

Adela Basch, literaria y escénica argentina: No conozco frases que sean la cuñada de alguien, pero me temo que es más fácil hacer llorar que hacer reír. Sobre todo por una tendencia de nuestra civilización a considerar la risa como algo impropio de personas adultas, casi como una irreverencia o como un rasgo de inmadurez y falta de seriedad.

Adrián, gráfico argentino: Las dos cosas son difíciles, aunque una es desagradable (llorar) y otra placentera (hacer reír).

Alarcón, gráfico mexicano: Bueno, depende del perfil del público, es decir, no es lo mismo los lectores de un periódico financiero que los lectores de una revista de espectáculos y si hago un chiste sobre la caída de la bolsa seguro que los primeros llorarán y los segundos reirán.

Alexis Ceballos, escénico cubano: ¿Yo creo que eso depende de la idiosincrasia, en Cuba por ejemplo, hacer reír no es difícil, porque el cubano es jaranerojodedoralegre, de chiste fácil, pero fuera de Cuba, sobre todo cuando no conoces bien las costumbres, noes fácil. Al principio aquí en Ecuador, donde vivo, me las vi negras.

Alexis Valdés, escénico y audiovisual cubano: Sí… con pisarle el pie a cualquiera se le hace llorar. Sobre todo si tiene un uñero… Ahora, hacerle reír… ¿A alguien que tiene un uñero…?

Alfredito Oliva, escénico y cubano: No.

Alfredo García, gráfico ecuatoriano: Es posible que sí. Bueno, al menos científicamente se dice que se necesitan más músculos para reír.

Amorín, gráfico brasilero: Sim. Para chorar voce só precisa de um martelo e o seu dedo… 

Angelito Karell, escénico cubano: Considero que es mucho más fácil hacer reír que hacer llorar, quizás dependa del arte y la gracia natural de la persona que aun sin ser profesional hace reír a amigos, familiares etc. La típica frase que mencionas debió decirla algún amargado o mediocre personaje público.

Angonoa, gráfico argentino: No lo creo, por lo menos en mi caso, además, es mas lindo hacer reír.

Aramís Quintero, literario, escénico y audiovisual cubano: No sé. Pero en Chile, donde vivo, sí es verdad. O al menos, la gente disfruta más la emoción que desemboca en llanto, que la que desemboca en risa. Algo por dentro les dice que si lloran dan una imagen de gente sensible y muy humana, pero si ríen, quién sabe a qué se arriesgan.

Arcadio, gráfico costarricense: Puede ser más fácil, sí.

Ares, gráfico cubano: Sí, no tengo dudas. Tú con solo enviarme esta entrevista ya lo lograste y para hacerme reír en el Teatro Carlos Marx tuviste que pasarte meses ensayando.

Ariel Tarico, gráfico, escénico y audiovisual argentino: Creo que es más difícil para un actor emocionar que hacer reír. El llorar tiene que ver con algo más profundo, la risa se arranca más fácil.

Arístide, gráfico cubano: La verdad que hay gente que se ríe tanto que termina llorando.

BECS, gráfico argentino: No. No es verdad. Es una gran mentira. Es mucho más fácil hacer reír. Aunque si el chiste no es bueno se ponen a llorar, eh!

Bedoya, gráfico colombiano: No. no por Dios, es más difícil hacer llorar que hacer reír, porque para hacer reír es necesario un cómico o un humorista, cosa que no es lo mismo. Humorista es el que hace reír pensando y cómico es el payaso. Hacen llorar los dramaturgos o quien tenga mucha conciencia de lo trágico.

Bermúdez, gráfico cubano: Un verdugo lo afirmaría sin rodeos. No es fácil provocar la risa, pero es más saludable.

Biratán Porto, gráfico brasilero: As duas situações são igualmente difíceis . Para um ator tanto é difícil fazer rir, como chorar.​

Las dos situaciones son igualmente difíciles. Es difícil para un actor hacer reír a la gente, además de llorar.

Boligán, gráfico cubano-mexicano: Sí, sobre todo hoy en día son más los que se dedican a hacer llorar y con mucho éxito e ingeniosidad, mas creo que siempre buscamos la forma de reírnos de ellos...

Bonil, gráfico ecuatoriano: Nunca he intentado hacer llorar, y tampoco he “procurado” hacer reír. Creo que para quien no lo lleva naturalmente cualquier posibilidad expresiva puede resultar difícil de lograr. Ahora, si me dijeran tus caricaturas “son de llorar”… no sabría si reír o llorar. Y sería harto difícil en ambos casos…

Camilo Triana, gráfico colombiano: ¿Sí?..... Sí… sí que sí…………… Snif, snif!!!

Fundora, escénico, audiovisual y literario cubano: Por muy acuñada y manida que esté la frase me ha llevado a repasar múltiples experiencias para arribar a una idea que me parece importante destacar: Tanto hacer llorar como hacer reír, en su forma elemental, resulta fácil si apelamos a la imagen de la niña pobre que acaba de quedar huérfana o al resbalón con la cáscara de plátano. Pero si lo que se busca es un resultado auténtico, original y elaborado, las cosas se complican. Requiere mucho esfuerzo, talento y dedicación preparar argumentos, historias y personajes para teledramas y novelas con escenas desgarrantes que demandan una gran preparación por parte de los actores. En el caso de la comedia el proceso es más o menos igual, pero además tiene que dar gracia. A favor de la complejidad en la búsqueda de un resultado humorístico tengo dos elementos:

-He tenido la oportunidad de ver a reconocidos actores dramáticos intentando insertarse en el humor y no ha podido lograrlo a pesar de su gran talento.

-En ocasiones hemos analizado guiones, hechos con intenciones humorísticas, que cumplen con todos los parámetros propios de un dramatizado audiovisual: Planteamientos, conflictos, puntos de giros, desenlace, etcétera, pero al fallar humorísticamente echan por tierra todo lo creado desde el punto de vista dramatúrgico.

Carlos Ruiz de la Tejera, 1933-2015, escénico cubano: Las dos cosas son difíciles. Hacer llorar es llegar a lo más sensible del alma humana, enfrentándola a las verdades que cotidianamente las mentiras tapan y hacer reír, pero que la gente ría y piensen también es difícil y tú lo sabes.​

Carrillo, gráfico, escénico y audiovisual cubano: No es verdad.

Castillejos, gráfico mexicano: Sin duda el humor inteligente es todo un reto como lo mencionaba el actor italiano Renato Rascel “El humor inteligente no hace cosquillas en las axilas sino en el cerebro”. Para llorar tenemos todos las tragedias de la política, constantes y globales.

Chappa, gráfico argentino: Puede ser, para los que incursionamos por el humor, sería bastante frustrante que haciendo humor provoquemos llanto. Salvo que éste llanto sea de risa

Chino Navarrete, escénico y audiovisual chileno: Vivimos un mundo demasiado egoísta que por momentos nos da pena, lo que permite que las lágrimas estén más cerca de aflorar que una sonrisa.

Cintia Bolio, gráfica mexicana: Cierta. Aunque ahora las personas que nos dedicamos al humor político sufrimos de la competencia desleal de la clase política. No sé si hacen los chistes de manera voluntaria, pues son cada día más cínicos, pero eso no se vale.

Coco Legrand, escénico y audiovisual chileno: Sí, porque en la vida hay menos situaciones graciosas que dramáticas.

Corne, gráfico argentino: Mmmm… no sé. Para mí, no. Yo creo que es más fácil hacer reír. La gente está más insensibilizada igualmente por lo que pasa en nuestros países. En general te reís para no llorar.

Daniel Rabinovich, 1943-2015, escénico, musical, y literario argentino: Creo que sí... ¿Lo que se acuña, ¿no son monedas?

Samper, literario colombiano: Por supuesto. Pero goza de menos prestigio. Parece increíble, pero la seriedad postiza y solemne sigue suscitando más admiración que el apunte oportuno.

David Vela, gráfico español: El humor es un género complicado pero no creo que su función sea hacer reír. Se ríe con el chiste o con la actuación de un cómico, pero el humor es un concepto más amplio. Me gusta cómo le da vueltas Ramón Gómez de la Serna en su “Gravedad e importancia del humorismo”, sin llegar a una conclusión.

Delga, gráfico cubano: Para el humorista es fácil hacer reír. Si se lo propone puede hacer llorar. El que no es humorista no hará nunca un chiste.

Díaz Triana, literario cubano: Llorar o reír son dos categorías muy distintas y ninguna de las dos es fácil.

Diego Vignolo, escénico uruguayo: Yo creo que si. Transmitir una empatía desde la tristeza es mas fácil, porque hay lugares comunes en los que el humano es permeable, solo tienes apelar a emociones que todos conocemos, el amor de un hijo, de una madre, el recuerdo del abuelo, con música triste y todos caeremos bajo el embrujo de la emoción inevitablemente. Imágenes de la guerra con música de violín: ¡PUM! Aparece una lágrima. Porque apelamos simplemente a la realidad que nos entristece. Pero generar una empatía desde el lugar de "yo soy tan tonto como tú" y generar una carcajada, que significa nada más y nada menos que "puedo reír de mi mismo" es más complejo. Porque va más allá. Hacer reír significa tomar esa misma realidad y darle un giro inesperado. Incluso el proceso mental que requiere es más complejo. Digamos que hacer llorar se puede lograr tan solo con mostrar la realidad, y hacer reír se trata de tomar esa misma realidad y ponerla patas para arriba y pintarle bigotes. O sino puedes darle un puñetazo a alguien, el llorará pero alguien reír y lograr las dos cosas.

Doimeadiós, escénico y audiovisual cubano: Las dos cosas son difíciles y fáciles.

Eduardo del Llano, literario escénico y audiovisual cubano: Es cierto, es más fácil. De veras. Toma por ejemplo a los estudiantes: en cualquier aula hay un montón de chicos y chicas con problemas, pero sólo un gracioso.

Eduardo Jáuregui, especialista español: En absoluto. Es mucho más fácil hacer reír. Basta entrar en cualquier cafetería para observarlo entre las personas reunidas en torno a las mesas. Otra cosa es hacer reír con un "chiste" enlatado o una escena de ficción. Eso requiere más arte, no sé si más o menos que el de los autores trágicos.

Eduardo Triana, escénico, audiovisual y literario cubano: Bueno, hay muchos artistas que hacen cosas para que la gente llore pero a mí me hacen reír mucho y otros que me sacan las lágrimas cuando se ponen a tratar de hacer humor. Entonces aquello de hacer reír es mas difícil que hacer llorar dependerá siempre de quien lo haga, aunque su propósito sea todo lo contrario a la forma en que lo interpretemos.

Edwin, gráfico mexicano: Difiero un poco con eso, si a nosotros los mexicanos hay algo que nos distingue, es exactamente eso; el mexicano se ríe hasta de la muerte.

Emers, gráfico colombiano: No soy quién para aseverar verdades. Pero responderé que sí…creo que es más fácil hacer llorar que hacer reír.

Enrique Gallud Jardiel, literario y escénico español: Una gran verdad. La narración de cómo un niño murió atropellado por un camión siempre conmueve al que la escucha, por muy mal que se cuente. Una historia cómica, mal escrita o mal contada, pierde toda su gracia. Hacer reír sin burlarse de los más desafortunados o sin mezclar sexo, política o religión es dificilísimo.

Enrisco, literario, escénico y audiovisual cubano: Depende. La lágrima difícil, la profunda, es tan difícil y rara como la risa inteligente. La sensiblería melodramática en cambio es bastante más fácil hasta que la risa boba.

Ermengol, gráfico argentino: Posiblemente sí. No he intentado nunca hacer llorar a nadie pero si hacer reír. Hacer reír inteligentemente es difícil. Conozco de gente que pretende hacer reír y hace llorar y otros que pretendes hacer llorar y hacen reír.

Évora Tamayo, literaria cubana: Depende de quien ponga el muerto.

F. Long, gráfico argentino: Totalmente. Para hacer llorar con mostrar los dramas de la gente que sufre lo conseguís (aunque cada vez estamos mas “anestesiados” por desgracia). En cambio, lograr una muesca, una sonrisa se necesita creatividad y eso ya no es tan fácil.

Félix, gráfico cubano: Sí, cómo no, es así, es difícil hacer reír sobretodo a los adultos serios.

Fernando Saldaña, gráfico español: En absoluto. Igual que no son más ricas las manzanas que las peras, ni las peras están mejor que las manzanas. Cada quien con su cada cual: el que este dotado para hacer reír, que haga reír. Quien prefiera el drama, que nos haga disfrutar el llanto.

Fernando Sorrentino, literario argentino: Nunca traté de hacer llorar a nadie. Aborrezco a las personas plañideras y la sensiblería populachera. Me gusta muchísimo el tango, y muchas de sus letras constituyen excelentes poemas. Y, sin embargo, ¿cómo alguien, en su sano juicio, ha podido escribir los disparates y las estupideces que se encuentran, por ejemplo (no son los únicos), en los tangos “El bazar de los juguetes” y “Antiguo reloj de cobre”?

Ferrom, gráfico costarricense: Para mí sí es así en humor gráfico. Hoy existen muchos géneros que más que hacer reír pretenden hacer pensar. El humor grafico de hoy es más intelectual.

Fiestóforo, gráfico chileno: No sé, nunca he intentado hacer llorar a alguien. Habría que ser un desgraciado, o guionista de comercial de empresa de caridad.

Filipini, gráfico argentino: No lo sé.

Fucile, gráfico argentino: Es relativo. Podés largarte a llorar mientras cortás una cebolla y reírte a carcajadas si te hacen cosquillas. Pero para llegar a lo más profundo de los sentimientos hace falta algo más. Por eso no creo mucho en esas jerarquías.

Galindo, gráfico chileno: Sí.

Garci, gráfico mexicano: Sí, cualquiera que te lance una pedrada te puede hacer llorar, pero resulta dificilísimo hacer lo mismo y conseguir que la gente se ría.

Garrincha, gráfico cubano: Conozco un par de ellos que no lloran con nada. ¿Pero para qué hablar de política?

Gerineldo Campos, gráfico colombiano: Me gusta pensar que nuestro reto es hacer pensar y para ello usamos el truco de la sátira, de la ironía, de la paradoja. Detrás de cada humorista hay un filósofo con una concepción del mundo. 

Guillo, gráfico chileno: Creo que las dos son igualmente difíciles. En el caso del humor hay que trabajar para hacerlo en un buen nivel. El humor es un trabajo serio. Para mí, un verdadero Humorista es bien diferente al cuenta chistes. Es como la diferencia entre saber escribir y ser escritor. El humor es una de las expresiones intelectuales elevadas del ser humano.

Gustavo Silva, especialista brasilero: En los días de hoy, sí, es verdad. Nuestra tele sólo nos enseña crímenes y robos. Me ponen mal.​

Hervi, gráfico chileno: Desde luego. Es más fácil dar una patada en el aparato reproductor de un ciudadano, que inventarle un cuento gracioso para que deje de lamentarse por la mala fortuna que tuvo porque alguien le dio una patada en su aparato reproductor.

Horst Haitzinger, gráfico alemán: Sí, creo es cierta.

Iñaki, gráfico argentino: Sin duda, creo que ante una situación de dolor o angustia propia o ajena, uno recurre al llanto casi como un reflejo, como una descarga. En cambio el humor, implica un ejercicio intelectual, el interpretar un mensaje, el decodificarlo, abstraerlo… Para mí el humor es un acto de inteligencia. El reír es un momento de felicidad comparable con pocas cosas, y uno está buscando permanentemente esas sensaciones. Además el humor tiene esa cualidad incomparable de hacer bajar las cosas de un pedestal, de desdramatizar la realidad y de enfrentarla desde otro lado, mirando las cosas desde otro punto de vista, con otras armas.

Iván Guevara, gráfico ecuatoriano: Depende, creo que un buen guión es la base de toda pieza artística, sea del estilo que sea. La diferencia es que a algunos artistas se nos da mejor escribir guiones humorísticos y a otros se les facilita más el drama, ó la política, ó la ciencia ficción, etc.

Jape, literario, escénico y audiovisual cubano: Se me hace más fácil hacer reír, que hacer llorar. Como decía Les Luthier, no soporto ver llorar a una mujer… si no le he pegado antes. Lo de hacer llorar, supongo que no sea complicado, sobre todo para los latinos que somos un poco dados al melodrama, la tragedia. Un buen artista (un actor, un dibujante) debe saber lograr las dos cosas, para que finalmente nos haga llorar de la risa.

Javier Suppa, gráfico argentino: Seguro, y también a veces es muchísimo más difícil hacer reír, sobre todo para no caer en la repetición, o que sea una fórmula aprendida de memoria, porque se cae en un humor gastado ¿no?

Jerez, gráfico cubano: Pienso que sí, estoy muy de acuerdo.

Jericles, gráfico argentino: ¡Depende! Algunos (por ejemplo, nuestros empleadores) les resulta más fácil hacernos llorar, ¡con sólo mostrarnos el recibo de sueldo!

Joel Sánchez, escénico cubano: Eso es verdad de cajón, eso parece dicho por Ricardo Arjona. Se nace y se entrena con la misma suerte lo de hacer llorar o hacer reír. Yo creo que eso es como decir que el tabaco cubano es el mejor del mundo. ¿Y es que alguien probó todas las matas de tabaco del mundo? ¿No habrá por allá por Burkina Faso un guajiro burkinfasés que siembra tronco de tabaco? Hay gente que nace buena para manejar un balón como Dieguito y gente que nace buena para conducir carros como Britney Spears. Hay gente que fácilmente hace reír como el colombianos Reynaldo Ruiz, actor colombocosteño y hay gente que fácilmente hace llorar (digamos conmover) como Tornatore en su cine.

Jorge Abasolo, literario chileno: Creo que en el caso de este largo y zarandeado país, es más fácil hacer llorar, o emocionar a costa de lágrimas.

Jorge Luis González, escénico y musical cubano: No sé, pero si sirve de algo, si sé que es más difícil cobrar por hacer cualquiera de las dos cosas.

José Gai, 1948-2019, gráfico y literario chileno: No me parece una verdad absoluta, pero sí una relativa. Y, hablando del humor, me gusta aquel que, más allá de una eventual risa o sonrisa, también busca -si no derechamente un llanto- al menos un asombro, una inquietud. 

Jorge Luis Sánchez, escénico y audiovisual cubano: Eso es muy relativo. Hay humoristas que tienen toda la sana intención de hacerte reír y te producen unas ganas de llorar enormes y hay actores y actrices, sobre todo en las telenovelas que hacen escenas emotivas, con intención de hacerte llorar y son tan ridículas y mal actuadas, que lo que te provocan es risa. Siento que la risa y el llanto son reacciones humanas ante determinados estímulos, el detalle, como decía Cantinflas, está precisamente en esos estímulos, en la audacia, el ingenio y la capacidad del artista de provocar esas reacciones en el público… Hacer llorar o hacer reír puede ser fácil o difícil, dependiendo de cómo provoques que suceda. El reto está en ese proceso de provocarlo.

Juan Felipe Salcedo, gráfico colombiano: Como trabajar el hacer reír es un trabajo dificilísimo, se requiere de experiencia y de pasar muchos malos ratos por que se necesita de la interacción y pertinencia del público dentro del chiste o la obra, y luego sorprenderlos gratamente con un apunte inteligente y chistoso, son muchos los factores que dificultan esta tarea, Los humoristas son unos monstruos, y como decía Alan Moore, los Comediantes son los únicos que te dejan ver la verdad de la sociedad.

Juan Padrón, 1947-2020, gráfico y audiovisual cubano: Creo que sí. El humor es cosa seria y se necesita, aparte de una fuerte dramaturgia, un sentido del timing, y un toque especial, como en el chiste de los presos con los chistes numerados.

Júcalo, gráfico colombiano: Definitivamente nuestra realidad no hace reír, es más bien para ponernos a llorar, esto ha provocado que el humor grafico sea más de conceptos y criticas que humor blanco.

Kappel, gráfico argentino: No siempre, suena bien pero no siempre. Hacer reír también es difícil, al menos a mí cada vez me cuesta más hacer reír a los lectores...

Karlo, gráfico chileno: Tiene mucho de cierto.

Kemchs, gráfico mexicano: Definitivamente, sí. En alguna época estuve haciendo una tira cómica llamada “Los torcidos”, en el periódico más importante de mi país, “Unomásuno”. De ahí me surgieron invitaciones para hacer pequeños guiones para radio, en los cuales estuve trabajando y realmente era sorprendente como invertía tanto tiempo en hacer guiones humorísticos y como la radio y la televisión devoraba grandes cantidades en muy pocos segundos. Después de un tiempo decidí que no era lo mío y continúe usando esos pequeños guiones para mis tiras cómicas y de esa reflexión y de mi trabajo de casi 30 años haciendo humor, me doy cuenta que es una labor ardua. Por ello pienso que es una parte difícil de trabajar.

Lacoste, gráfico cubano: Si eres bueno haciendo cosquillas no es válida esa expresión.

Laino, gráfico argentino: ¡Sí! ... Porque el humor te hace llorar de risa.

Lapetina, gráfico argentino: Durante mucho tiempo adherí a ella, pero creo que el punto está en ayudar a pensar o descubrir una arista de la realidad no tan evidente. Se puede decir: "una cebolla puede hacer llorar", es cierto, pero una cáscara de banana en el piso (con alguien que caiga al pisarla) también, el punto es qué tipo de espectador ríe o llora con estos estímulos. En breve, hacer llorar o hacer reír, hacerlo bien, nunca es fácil. El problema con el humor es que la reacción que persigue es muy evidente, quiero decir, si pones un drama sobre el escenario y nadie llora, no es tan grave como si pones una comedia y nadie se ríe.

Lauzán, gráfico cubano: Lo realmente difícil es hacer llorar de la risa.

León, gráfico colombiano: El humor es como la sal hay que saberla echar... se dice por acá...

Lombar, gráfico argentino: No tengo la menor idea, imagino que depende mucho del que recibe el mensaje.

Luis Felipe Calvo, literario y escénico cubano: Creo que sí. Como dice José Alfredo Jiménez: “No vale nada la vida // la vida no vale nada // comienza siempre llorando // y así llorando se acaba”. Hay que esforzarse mucho, en tanto creadores, para hacer reír a la gente una vez que adquiere conciencia de esos extremos trágicos. Los que fabrican telenovelas en serie incluso han llegado al exceso de convertir el llanto en un placer. Por demás, se puede llorar de alegría o reír hasta las lagrimas, incluso puede uno morirse de la risa, pero no conozco a nadie que ría de dolor.

Luis Freire, literario peruano: Es tan fácil o difícil hacer reír como llorar dependiendo de la calidad de la risa o la lágrima que se quiera provocar. Los noticieros televisivos buscan provocar el llanto compasivo y lo logran fácilmente, las telenovelas igualmente. Con esa misma facilidad el humor barato arranca las risas simplonas del público. El verdadero humor es tan difícil como el drama de calidad. ​

Luis Pescetti, literario, escénico y musical argentino: Al menos ¿intencionalmente?, la verdad que sí. Pero, de todos modos, llorar no es lo mismo que presentar una buena tragedia, y eso es muy difícil. No sé si cuando decimos ese "llorar" es igual a ese "reír".

Luis Sánchez, literario español: Me remito a las carátulas griegas: comedia y tragedia (las dos juntas, como dos caras de la misma moneda), porque, además, en la vida, son inseparables (momentos buenos, momentos malos). No es cuestión de escoger, porque lo que importa es la calidad, el talento que contiene una obra. No hay superioridad de la risa sobre el llanto. Hemos de acostumbrarnos a pensar de manera incluyente (y no excluyente).

Luis Silva, gráfico argentino: La verdad las veces que lo logré, solo hice reír, si hice llorar a alguien con mis dibujos, todavía no me enteré.

Luy, gráfico y audiovisual mexicano: Sí, creo que es más fácil en nuestros tiempos.

Mala Imagen, gráfico chileno: No, yo creo que hacer llorar es mucho más difícil.

Marilena Nardi, gráfica italiana: Credo di sì. Personalmente, nel mio lavoro, non cerco la risata, ma neanche il pianto. Lo scopo finale è la riflessione. Se dovessi definire i miei disegni, gli ultimi in particolare, direi che sono espressione di un umorismo dolente

Creo que sí. Personalmente, en mi trabajo, no busco la carcajada inmediata, pero ni siquiera el llanto. El propósito último es la reflexión. Si yo fuera a definir mis diseños, los últimos en particular, yo diría que son una expresión de un humor dolorido (sufriente).

Mario Barros, literario y escénico cubano: Depende, quizás, a lo mejor, pero no necesariamente. Para ambas cosas hay que tener talento. Si no, corres el riesgo de que el público acabe llorando cuando debiera reírse y viceversa.

Marito, gráfico argentino: No coincido con esa frase, para mí es difícil hacer llorar a alguien, sobre todo, porque no me parece una buena intención querer poner triste a un ser humano, particularmente me resulta más provechoso querer hacer reír .Creo que la intención también influye en hacer algo más fácil o más dificultoso.

Marlene Pohle, gráfica argentina-alemana). No lo sé.

Marrugat, gráfico español: Pues me temo que sí. Por ejemplo: si alguien cuenta algo luctuoso, casi todo el mundo se echa a llorar; si alguien cuenta un chiste y no tiene la gracia imprescindible, nadie rompe a reír. Sin embargo, hay personas que cuentan algo triste con tal naturalidad que es inevitable la risa. Eso le pasaba al difunto Chumy Chúmez, sin ir más lejos.

Martin Favelis, gráfico argentino: Probablemente. Y para los que nos creemos graciosos, seguramente.

Martirena, gráfico cubano: Creo que sí, y sobre todo lo ves en los programas televisivos, películas, que intentan ser humorísticas y fracasan, actores, actrices de una tremenda calidad, no logran hacer reír, igual he visto a pintores consagrados que intentan hacer dibujo humorístico y no lo logran.

Melissa Baena, gráfica colombiana: Creo que ambas emociones van de la mano, se puede iniciar con uno y terminar con el otro. Llorar de la risa, como me pasa a mí, o reírse de un momento de infortunio, como pasa en mi país.

Mello, gráfico brasilero: Depende de la situación, pero hacer llorar hoy es algo muy común en tal crueldad que vemos el mundo! Un cómico puede o bien hacer que alguien reír y llorar de la risa…jajaja.

Miguel González-Aberrás, especialista en humor español: No creo que sea verdad, es un tópico.

Miriam, gráfica cubana: No creo eso. 

Moisés Rodríguez, escénico y audiovisual cubano: Si te refieres al caso de la literatura dramática, entiéndase obra teatral, guión escénico, etc., entonces te diría que en la evolución del teatro, primero fue la tragedia, después el drama y por último la comedia, como forma superior de pensamiento, de lo cual se puede inferir que el ingenio capaz de producir risa y reflexión, obedecen a formas superiores del pensamiento humano. Luego entonces hacer reír con el añadido de hacer reflexionar, supone un proceso creativo más complejo, donde se desmonta una realidad hasta crear una nueva forma de realidad que haga reír, pero que a la vez nos haga reflexionar. En realidad de lo que se trata es de que la gente prefiere reír (o sonreír) a llorar, pues para la mayoría, tragedia es lo que vivimos cada día, y por supuesto que no me refiero al ingenio humorístico como forma de evasión de la realidad, sino como asunción de una realidad analizada, generalizada y proyectada hacia una nueva dimensión... Yo creo que ambos sabemos perfectamente que el hecho mismo de reír supone una mejor salud mental y emocional y un mejoramiento de la conducta humana.

Morvoz, gráfico colombiano: Confío en la relatividad de esa sentencia. Puede o no aplicarse según el contexto. Lo que sí puedo afirmar es que la risa (como el llanto) es una expresión del alma, una respuesta espontanea y sinónimo de conmoción que no debe ser subestimada y tomada con ligereza, de ahí que su producción requiera un máximo esfuerzo por parte del humorista.

Nando, gráfico argentino: Si… creo que si… Por los menos los que nos hacen llorar llegan más lejos: nos gobiernan…

Nani, gráfica colombiana: No. hacer reír es tan fácil como hacer llorar, solo hay que saber hacerlo, esa es la cuestión.

Nico, gráfico paraguayo: Es así… y en mi país es mucho más difícil hacer humor, dado su bilingüismo, porque existe el humor en guaraní, en español y la mezcla de ambos que se denomina el “jopará”.

Ogil, literario colombiano: En Colombia es tan prolífico el humor que todos, al unísono, lloramos... de la risa.

Omar Zevallos, gráfico peruano: Es sólo una frase. Ambas manifestaciones tienen orígenes diferentes y obedecen a impulsos antagónicos; aunque a veces podemos llorar de risa. Creo que hacer reír es fácil si quien lo intenta es un humorista, pues bastará una mirada o un gesto hecho con maestría para reír. Y si el humor se le agrega una buena dosis de inteligencia, mejor aún.

Orlandito, gráfico y escénico cubano: “Hacer reír”... lo difícil está en la capacidad de elaborar y decir las cosas justo donde van, en los peores momentos de cualquier ser humano, como la pérdida de un ser querido, alguien puede arrancarte una carcajada. Hacer llorar es tan difícil como hacer reír solo que para lograrlo se necesita talento.

Orzuj, gráfica uruguaya: En mi caso es más fácil hacer reír.

Oscar Salas, gráfico argentino: Me gusta más el concepto: “hacer llorar de la risa”.

Osval, gráfico cubano: Bueno hace rato que yo no lloro con ninguna película o algún libro, no es que sea insensible, es que me es muy fácil reír, será porque admiro a Chaplin, cuando en una canción dejaba escrito aquello de que “una sonrisa cuesta poco y produce mucho, no empobrece a quien la da y enriquece a quien la recibe”. Creo que el que tenga el don de hacer reír, no le cuesta mucho, eso le sale solo, incluso hay artistas que uno se acostumbra a verlos en personajes cómicos que después no los acepta en dramatizados, aunque sean geniales, al final uno les encuentra algo chistoso, por lo menos a mi me pasa.

Osvaldo Macedo de Sousa, especialista en humor gráfico portugués: Claro que sim.

Pablo Piloña, gráfico guatemalteco: Totalmente, lo bueno cuesta más.

Panchito, gráfico cubano: ¡¡Qué no te quepa la menor duda!!

Pati, gráfico argentino: Creo que las dos cosas son difíciles si uno no apela a los golpes bajos y a los recursos más evidentes.

Pattie Rodelli, gráfica argentina: Creo que es verdad, escribir humor supone un esfuerzo enorme, pero depende como siempre de la ductilidad del escritor, a mi me gusta escribir humor, y reírme mientras lo escribo, me entero si les gusta a los demás solo cuando me lo dicen, por eso trato de chequear antes de publicarlo, que lea algún amigo o conocido y ver la reacción. Ahora que lo pienso…¿Hacer llorar de la risa vale como hacer llorar?

Paulo Ramos, especialista en humor, brasilero: No Brasil, temos essa expressão também, que seria traduzida com frases como "melhor rir do que chorar" ou "rir é o melhor remédio". Como o país é marcado pelo bom humor, são ditados que casam bem com o perfil da população.

En Brasil, también tenemos esta expresión, que se traduciría con frases como "mejor reír que llorar" o "reír es la mejor medicina". Como el país está marcado por el buen humor, hay dictados que encajan con el perfil de la población.

Percy, 1922-2013, gráfico chileno: Obvio que es más fácil hacer llorar que hacer reír. La prueba mejor: quítele un juguete a un niño. Lo más probable es que llore y si no, es capaz de dejarlo a usted llorando por el dolor de la patada o del objeto que le lanzó. Todo depende del estado anímico de cada uno; existen personas que ríen fácilmente, otras necesitan mayor estímulo para sacarle una sonrisa. Sin embargo, estos dos grupos, con toda seguridad, llorarán frente a una escena triste. Hacer reír, pienso yo, es como tener una varita mágica. El chiste, la mueca, el salto divertido o lo que utilicemos para hacer reír siempre será bueno. En lo personal, yo utilizo el chiste o la broma; son mis armas o medios de conquista, ya sea en el amor, en la amistad y en el compañerismo. En todo caso, ambos son necesarios en la vida, tal como la sal y el azúcar​.

Pible, escénico y literario cubano: Estoy completamente de acuerdo con esa criteriosa frase. Y te pongo un ejemplo bastante cercano: el mío (que a lo mejor no es ningún ejemplo por venir de donde viene): Yo puedo contar un chiste y, sin que sea mi intención, es posible que todo el público se eche a llorar de tristeza. En cambio, para hacer reír de alegría a una sola persona (mi suegra, por citar otro ejemplo que tampoco lo es) tendría que morirme. Y morirse, por mal que le haya ido a uno, no es un proyecto de vida agradable para nadie. Al menos para mí no lo es, al menos que junto conmigo se muera mi suegra.

Pica, gráfico colombiano: Muchos de nosotros los humoristas hemos logrado en medio de la verdad, hacer llorar de la Risa.

Pitín, 1931-2007, gráfico cubano: Sí, pero yo también he visto a gente llorar riéndose de una caricatura.

Pito Campos, gráfico argentino: No creo que se pueda sentenciar eso.

Pugliese, gráfico argentino: Puede ser...

Quim, gráfico español: Remover siempre es difícil.

Ramiro Zapata, gráfico colombiano: Contexto para la pregunta o dualidad de quien responde... ¿Existen motivos o son muy escasos los momentos para hacer llorar de felicidad?

Ramón Fernández-Larrea, literario, escénico y audiovisual cubano: Es cierto. El ser humano tiene una natural disposición para llorar y que lo hagan verter lágrimas. Sospecho que es para que los demás lo vean. Uno llora sin comprender por qué lo hace. Para reír hay que entender de qué se ríe. Y eso cuesta trabajo.

Ramsés, gráfico cubano: Sí, creo que es verdad.

Raúl de La Nuez, gráfico cubano: Hacer reír es una profesión, es una carrera larga que nos ocupa todo el tiempo, requiere de mucho esfuerzo y sacrificio solo de decirlo siento ganas de llorar… ja, ja.

Reuben Morales, escénico y literario venezolano: Pienso que cada quien nace hecho para algo en especial. Cada cosa tiene su dificultad congénita. Un buen momento de llanto me parece tan difícil de producir como un buen momento de risa. Ahora, si hacemos la distinción entre tristeza y alegría y asociamos la tristeza a la destrucción y la alegría a la construcción; creo que es más fácil destruir que construir. Si no, constátelo con cualquier régimen autoritario de corte socialista.

Ricardo Berczuk, literario argentino: Sin ninguna duda. Dame un martillo y te lo demuestro ya mismo. Sí, siempre es un gran desafío hacer reír, con una probabilidad baja a moderada de conseguir la risa y otra muy alta de pasar el ridículo. Además, no existe un único humor. Creo que cada humorista tiene un público más bien acotado porque no hay dos personas que se rían de las mismas cosas. Es más, hasta me animo a decir que cada chiste o cada cuento tiene un público. En mi caso particular me ha sucedido que personas en principio similares en su formación y gustos han reaccionado muy distinto a mi trabajo. A algunos les pareció horrible y a otros les pareció malísimo.

En serio, como te debe pasar a ti y otros colegas, sé lo difícil que es hacer reír y disfruto enormemente cuando lo consigo.

Uno de mis recursos para hacer reír es pegarme con un martillo como en las viejas películas. Por lo tanto me desdigo de lo anterior: "Es tan fácil hacer reír como llorar". 

Rius, 1934-2017, gráfico mexicano: No me he dado cuenta, pues mi pretendida profesión es hacer reír y casi nunca me doy cuenta si lo logro o no...

Rol, gráfico peruano: Los mecanismos para desencadenar emociones intensas como la risa o el llanto son usualmente distintos. No obstante, los dos pueden llegar a tener el mismo grado de exigencia en sus procesos creativos. Ambos se basan en el estudio de tipos y situaciones reales y, por ende, son susceptibles de usar metodologías de similar grado de complejidad.

Ropoco, gráfico colombiano: No sé, mi suegra ni llora, ni se ríe. Y mi esposa se acostumbró tanto a los golpes que a veces, riéndose, dice: “Haz perdido fuerza”.

Rudy, literario, escénico y gráfico argentino: Supongo que sí, porque podría decir que para hacer llorar basta con leer el diario en voz alta, pero no sé. En verdad, los que tratamos de hacer reír no tratamos de hacer llorar, y para un humorista debe de ser más difícil hacer llorar porque en realidad la búsqueda de la risa del otro va más allá de lo profesional, es "algo personal". Yo disfruto cuando hago reír a otro, y no cuando lo hago llorar. Entonces tendría que esforzarme para buscar algo que haga llorar, mientras que buscar algo que haga reír, puede ser costoso a veces, pero tiene un plus de placer personal.

Ruminat, gráfico argentino: No creo que sea tan así, eso depende de cada uno, conmigo, por ejemplo, esa frase no se cumple, yo me río con más facilidad de lo que lloro.

Sanmartín, gráfico peruano: Sí. Pero no tanto, a veces del mismo motivo que nos hace llorar sale una ocurrencia que nos hace reír, tanto así que terminamos llorando de risa.

Santaella, gráfico mexicano: En un país con tanta violencia actualmente nos estamos acostumbrando a tanta maldad al punto de reír de ella, primero lloramos y después reímos. Se dice que cierta cantidad tristeza equivale a la misma cantidad de risas lo que se puede deducir que hacer reír y hacer llorar cuesta lo mismo.

Seba Ozdoba, escénico argentino: A juzgar por la cantidad de veces que he intentado hacer reír y sólo conseguí que la gente se fuera angustiada del teatro, creo que sí.

Sépi, gráfico argentino: Entiendo que todo se debe a una costumbre que se practica desde el nacimiento del hombre. Cuando uno nace, lo hace de una manera violenta. Uno está en el paraíso, dentro del vientre de la madre, navegando en aguas placenteras, protegido y de repente aparece un “alguien” y nos saca a este mundo. Entonces vemos su rostro empapado en sudor, con manos de hule blanco que nos quiere sacar de nuestro paraíso y no conforme con esto, nos da un chirlo en las nalgas para que larguemos el llanto. Y lo hacemos, claro. A medida que vamos creciendo, por cada problema que surcamos, yo creo que recordamos esa fea cara que nos trajo a este feo mundo y entonces lloramos. El arte de reír, cada día, no falsamente sino espontáneamente, nos va cambiando esa realidad. En mi propósito personal, está justamente intentar sacar una sonrisa en aquellos a quienes más le cuesta. La vida con una sonrisa es diferente y hace diferente el día a quienes encontramos a lo largo del camino. No la estupidez de reír por nada, sino de sentirnos alegres.

Stegun, gráfico brasilero: Considerando mi día a día como caricaturista, veo en la práctica que pasa a la inversa. Al final, cada trabajo que entrego despierta una sonrisa en el rostro de las personas. En mi ambiente de trabajo y personal, la risa está muy presente.

Telo, escénico cubano: Eso lo dijo un verdugo que en su tiempo libre, sin mucho éxito, hacia de payaso de cumpleaños.

Fergo, literario y audiovisual panameño: Decía Felix B. Caignet, autor de “El Derecho de Nacer” que los dramaturgos son los chulos de dolor ajeno”. Y era un dramaturgo con tremendo sentido del humor. Pero sintetizo: hay más gente haciéndote llorar, que humoristas tratando de que rías.

Turcios, gráfico colombiano: Creo que sí, es que para hacer llorar no hace falta ser un genio, agarras un palo y pegas. Para hacer reír, primero hay que pensar.

Ulises, escénico cubano: Pregúntale a una cebolla.

Víctor Solís, gráfico mexicano: Para como están las cosas, creo que si tenemos justificadamente más a la mano el llanto.

Virulo, musical y escénico cubano: ¿Quien dijo esa tontería?

Walter Toscano, gráfico peruano: Para mí sí. Un golpe en la cara, un repentino accidente de tránsito, la ruptura de una relación de amistad o amorosa nos provoca el llanto; pero la risa es sumamente difícil. Además, estoy seguro, hacer reír es producto de un elaborado plan; es, pues, como el crimen perfecto para matar el tedio.

Wilfredo Torres, gráfico cubano: Yo te puedo hacer llorar dándote un martillazo en donde más te duela, o te puedo hacer reír haciéndote cosquillas. Pero eso ya es un hecho fisico. La realidad es que se subestima totalmente al artista satírico y se relega a un segundo plano. Lo mismo sucede con la caricatura que salvo pocas excepciones se considera un arte menor. Los actores dramaticos se creen que son capaces de hacer reír y para mí en la mayoría de las veces hacen el ridículo. Que la gente ría es un gustazo que se da el humorista verdadero y que no lo logra el improvisado.

Wolf, literario argentino: Desde luego. Lo vemos todos los días en la calle, en los noticieros y talk shows televisivos.

Yovany González, escénico cubano: Por supuesto. La risa se saca con inteligencia, el llanto con un pisotón.

Zulema Cruz, escénica cubana: Sííí, claro que es verdad.

Zuleta, gráfico colombiano: Diría que si, hacer llorar es simple, hacer reír es un acto más complejo. Pero hacer reír y al mismo tiempo hacer pensar es todavía más. Justo en este último aspecto es donde está ubicado el tipo de humor gráfico que realizo. Sin bien, hacer situaciones chistosas donde genere risa en el espectador, casi siempre los caricaturistas recurren a situaciones triviales, pero después de ese momento de risa viene un vacío y la caricatura pierde su efectividad. En cambio, cuando se hace humor inteligente, la caricatura logra un atemporalidad mayor; mi estrategia es en muchos casos atrapar al espectador con una situación graciosa, pero esto lo llevo a un contexto más complejo y, allí, inserto una pregunta reflexiva que muy seguramente seguirá presente en el espectador, y al observar nuevamente mi caricatura, esta no se agota sino que lleva a una acto de reflexión mucho mayor. Y este tipo de caricaturas creo que contribuye a la construcción de un pensamiento crítico en el espectador.

 

Voy a finalizar este artículo con mi opinión sintetizada sobre el tema, como si estuviera entrevistándome. Es que no quiero que se piense que no tomé partido.

Según mi criterio, no existe nada fácil en la creación de calidad en general. Hacer tragedia o comedia en cualquier manifestación artística es difícil y mientras más nivel de elaboración y profundidad tenga la obra, más difícil es de crear.

Lo que quizás ocurra es que como el llanto está más cerca de la emocionalidad del ser humano y el humor más cercano a la inteligencia, sea más fácil llegar al corazoncito de las grandes masas, sin contar que tener el sentido del humor bien desarrollado conlleva más dedicación, esfuerzo y tiempo que alguien que pique cebolla.

 

(Continuará…)

Copyright © Pepe Pelayo. Publicado en Humor Sapiens con el permiso de su autor. Reservados todos los derechos.