El mexicano Münchhausen | Sharpe, el humor británico crítico

Ricardo Guzmán Wolffer
Abogado, narrador, poeta, dramaturgo y humorista literario.
Sharpe, el humor británico crítico

Article in English

 

Tom Sharpe (Inglaterra, 1928-2013) es uno de los humoristas ingleses ineludibles. Su amplia obra novelística ha dado para adaptaciones a televisión, teatro y cine. Entre todas sus novelas, destacan “El temible Blott” y “los Grope” para establecer que en su caso el humor es una forma poco amable para indagar en la superficie y profundidades de una sociedad.

Ambas novelas se desarrollan en poblaciones rurales. Con la diferencia de que el matriarcado Grope es una familia de campesinos, prácticamente aislados del resto de la población por el temor que les tienen a las integrantes de este grupo, por ser secuestradoras de hombres; en tanto que Blott es el mayordomo de unos aristócratas campestres, donde ella es la heredera de una larga dinastía noble (incluso hay rumores de un posible hijo bastardo del rey entre sus ascendientes) y él es un escalador social que odia a su esposa por no cumplirle sus preferencias sexuales masoquistas. Las tramas enredadas y llenas de críticas al sistema y a la visión del mundo dividido entre clases sociales, se tornan reveladoras tanto de esas divisiones, como de aspectos profundos que comparten con muchos países, como la corrupción, el influyentismo, la doble moral y, al final, el mensaje autoral de que, incluso debajo de tanta descomposición social, los británicos de sus novelas sólo quieren vivir en paz. Y si se pueden cumplir sus fantasías personales, de clase y de nación, tanto mejor. Además, los personajes de Sharpe terminan por conquistar al lector: Blott es un refugiado alemán que se siente feliz de haber llegado al país que él considera la cuna de la civilización, además cuenta con una cama, comida y, sobre todo, sirve a una mujer que nadie más desea y que termina conquistando cuando pasa de ser un mayordomo servil, a un guerrillero defensor del castillo familiar para evitar que el ratero esposo culmine un proyecto para que la nueva carretera pase sobre el área del castillo, este deba ser demolido y él reciba el pago de la expropiación. Pero no contaba con el temible Blott, quien emborracha a los constructores, cierra el paso al ejército, pelea a balazos y aceite hasta derrotar a los atacantes del estado. Sin proponérselo, se convierte en el héroe de la señora para quedarse con el castillo y el título nobiliario. Es un ser que se ha sublevado ante todos para pasar de la servidumbre a la plenitud social y familiar. Algo similar pasa con los Grope, donde la esposa de un vivales secuestra a su sobrino para llevarlo a la hacienda Grope y casarse con él para perpetuar la línea familiar: el muchacho y ella enfrentan la adversidad y triunfan: ella deja al esposo y él escapa de sus nefastos padres que le han hecho la vida imposible. Al igual que con Blott, vemos en la novela de Grope un ataque policiaco, aquí francamente innecesario, donde las explosiones y la destrucción de ambos no logran ocultar la mala opinión que el autor tiene de las fuerzas del orden: desorganizadas, ignorantes, abusivas y, especialmente los jefes, capaces de torcer los hechos con tal de salir bien parados. No es México, cabe aclarar.

Estamos en la guerra de los sexos en sus dos variantes: la imposición femenina de las Grope y la sumisión masculina de Blott. Como es de suponerse, atrás de los finales felices hay largos años de inconformidad y tristeza. Lady Maud sabe que su esposo tiene una amante y lo acepta con tal de no divorciarse, pero llegado el momento, hace alianza con ella para arrasar al infiel escalador. Las Grope, por su parte, esconden una historia de repudio social basada tanto en la violencia ejercida para conseguir hombres, como en su mala fachada. Incluso el padre del sobrino secuestrado logra una breve redención sexual al encontrar una amante que le dura unos días, pues muere después de tanto sexo. Imposible encontrar una mejor manera de plantear estas problemáticas siempre dolorosas. El humor expone personajes que terminan por ser caricaturas de políticos, actores sociales y una caterva de trabajadores de menor importancia que deciden abusar del poder en cuanto tienen una mínima opción para vengarse del trato recibido por esa sociedad que es implacable con todos los estratos sociales. Con Blott, además, vemos al juez anciano y necio que no puede lidiar con los problemas sociales, tanto por su cerrazón institucional, como por el gusto de callarle la boca a una mujer que intenta ejercer un derecho. En la inagotable discusión sobre cómo ejercer la carrera judicial, es claro que ni las preferencias personales ni las preferencias políticas pueden ser un camino para los juzgadores.

Un humorista de primer nivel, dispuesto siempre a evidenciar lo podrido de esa sociedad que, al final, podría ser cualquier otra donde falle el engranaje social básico.

 

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Sharpe, critical British humor

By Ricardo Guzmán Wolffer

 

Tom Sharpe (England, 1928-2013) is one of the essential English comedians. His extensive novelistic work has been adapted for television, theater and film. Among all his novels, “The Fearsome Blott” and “The Grope” stand out to establish that in his case humor is an unfriendly way to investigate the surface and depths of a society.

Both novels take place in rural towns. With the difference that the Grope matriarchy is a family of peasants, practically isolated from the rest of the population due to the fear they have of the members of this group, for being kidnappers of men; while Blott is the butler of some country aristocrats, where she is the heir to a long noble dynasty (there are even rumors of a possible bastard son of the king among her ancestors) and he is a social climber who hates his wife for not fulfill your masochistic sexual preferences. The tangled plots, full of criticism of the system and the vision of the world divided between social classes, become revealing both of these divisions and of deep aspects that they share with many countries, such as corruption, influenceism, double standards and, at the same time, Finally, the author's message that, even under so much social decomposition, the British in his novels only want to live in peace. And if their personal, class and nation fantasies can be fulfilled, so much the better. Furthermore, Sharpe's characters end up conquering the reader: Blott he is a German refugee who feels happy to have arrived in the country that he considers the cradle of civilization, he also has a bed, food and, above all, he serves a woman that no one else wants and that he ends up conquering when he goes from being a servile butler, to a guerrilla defender of the family castle to prevent the thief husband from completing a project so that the new road passes over the castle area, it must be demolished and he receives the payment for the expropriation. But he did not count on the fearsome Blott, who gets the builders drunk, blocks the way for the army, fights with bullets and oil until he defeats the attackers of the state. Without intending to, he becomes the lady's hero to keep the castle and the noble title. He is a being who has risen up against everyone to go from servitude to social and family plenitude. Something similar happens with the Gropes, where the wife of a vivales kidnaps her nephew to take him to the Grope ranch and marry him to perpetuate the family line: the boy and she face adversity and triumph: she leaves her husband and he escapes. of his disastrous parents who have made his life impossible. As with Blott, we see in Grope's novel a police attack, here frankly unnecessary, where the explosions and destruction of both fail to hide the poor opinion that the author has of the forces of order: disorganized, ignorant, abusive and , especially the bosses, capable of twisting the facts in order to get away with it. It is not Mexico, it should be clarified.

We are in the war of the sexes in its two variants: the feminine imposition of the Grope and the masculine submission of Blott. As might be expected, behind happy endings there are long years of discontent and sadness. Lady Maud knows that her husband has a lover and accepts it in order not to divorce, but when the time comes, she makes an alliance with her to destroy the unfaithful climber. The Grope, for their part, hide a history of social rejection based both on the violence used to get men, and on their bad facade. Even the father of the kidnapped nephew achieves a brief sexual redemption by finding a lover who lasts a few days, since he dies after so much sex. It is impossible to find a better way to raise these always painful problems. The humor exposes characters who end up being caricatures of politicians, social actors and a group of minor workers who decide to abuse power as soon as they have a minimum option to take revenge for the treatment received by that society that is implacable towards all social strata. With Blott, we also see the old and foolish judge who cannot deal with social problems, both because of his institutional closure, and because of the pleasure of shutting up a woman who tries to exercise a right. In the inexhaustible discussion about how to pursue a judicial career, it is clear that neither personal preferences nor political preferences can be a path for judges.

A first-rate comedian, always willing to show the rottenness of that society that, in the end, could be any other where the basic social machinery fails.

 

(This text has been translated into English by Google Translate)

Copyright © Ricardo Guzmán Wolffer. Publicado en Humor Sapiens con el permiso de su autor. Reservados todos los derechos.