El carnaval de Aalst se celebra todos los años durante tres días, a partir del Domingo de Cuaresma cristiano. Con su celebración culmina el año de preparativos efectuados por los vecinos de esta ciudad, situada al norte de Bélgica, en la región de Flandes Oriental. Las festividades, jubilosas y satíricas a la vez, se señalan por los siguientes eventos: la proclamación simbólica del Príncipe Carnaval como alcalde de la ciudad, que recibe las llaves de ésta durante una ceremonia en la que se ridiculiza a los políticos del municipio; el desfile de gigantes y de Bayardo, el caballo legendario del emperador Carlomagno; el baile con escobas en el emplazamiento del mercado central para ahuyentar a los fantasmas del invierno; el desfile de muchachos jóvenes disfrazados de mujeres que llevan corsés, cochecitos para niños y paraguas rotos; y la quema ritual de la efigie del Carnaval, acompañada por los gritos de los presentes que quieren que la fiesta se prolongue por espacio de una noche más. Además de los participantes oficiales que desfilan en carros alegóricos escrupulosamente preparados, vienen a sumarse a las festividades grupos extraoficiales que escenifican burlescamente los acontecimientos locales e internacionales del año que acaba de transcurrir. Esta celebración tradicional de 600 años de antigüedad atrae a unos 100.000 espectadores y es una expresión de un esfuerzo colectivo de todas las clases sociales, así como un símbolo de la identidad de la ciudad dentro de la región. Recreada continuamente por las generaciones más jóvenes, la atmósfera jocosa y un tanto subversiva de este carnaval secular constituye una ocasión para exaltar la unidad de la ciudad de Aalst.
Esta Fiesta ha sido declarada por la UNESCO "Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad".