El 23 de julio de 2011, hace ahora trece años, una cantante, con inolvidable registro vocal, y admirada por sus mezclas de distintos géneros musicales, incluidos entre ellos el soul, jazz, rock & roll y ska, desaparecía físicamente, y nos dejaba la angustia y las emociones a flor de piel. Su muerte la causaba una intoxicación etílica, a los 27 años.
Amy Winehouse, primera intérprete británica en ganar cinco premios Grammy, en el 2008, con tan solo 24 años, considerada una de las mejores cantantes de soul de todos los tiempos, tuvo una vida, primero, marcada por el divorcio de los padres; segundo, por una manipulación interesada de su padre Mitchell Winehouse; tercero, por una relación tóxica con un marido, Blake Fielder, que la llevó al precipicio de las drogas y el alcohol; cuarto, por un manager que no dudó, a pesar de su estado frágil y enfermizo de organizarle una gira en el momento más crítico de su vida, quinto, por una prensa carroñera, que hizo sangre con sus problemas existenciales, y sexto, por su propio comportamiento autodestructivo. Así partía de este mundo. Su agonía llegaba con su música. Su ausencia es una inmensa pérdida.
En 2003 Winehouse había lanzado su álbum debut, “Frank”, que obtuvo críticas positivas y fue comercialmente exitoso en su país natal, el Reino Unido, y fue nominado a los premios Mercury Prize.
Su segundo disco “Back to black” (2006), posteriormente premiado en los Grammys, se convirtió, por su portentosa voz y por incluir sentidas composiciones, donde plasmó sus experiencias personales más tormentosas, en el más vendido en Gran Bretaña y en el más aplaudido en todo el mundo por los admiradores de su música. Su pieza “Rehab”, la mejor canción del año, dice: “Intentaron llevarme a rehabilitación, pero dije que no, no, no...”
El revelador documental “Amy” (2015), de Asif Kapadia, es un vibrante y estremecedor filme, que capta, gracias a un excelente material de archivo, ya que la cantante fue filmada y fotografiada hasta la saciedad, la vida de esta lumbrera musical que acabó como un juguete roto, y que no aspiraba a la fama, sino a ser una cantante y a tener una vida normal. La fama le vino de pronto y no supo qué hacer con ella. Amy tuvo, lamentablemente, sonados y públicos problemas con las drogas y el alcohol. Su agonía llegaba con su música. Su desaparición física es una inmensa pérdida.
El filme, con dos horas de duración, nos emociona y nos entristece al ver en la pantalla, cómo Amy nos seduce con su voz ya desde muy joven, y cómo su vida va a la deriva tras sus éxitos. El documental de largometraje es el género más difícil de desarrollar, y en este caso ratifica cómo el talento, y el arte cinematográfico, con todos los elementos de su lenguaje: fotografía, montaje, sonido, música, pueden lograr una obra maestra.
En este aniversario de su desaparición física, quiero recordar aquí, cómo, una vez sabida su muerte, en Brasil, en la ciudad de Sao Paolo. se organizó la exposición “Amy a mil trazos”, por parte de José Antonio Lovetro , presidente de la Asociación de Caricaturistas de Brasil, en la que diversos dibujantes de ese país le rindieron homenaje, en una muestra que tuvo amplias repercusiones en el ámbito del humor gráfico internacional.
Tras lanzar la convocatoria por internet, José Alberto, caricaturista, periodista y curador de la muestra, logró la participación rápida y entusiasta de dibujantes que ya habían abordado este trabajo fisonómico. “El apoyo fue inmediato –dijo – , fue una especie de expo-flash, una idea que surgió por pura inspiración, como las mismas melodias de Amy”.
Con el cabello estilo torta de boda, los ojos marcados con delineador, y sus diversos tatuajes, aparecieron, ante el espectador de esta muestra, cuarenta y cuatro formas diferentes de ver a Amy Winehouse, de interpretar su desordenada existencia, su legado musical, su comportamiento: la cantante cobró vida en los dibujos de Fernandes, Dalcio, Paffaro, Dimaz Restivo, Junior Lopez, Amorim, Paolo Cavalcante, Edra, Caco Galhardo, Caó Cruz, Carvall, Cassio Mango, William Medeiros, Cris Carnelós, Daniel Paione, Danyael Lopes, Stegun, De Pieri, entre otros.
El programa de la muestra señaló que “la caricatura personal siempre es un reto, y es una forma de divertida y exagerada de enfatizar las características físicas o los comportamientos que llaman la atención de los personajes de la vida real. El artista debe tener una sensibilidad especial que le permita destacar algunos matices, para mediante su línea acentuar los gestos, vicios y hábitos de la persona en particular. Por lo que en la buena caricatura pesonal se refleja lo sublime y lo ridículo de un personaje, y los aspectos de su alma”.
Los caricaturistas, una vez, con su imaginación vencían a la muerte. Amy Winehouse siempre será recordada y su música, será escuchada.
El Boletin Humor Sapiens reproduce algunas de las obras de aquella muestra.
Amy Winehose - Dibujo de Paffaro.
Amy Winehouse - Dibujo de Dimaz Restivo.
Amy Winehouse - Dibujo de Dalcio Machado.
Amy Winehouse - Dibujo de Fernandes.
Amy Winehouse - Dibujo de Junior.
VISUAL HUMORS | Remembering Amy Winehouse
By Francisco Puñal Suárez
On July 23, 2011, thirteen years ago now, a singer, with an unforgettable vocal range, and admired for her mixes of different musical genres, including soul, jazz, rock & roll and ska, physically disappeared, and left us anguish and emotions on the surface. His death was caused by alcohol poisoning, at the age of 27.
Amy Winehouse, the first British performer to win five Grammy Awards, in 2008, at just 24 years old, considered one of the best soul singers of all time, had a life, first, marked by her parents' divorce; second, due to an interested manipulation of his father Mitchell Winehouse; third, due to a toxic relationship with a husband, Blake Fielder, that led her to the precipice of drugs and alcohol; fourth, by a manager who did not hesitate, despite his fragile and sickly state, to organize a tour for him at the most critical moment of his life, fifth, by a scavenger press, which drew blood with his existential problems, and sixth, by his own self-destructive behavior. This is how he left this world. His agony came with his music. His absence is an immense loss.
In 2003, Winehouse had released her debut album, “Frank,” which garnered positive reviews and was commercially successful in her native country, the United Kingdom, and was nominated for a Mercury Prize.
Her second album “Back to Black” (2006), later awarded at the Grammys, became, due to her powerful voice and for including heartfelt compositions, where she captured her most stormy personal experiences, the best-selling in Great Britain and the most applauded throughout the world by admirers of his music. Their piece “Rehab,” the best song of the year, says: “They tried to take me to rehab, but I said no, no, no…”
The revealing documentary “Amy” (2015), by Asif Kapadia, is a vibrant and shocking film, which captures, thanks to excellent archival material, as the singer was filmed and photographed ad nauseam, the life of this musical luminary. who ended up like a broken toy, and who did not aspire to fame, but to be a singer and have a normal life. Fame came to him suddenly and he didn't know what to do with it. Amy had, unfortunately, notorious and public problems with drugs and alcohol. His agony came with his music. His physical disappearance is an immense loss.
The film, with a duration of two hours, excites and saddens us when we see on the screen how Amy seduces us with her voice from a very young age, and how her life drifts after her successes. The feature-length documentary is the most difficult genre to develop, and in this case it confirms how talent, and cinematographic art, with all the elements of its language: photography, editing, sound, music, can achieve a masterpiece.
On this anniversary of his physical disappearance, I want to remember here how, once his death was known, in Brazil, in the city of Sao Paolo. The exhibition “Amy a mil strokes” was organized by José Antonio Lovetro, president of the Association of Cartoonists of Brazil, in which various cartoonists from that country paid tribute to her, in an exhibition that had wide repercussions in the field of art. international graphic humor.
After launching the call online, José Alberto, caricaturist, journalist and curator of the exhibition, achieved the rapid and enthusiastic participation of cartoonists who had already tackled this physiognomic work. “The support was immediate,” he said, “it was a kind of expo-flash, an idea that arose out of pure inspiration, like Amy's own melodies.”
With wedding cake-style hair, eyes marked with eyeliner, and her various tattoos, forty-four different ways of seeing Amy Winehouse appeared before the viewer of this exhibition, of interpreting her disordered existence, her musical legacy, her behavior: the singer came to life in the drawings of Fernandes, Dalcio, Paffaro, Dimaz Restivo, Junior Lopez, Amorim, Paolo Cavalcante, Edra, Caco Galhardo, Caó Cruz, Carvall, Cassio Mango, William Medeiros, Cris Carnelós, Daniel Paione, Danyael Lopes, Stegun, De Pieri, among others.
The sample program noted that “personal caricature is always a challenge, and is a fun and exaggerated way of emphasizing the physical characteristics or behaviors that attract the attention of real-life characters. The artist must have a special sensitivity that allows him to highlight some nuances, in order to accentuate the gestures, vices and habits of the particular person through his line. Therefore, a good personal caricature reflects the sublime and the ridiculous of a character, and the aspects of his soul.”
Cartoonists once defeated death with their imagination. Amy Winehouse will always be remembered and her music will be heard.
The Humor Sapiens Bulletin reproduces some of the works from that exhibition.
(This text has been translated into English by Google Translate)