El humor es cosa seria No° 3

Jorge Abasolo
Escritor, humorista, periodista e historiador.
El humor es cosa seria No° 3

Article in English

 

La psicología del humor

 


La imaginación nos compensa por lo que no somos.
El humor, por lo que somos

Winston Churchill

 

A lo largo de la historia, son muchas las personas que han intentado descifrar los secretos del humor. Pongamos como ejemplos los caso de Platón, Aristóteles, Cicerón , Thomas Hobbes, Francis Bacon, Descartes, Hegel y hasta el mismísimo Sigmund Freud.

A la hora de recomendar un libro serio acerca del humor, me inclino por “La Risa”, del francés Henry Bergson, filósofo y Premio Nobel de Literatura.

A pesar de los ingentes esfuerzos por descifrar las razones que nos incitan a reír, aún  no se ha podido dar con un modelo teórico capaz de aclarar todos los aspectos del fenómeno humorístico y para entenderlo hay que recurrir a explicaciones parciales y fragmentadas.

Todo ello podríamos resumirlo en algunas teorías de esas llamadas clásicas.

Teoría de la incongruencia

Conforme a esta tesis, el humor se desencadena al asociar dentro de un mismo contexto o atmósfera, dos ideas incongruentes entre sí. Es decir, dos conceptos que por separado podrían resultar completamente lógicos, pero que se estrellan estrepitosamente al relacionarse entre sí.

Veamos un ejemplo de Mark Twain:

Dejar de fumar es muy fácil.

Yo ya lo he logrado más de diez veces.

Vistas de modo aislado, ninguna de las dos líneas tienen nada de extraordinario. Sin embargo, al unirlas en un solo contexto, la lógica de la segunda rompe absolutamente con la primera.

La forma más frecuente de construir estas asociaciones incongruentes es comenzando con un planteamiento que encauce el pensamiento en alguna dirección determinada y, después, darle un giro inesperado, para pasar a otro plano distinto, cuya lógica choque con la del primero.

Por ejemplo:

El marido le dice a su esposa:

-Cariño, si te sacaras cien millones de pesos en la Lotería, ¿me dejarías de querer?

Ella responde:

-No, mi vida. Pero te echaría mucho de menos.

Después del “no, mi vida”, el relato da un quiebre imprevisto que rompe con la lógica inicial.

Sin embargo, no es imprescindible que el chiste tenga dos partes distintas para poder construir una incongruencia. Basta con una sola que viole las reglas de la lógica o las costumbres aceptadas por la sociedad. El humor de lo absurdo se suele basar en este tipo de incongruencias que rompen la lógica. Por ejemplo:

-¡Qué ganas de que nazca luego nuestro hijo para saber cómo se llama!

Pongamos otro ejemplo:

El médico le dice al paciente:

-Es una lástima que usted no tenga una pulmonía, porque es de lo que más entiendo.

En estos dos ejemplos no hay, como sucedía en las anteriores, una segunda parte que choque con la lógica de la primera. Aquí el encontronazo arremete contra el sentido común.

Sumemos otro ejemplo:

-En comparación es más barato.

-¿En comparación con qué?

-En comparación con otro más caro.

El humor de los payasos también suele estar basado en la técnica de violar las costumbres o el sentido común. Por ejemplo, el payaso que se cae solo, de puro distraído, el mago que saca un cerdo de un bolsillo, en lugar de la esperada paloma o el cómico que cuenta chistes obscenos en público con total desparpajo.

Paradojalmente, aún no se conoce el mecanismo fisiológico por el que la percepción de una incongruencia llega a desembocar en risas. Algunos consideran que ser capaz de racionalizar el desconcierto inicial, provocado por la incongruencia, causa una especie de placer intelectual, pero olvidan que placer y risa no son la misma cosa.

Arthur Koestler asegura que se trata de una especie de descarrilamiento emocional: las ideas planteadas en la primera parte del chiste ponen en marcha unas emociones determinadas y, súbitamente, el pensamiento hace un quiebre y continúa un rumbo diferente. Como las emociones conservan durante más tiempo su inercia que las ideas, son incapaces de cambiar de vía y se descarrilan. Según el mismo autor, esa colisión de emociones por un lado y el pensamiento por otro, es el que produce en el cerebro la sensación de que le han jugado una broma.

Se suele considerar a Francis Hutcheson, filósofo y moralista inglés nacido a finales del siglo XVII, como el pionero de la teoría de la incongruencia, a pesar de que ya en el siglo III antes de Cristo, el pensador Chuang Tzu decía en un conocido texto taoísta que lleva su mismo nombre: “Lo cómico reside en una yuxtaposición de elementos incongruentes, como una gran nariz y un sombrero pequeño”.

En una próxima oportunidad revisaremos otras teorías acerca de la psicología del humor.

 

 

The psychology of humor

 

Imagination compensates us for what we don't are.
Humour, for what we are.

(Winston Churchill)

 

 

Throughout history, there are many people who have tried to decipher the secrets of humor. Let's take as examples the case of Plato, Aristotle, Cicero, Thomas Hobbes, Francis Bacon, Descartes, Hegel and even Sigmund Freud himself.

When it comes to recommending a serious book about humor, I lean towards “La Risa”, by Henry Bergson, a French philosopher and Nobel Prize Winner for Literature.

Despite the enormous efforts to decipher the reasons that incite us to laugh, it has not yet been possible to find a theoretical model capable of clarifying all aspects of the humorous phenomenon and to understand it, it is necessary to resort to partial and fragmented explanations.

All this could be summarized in some theories of those classical calls.

Incongruity theory

According to this thesis, humor is triggered by associating, within the same context or atmosphere, two mutually incongruous ideas. That is to say, two concepts that separately could be completely logical, but that crash resoundingly when related to each other.

Let's look at an example from Mark Twain:

Quitting smoking is very easy.

I've already done it more than ten times.

Seen in isolation, neither of the two lines have anything extraordinary. However, by uniting them in a single context, the logic of the second completely breaks with the first.

The most common way to build these incongruous associations is to start with an approach that directs thought in a certain direction and then give it an unexpected turn, to move to a different level, whose logic clashes with that of the first.

For example:

The husband tells his wife:

-Honey, if you won a hundred million pesos in the Lottery, would you stop loving me?

She answers:

-No my life. But I would miss you so much.

After the "no, my life", the story makes an unexpected break that breaks with the initial logic.

However, it is not essential that the joke has two different parts to be able to construct an inconsistency. Just one that violates the rules of logic or customs accepted by society. The humor of the absurd is usually based on this type of inconsistency that breaks logic. For example:

-I can't wait for our son to be born soon to know his name!

Let's take another example:

The doctor tells the patient:

-It is a pity that you do not have pneumonia, because it is what I understand the most.

In these two examples there is not, as in the previous ones, a second part that clashes with the logic of the first. Here the clash attacks common sense.

Let's add another example:

-In comparison it is cheaper.

-Compared to what?

-Compared to a more expensive one.

Clown humor is also often based on the technique of violating customs or common sense. For example, the clown who falls down on his own, due to being distracted, the magician who pulls a pig out of a pocket instead of the expected dove, or the comedian who tells obscene jokes in public with total impudence.

Paradoxically, the physiological mechanism by which the perception of an incongruity leads to laughter is still unknown. Some consider that being able to rationalize the initial confusion, caused by the incongruity, causes a kind of intellectual pleasure, but they forget that pleasure and laughter are not the same thing.

Arthur Koestler assures that it is a kind of emotional derailment: the ideas raised in the first part of the joke set certain emotions in motion and, suddenly, the thought makes a break and continues in a different direction. Since emotions retain their inertia for longer than ideas, they are unable to change course and fall off the rails. According to the same author, this collision of emotions on the one hand and thought on the other, is what produces in the brain the sensation that a joke has been played on it.

Francis Hutcheson, an English philosopher and moralist born at the end of the 17th century, is usually considered the pioneer of the theory of incongruity, despite the fact that already in the 3rd century BC, the thinker Chuang Tzu said in a well-known text Taoist that bears his name: "The comic lies in a juxtaposition of incongruous elements, such as a large nose and a small hat."

In a next opportunity we will review other theories about the psychology of humor.

Copyright © Jorge Abasolo. Publicado en Humor Sapiens con el permiso de su autor. Reservados todos los derechos.