El fest-noz es una reunión festiva basada en la ejecución colectiva de danzas tradicionales de Bretaña al compás de cantos o músicas instrumentales. El potente movimiento cultural bretón ha preservado la práctica –viviente y constantemente renovada– de repertorios de danza heredados del pasado que contienen centenares de variantes y miles de melodías. Cada año se celebran unos mil fest-noz con un número de participantes que varía entre cien y varios miles. Los músicos y cantantes que actúan en esas reuniones festivas se cuentan por miles y las personas que van regularmente a bailar a ellas por decenas de miles. Además de la práctica del baile, esta fiesta se caracteriza por el gran espíritu de camaradería que reina entre los cantantes, músicos y bailarines, la gran diversidad social y generacional de los participantes, y la apertura a los demás. Aunque la transmisión de este elemento del patrimonio cultural se efectúa tradicionalmente mediante inmersión, observación e imitación, se cuentan por centenares los adeptos de esta práctica cultural que han colaborado con los depositarios de la misma para recopilar repertorios y sentar las bases de nuevas modalidades de transmisión. Además, hoy en día el fest-noz es un importante fermento de experiencias musicales y ha generado una auténtica economía cultural. Son muy numerosos los encuentros entre los cantantes, músicos y bailarines bretones y los de otras culturas. Además, muchos de los nuevos habitantes de pueblos de Bretaña utilizan el fest-noz como medio de integración, habida cuenta de la importancia que esta reunión festiva tiene en el sentimiento de identidad y continuidad de los bretones.
Estas fiestas han sido declaradas por la UNESCO "Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad".