Risa y dolor

En 1964, Normand Cousins, ejecutivo de Nueva York (E.U.), fue diagnosticado con espondilitis ​anquilosante, una especie de artritis espinal sumamente ​dolorosa que lo dejó lisiado. Por si fuera poco, los médicos no conocían la cura para esta enfermedad y Cousins cayó en un estado de depresión lo que hacía que su dolor se hiciera más intenso. Ante ello, los médicos le aconsejaron probar reírse; así pidió varias ​películas de Stan Laurel y Oliver Hardy «El gordo y el flaco» y de los Hermanos Marx. Apenas empezó a ver ​estas películas y reírse a carcajadas comenzó a sentirse mejor; descubrió que por diez minutos de risa lograba eliminar el dolor por dos horas. Combinando su terapia de risa con medicación y siguiendo las indicaciones de los médicos, logró curarse por completo de su enfermedad.