Tabarin

Fue payaso. Trabajaba en un escenario improvisado con un telón de fondo, al ritmo de una zanfona y un conjunto de violas. Basaba sus burlas en las situaciones comunes de los commedia dell'arte troupes, que eran divertidas en la corte francesa de la época, actualizadas para los parisinos al hacer bromas sobre alusiones de tópicos conocidos y saber chistes locales. Numerosas farsas y diálogos se le acreditaron y una larga serie de folletos baratos que pretenden ser sus obras completas comenzaron a aparecer ya en 1622. Tanto Molière como La Fontaine se vieron influenciados por la tradición tabariniana de conversaciones rápidas y groseras. Y Boileau y Voltaire también lo mencionaron mucho después de su ausencia. Tabarin se convirtió en el epónimo francés de cualquier artista cómico callejero.