Nos enteramos recién de que el dictador Kim Il-sung de Corea del Norte, buscaba la eterna juventud, entre otras cosas, con risoterapia. Se sabe de la necesidad que tienen ellos de ser inmortales, porque esa vida de poder total no es para perderla así como así, ¿no es cierto?
Y éste tirano vivió 82 años, siendo el promedio de vida de pueblo oprimido de 65. Así que le funcionó todo lo que hizo para eternizarse en su trono. Lo que dice mucho del poder de la risa y el humor. Algo que ellos saben muy bien, de ahí que lo prohíban o controlen, porque se puede convertir en un arma.
Siempre recordamos una anécdota que nos contaron en Cuba. Resulta que enviaron una delegación de humoristas gráficos cubanos a Corea del Norte y cuando allá preguntaron por algún suplemento humorísticos para visitarlo e intercambiar experiencias con los colegas coreanos, les respondieron que “ellos ya había superado esa etapa”. Es decir, que ya el Partido Comunista y el su Gran Líder habían eliminado la creación humorística, "como un paso superior en la vida nueva que están construyendo".
Así del pánico que siempre le han tenido al humor los dictadores. Por ello sentimos una mezcla entre gracia y repulsión, cuando leimos esa noticia. Porque es "curioso", por decir lo menos, imaginarse a ese señor en su vida privada, sin asomo de pudor, valorando tanto la risa y el humor.
"Crear, pensar y vivir con humor"