
Aunque a menudo se lo asocia con la burla o el cinismo, la ironía es una herramienta lingüística sofisticada que pone a prueba múltiples áreas del cerebro, permite interpretar intenciones ocultas y puede incluso fomentar la creatividad.
Su uso, comprensión y efectos han sido objeto de investigación en los campos de la psicología, la neurociencia, la lingüística y la salud mental. Las evidencias indican que se trata de una forma de comunicación compleja que requiere años de desarrollo y puede ofrecer beneficios cognitivos, emocionales y sociales.
“Esto se desarrolla especialmente tarde, alrededor de los nueve o diez años de edad, en promedio”, explicó la psicolingüista Penny Pexman, de la Universidad de Calgary, en una entrevista citada por la BBC. La autora enfatiza que no hay un solo factor que permita comprender la irnoía: también influyen el vocabulario, la gramática, la interpretación de señales vocales sutiles y el conocimiento de los contextos sociales apropiados.
El ambiente familiar tiene un impacto significativo. Según Pexman: “Si los padres utilizan la ironía, es mucho más probable que los niños desarrollen esta habilidad”.
La ironía exige un esfuerzo mental mayor que las declaraciones literales. “El cerebro debe comprender tanto la creencia real del hablante como la forma en que pretende que la otra persona interprete sus palabras”, señaló Pexman. Esto activa la red cerebral relacionada con la “mentalización”, es decir, la capacidad de atribuir creencias e intenciones a otros.
La psicóloga Ruth Filik, de la Universidad de Nottingham, identificó mediante imágenes por resonancia magnética funcional que la ironía activa las áreas cerebrales involucradas en interpretar intenciones ajenas. Pero observó que en particular, activa con más intensidad “las redes semánticas implicadas en el procesamiento general del lenguaje y en las regiones cerebrales implicadas en el humor”, lo que refleja su mayor complejidad.
Estudios adicionales señalan que distintas regiones cerebrales están implicadas en este tipo de procesamiento. Según Thetatva la neuropsicóloga Katherine Rankin, de la Universidad de California en San Francisco, los lóbulos temporales, el parahipocampo y los lóbulos frontales están involucrados en detectar la ironía. De hecho, la dificultad para reconocerlo puede ser un indicador temprano de patologías como la demencia frontotemporal.
Comprender y emplear la ironía puede potenciar la creatividad. Un experimento liderado por Li Huang (Insead, Francia), en colaboración con las universidades de Harvard y Columbia, mostró que recordar un intercambio irónico mejoraba la capacidad para resolver el “problema de la vela”, un clásico test de pensamiento lateral. El porcentaje de aciertos subió de un 30 % a más del 60 % tras recordar interacciones irónicas.
La ironía funciona también como estrategia de comunicación indirecta. En lugar de decir “esta habitación es un desastre”, un adulto puede optar por decir “¡qué orden impecable!” con tono irónico. Esta ambigüedad permite “mantener el velo del significado superficial sobre el significado subyacente”, según explicó Pexman, lo que puede evitar conflictos abiertos mediante la negación plausible.
Diversos estudios han asociado la ironía con inteligencia verbal, creatividad e incluso con un tipo de atractivo social. Un artículo publicado en Forbes señala que la ironía puede ser una forma de comunicación atractiva cuando se emplea estratégicamente y con empatía. “La evidencia sugiere que las personas que son conscientes de los pensamientos y sentimientos de los demás usan la ironía de una manera altamente estratégica y menos agresiva”, afirma el texto.
Además, investigaciones indican que compartir el sentido del humor irónico mejora la cercanía emocional, refuerza la resiliencia en situaciones adversas y contribuye a una conversación estimulante. La ironía, usada dentro de un vínculo de confianza, puede “generar creatividad en lugar de conflicto”, según un estudio de 2015 publicado en la Revista de Comportamiento Organizacional y Procesos de Decisión Humana. (Fuente: infobae.com).
"Crear, pensar y vivir con humor".