Pasó gran parte de su vida dedicado a la publicidad y al periodismo, laborando en disímiles tareas en las cuales desarrolló su increíble talento para la sátira, la crónica, la literatura humorística. Lo recordamos como un ser maravilloso y solidario. La popularidad de sus memorables columnas “Limonada” y “Riflexiones”, nunca ha sido superada.
En la década prodigiosa para el Humor en Cuba, los ochentas, tuvo a su cargo la creación y dirección de la sección “La Bobería”, en la revista Bohemia, con el emblema del personaje El Bobo. Además, escribió guiones para el Conjunto Nacional de Espectáculos. Por último, es indispensable mencionar los cerca de diez volúmenes que recogen las crónicas salidas del ingenio insuperable de quien obtuviera en el año 2000 el Premio Nacional del Humor.
Adiós, Maestro y amigo.
Desde aquí enviamos nuestras buenas vibras a sus familiares y colegas.
"Crear, pensar y vivir con humor".