Entrevista a Adela Basch

Pepe Pelayo
Creador y estudioso de la teoría y la aplicación del humor.
Adela Basch

¿Por qué te gusta hacer reír a tus lectores infantiles?

Me gusta divertir

a mis lectores infantiles

y también a los adultos.

La alegría ayuda a bien vivir

y por eso me encanta hacer reír.

Y punto.

Pero diré algo más:

la risa fortalece el cuerpo

y también el alma; trae paz

y nos hace vivir con el corazón abierto.

Como si esto fuera poco, aporta vitaminas

a nuestros pensamientos

y todo lo que toca lo ilumina.

 

El humor que haces en tus libros: ¿cómo se te ocurre?

El humor que hay en mis libros se me ocurre

cuando siento que sin humor todo me aburre.

Entonces mis ojos ven lo gracioso de las cosas

y mis oídos oyen a las palabras aletear como mariposas.

Escribir se vuelve un juego divertido

y una multitud de chistes viene a pasar ratos conmigo.

Por eso cuando veo las cosas de todos días,

esas que suceden a cada momento,

me surgen chistes y juegos todo el tiempo.

 

¿Qué te gustaría decirles a los lectores de Humor Sapiens?

Abrazo a los lectores de este sitio,

los abrazo con mis brazos extendidos.

Y aunque no me conozcan, no es embuste.

Yo los invito a que mucho lo disfruten

porque en cada página vive algún amigo.

¿Puedes hacer una breve autobiografía para Humor Sapiens?

Me llamo Adela Basch y muchos de mis amigos me conocen como Dolly. Nací en Buenos Aires, a fines de 1946. Curiosamente, justo un año antes de cumplir los primeros doce meses de vida. En estos momentos tengo unos cuantos años, pero debo admitir que esto no siempre ha sido así y no puedo asegurar que lo siga siendo por mucho tiempo más.

Leer y escribir empezaron a fascinarme cuando era chica. Leer, por los cuentos que me contaban a veces en mi casa y otras, en la escuela. Escribir, cuando a los siete años me enamoré por primera vez de un compañero del colegio. Entonces comprendí que la mejor manera de expresar mis sentimientos era a través de los poemas que se me ocurrían. Hace tiempo que no sé nada de ese compañero, pero me las arreglé para seguir encontrando algo que me impulsara a escribir.

Mi infancia transcurrió mientras yo era una niña. En esa época tuvo lugar un hecho que me deslumbró y que después tendría consecuencias irreversibles: por primera vez me llevaron a ver una función de teatro.

Después empecé a dedicarme a algo que creo que no va a terminar nunca: aprender, de los libros, de lo que pasa en la calle, de las personas que fui conociendo, del teatro, de estar en silencio mirando algún río. Río mucho, porque me encanta reír.

He escrito unas cuantas obras de teatro y también cuentos y poemas. A pesar de las diferencias que hay entre estas distintas expresiones de la literatura, lo que yo escribo tiene una característica común: se puede encontrar en los libros de los que soy autora. Entre ellos figuran Abran cancha, que aquí viene Don Quijote de La Mancha; Colón agarra viaje a toda costa; Saber de las galaxias; ¿Quién me quita lo talado?; José de San Martín, caballero del principio al fin; Una laguna junto a la laguna; Había una vez un libro y El reglamento es el reglamento.