"¿El humorista nace o se hace?". Del menú de la interviú.

Pepe Pelayo
Creador y estudioso de la teoría y la aplicación del humor.
¿El humorista nace o se hace?

Me veo en la necesidad de repetir los primeros párrafo de la primera parte de esta serie de artículos, para que se entienda éste segundo.

Disculpas les pido a los que leyeron el primero.

Veamos…

Desde hace más de doce años vengo entrevistando a humoristas gráficos, escénicos y literarios, así como a estudiosos de la teoría y aplicación del humor, para publicar en Humor Sapiens.

El otro objetivo (quizás el principal, lo confieso), era comparar sus respuestas en algún momento, para analizarlas y reflexionar sobra cada punto abordado y al final publicar un libro en tono ensayístico.

Por tal motivo no tenía mucho apuro. Primero entrevisté a los integrantes de mi larga lista de amigos colegas. Y éstos me iban poniendo en contacto con otros. Sin dudas, los más entusiastas, generosos y dispuestos fueron los humoristas gráficos.

A todos les apliqué un mismo cuestionario, para poder comparar sus respuestas, como ya dije. Pero como he tenido tantos proyectos en ejecución (libros, exposiciones, ponencias, etcétera.), siempre fui desplazando éste, hasta ahora que se me ocurrió ir publicando las respuestas una por una, por lo menos para que se conozca qué piensan los colegas sobre esos temas.

No confundir: también he realizado entrevistas para Humor Sapiens, pero con otras características. Las he llamado “Diálocos con humoristas” y el objetivo ahí es calar mejor la obra y los pensamientos de los creadores o estudiosos del humor.

Para que se tenga una idea de la magnitud del trabajo, entrevisté a 157 colegas. De ellos, 106 son humoristas gráficos, 24 literarios, 22 escénicos y 5 especialistas en humor.

Representan a 18 países. 49 cubanos, 37 argentinos, 17 colombianos, 11 chilenos, 10 mexicanos, 8 españoles, 7 brasileros, 5 peruanos, 2 costarrincenses, 2 ecuatorianos, 2 uruguayos, 1 alemán, 1 italiana, 1 guatemalteco, 1 panameño, 1 paraguayo, 1 portugués y 1 venezolano.

La pregunta, para esta segunda parte, es (sé que ha sido muy repetida y explotada, pero me sirve para mis análisis):

 

¿El humorista nace o se hace?

 

Abela, gráfico cubano: El humorista ni se nace, ni se hace, se transforma.

Adán, gráfico cubano: Creo que se hace, el estudio ayuda mucho a eso y sobre todo el nivel de observación.​

Adela, literaria y escénica argentina: Primero tiene que nacer, porque si no, no hay manera de que exista. Y luego tiene que cultivar el talento natural que pudiera tener, haciendo. Y desde mi punto de vista conviene que tome la práctica del hacer con mucho compromiso.

Adrián, gráfico argentino: Se nace... Yo nací para dibujar, eso me hace feliz y doy gracias a dios poder hacerlo.

Alarcón, gráfico mexicano: Definitivamente nace, podrá haber muchos caricaturistas y dibujantes, pero muy pocos humoristas.

Alex Pelayo, gráfico, cubano-chileno-español: Yo creo que se hace, se va haciendo desde que nace, recibiendo estímulos y reaccionando ante ellos. Sí creo que una persona puede nacer con más sensibilidad y creatividad que otra, pero la diferencia es mínima, es más importante el entorno y su adaptación. En ambos casos el éxito depende del esfuerzo.

Alexis Ceballos, escénico y musical cubano: Bueno creo que primero tiene que nacer, porque no conozco de ningún aborto que se haya hecho humorista, luego tienes que tener un don, gracia, vis cómica, y claro, cultivar ese don, estudiar, actualizarte, escribir, crear, buscar tu estilo y sobre todo conocer tus limitaciones.

Alexis Valdés, escénico y audiovisual cubano: Tienes que nacer obligatoriamente. Si no lo haces no será ni humorista ni nada. El que no nace no tiene ni la gracia de Dios.

Alfredito Oliva, escénico y audiovisual cubano: Nace y se hace.

Alfredo García, gráfico ecuatoriano: Supongo que se nace, aunque pueda haber influencias del entorno. En mi caso, del lado materno, los Baquerizo tienen un muy buen sentido del humor.

Amorin, gráfico brasileño: Nasce humorista, mas se não progride, não desenvolve, morre meia hora depois do primeiro choro. Só nascer humorista não é garantía de nada.
(El humorista nace, hay excelentes actores dramáticos que han intentado hacer humor, aunque sea un simple chiste y han fracasado, es como ser músico, aunque te encante, si naciste con "el oído cuadrado" jamás serás bueno en el instrumento que estudies).

Anganoa, gráfico argentino: En mi caso, se hace.

Aramís Quintero, literario, escénico y audiovisual cubano: Creo que para todo hay que nacer con algo y luego afinarlo, trabajarlo. El que tiene ese algo sin trabajar, motiva que uno diga “qué lástima”. Y el que trabaja lo que no tiene, motiva que uno escape despavorido.

Arcadio, gráfico costarricense: Ambas cosas, las experiencias acumuladas en la época de juventud con la familia, pueden moldear al humorista.

Ares, gráfico cubano: Nace y se hace en el camino del aprendizaje, las apropiaciones y la dedicación. No basta con la genética, hace falta andar mucho camino, equivocarse y aprender más de los errores que de los éxitos.

Ariel Tarico, gráfico, escénico y audiovisual argentino: Se nace y te perfeccionás con el tiempo.

Arístide, gráfico cubano: Ni se hace ni nace. Simplemente existe.

Becs, gráfico argentino: Es una muy buena pregunta, pero lo siento no tengo una respuesta. Creo que muchos nacen y otros “se hacen…”.

Bedoya, gráfico colombiano: Parte y parte: se nace con aptitudes que luego se desarrollan.

Bermúdez, gráfico cubano: El hombre nace. Luego se hace buen o mal humorista.

Biratán Porto, gráfico brasileño: Os dois. Nasce com o dom, o talento, e cresce com os exercícios.​

(Os dois. Nasce com o dom, o talento, e cresce com os exercícios.​

Boligán, gráfico cubano-mexicano: Yo considero que nace, después tiene que desarrollarse.

Bonil, gráfico ecuatoriano: Yo creo que “se hace”. Porque si fuera al nacer, la primera nalgada le extraería una risa y no un alarido.

Camilo Triana, gráfico colombiano: Nace diría yo y se hace o se pule por el camino de la vida. Para algunos, éste viene con asfalto a lo full autopista y para otros, les sale una trocha destapada.

Fundora, escénico, audiovisual y literario cubano: El talento creador en el humorismo, como en casi todas las esferas de la vida, es algo innato. La vis cómica es un don que no deja de tener su misterio y quién la posee es realmente un afortunado. El trabajo constante y riguroso, la preparación diaria y el estudio ayudan a perfeccionar las propuestas de los humoristas, pero quienes no cuentan con las facultades tiene que esforzarse mucho más y sus resultados, de manera general, no serán superiores a los de un humorista nato.

Carlos Ruiz de la Tejera, escénico, musical y audiovisual cubano: Se nace humorista. La cultura, las técnicas teatrales, el rigor, la disciplina del artista hace que pueda elaborar como un escultor el tipo de humor que pretenda hacer, que por supuesto lleva implícito la comunicación.​

Carrillo, gráfico, escénico y audiovisual cubano: Las dos cosas.

Castillejos, gráfico mexicano: Creo que ambas cosas, hay quienes nacieron con ese don y quienes lo han desarrollado, en ambos casos creo que la disciplina y la constancia en el quehacer humorístico son obligados.

Chappa, gráfico argentino: Creo que se nace, es una cualidad innata en cada uno, que con el ejercicio se va puliendo, adquiriendo experiencia. La vida dirá después el grado al que llegó esa cualidad. En mi caso diría que soy como un N° 5, un trabajador de mitad de cancha.

Chino Navarrete, escénico y audiovisual chileno: De lo único que puedo dar cuenta con cierta propiedad es de mi propio proceso. Nací humorista, ya que todos cuando me veían se reían En ese tiempo me hacía en los pañales y en todas partes y la gente decía “el humorista se hace”...

Cintia Bolio, gráfica mexicana: Alguna gente nace, como yo, en familia de humoristas. De ésas, en donde todo mundo es bromista, cantador y bailador, prodigando sonrisas y carcajadas. Creces en ese ambiente y te formas así. Ahora que, la femenina carcajada es especial, y se desarrolla en resistencia a la cultura machista, para mostrarle a través del humor su sinrazón. Por la misma cerrazón de los medios hacia la trasgresión en mi trabajo es que he sido más historietista que cartonista.

Coco Legrand, escénico y audiovisual chileno: El humor es un líquido, un fluido que corre por las venas del ser humano y produce la capacidad de reír. Eso lo diferencia de los animales. Cuando hay mucho fluido se ve distorsionado, se siente distorsionadamente. Ese es el humorista. Si te preparas técnicamente, si adquieres oficio serás humorista profesional. Otros no lo hacen y viven como humoristas anónimos.

Corne, gráfico argentino: Las dos cosas, hay gente que nace con una habilidad, una tendencia a tener una mirada crítica, humorística; pero también se hace, el interés por el humor te lleva a desarrollarlo, leerlo, estudiarlo, explorarlo. Hay estructuras humorísticas, pero creo que si no venís con una base propia difícilmente les sepas sacar el jugo…aunque no se, quizás alguno se hizo aprendiendo. Lo que si estoy seguro es que es un músculo, mientras más lo desarrollas mejor lo podés explotar.

Daniel Rabinovich, 1943-2015, escénico, musical y literario argentino: Nace humorista y se hace el payaso.

Daniel Samper, literario colombiano: El sentido del humor se tiene, pero, además, se cultiva y se estudia, en particular si se trata de humoristas profesionales.

David Vela, gráfico español: Se hace a base de disgustos.

Delga, gráfico cubano: El humorista nace y se hace. Para escribir o dibujar hace falta vocación. Para hacer humor, además de tener vocación para estas disciplinas, hay que tener la virtud del humorismo. Se nace humorista y con el estudio y el trabajo diario se van descubriendo técnicas para trabajar el chiste. Yo no conozco escuelas para aprender humorismo, pero estudiando uno va descubriendo truquitos. Claro si no recibes el primer chispazo de nada vale la técnica. Siempre estarías repitiendo la misma fórmula. A mí el chiste me brota como el sudor, sin proponérmelo. Yo siempre les aconsejo a los jóvenes no irse con el primer chispazo y ponerse a trabajar hasta que lo pula. El chispazo es un chiste en bruto que hay que pulir, y como todo trabajo cuesta trabajo. En mi caso después de pulirlo tienes que dibujarlo. Doble trabajo.

Díaz Triana, literario cubano: Nace y después se desarrolla.

Diego Vignolo, escénico uruguayo: Creo que como cualquier oficio o cualquier arte hay de ambos casos, ni una cosa ni la otra al 100%. Cierto que hay quienes nacen con el don (de hacer reír, de meter la pelota en un ángulo o de pintar escupiendo en una tela) pero también hay de los que aman un arte y dejan todo para aprenderlo y mejorar, y esos también tienen una carrera. Aún así creo que no existe una persona en el mundo que nunca haya hecho reír a alguien, al menos de niño.

Doimeadiós, escénico y audiovisual cubano: Con toda seguridad te digo que el humorista nace y después se hace.

Eduardo del Llano, literario, escénico y audiovisual cubano: Ahora que lo pienso, no recuerdo ninguna película de CF en que un científico loco fabrique un humorista en su laboratorio.

Eduardo Jáuregui, estudioso del humor español: Se nace, pero como ya hemos nacido todos... En serio, el sentido del humor es parte del bagaje genético del ser humano (y de hecho, ya existe, en versión más sencilla, en muchas otras especies que juegan y "ríen"). Lo que pasa es que luego el ingenio se puede entrenar más o menos, junto con otras capacidades recomendables para la profesión de humorista​.

Eduardo Triana, escénico, audiovisual y literario cubano: Si desarrollas desde muy temprana edad un gran poder de observación y te asombras de lo absurdo e ilógico de casi todo lo que te rodea, entonces naciste humorista. Si, en cambio, un día te decides hacerte comediante, lo mas seguro es que termines siendo lo opuesto.

Edwin, gráfico mexicano: Pienso que se hace, solo que tiene que haber una fusión de destrezas que haga detonar a un monero. Una opinión justa, objetiva y certera, habilidad para crear cosas nuevas y humor, mucho humor. (Edwin, gráfico mexicano).

Emers, gráfico colombiano: Se hace que algo hace.

Enrique Gallud Jardiel, literario y escénico español: Nace en lo que se refiere a una forma de entender el mundo. Dijo Unamuno que la vida es una tragedia para los que sienten y una comedia para los que piensan. En cuanto al manejo de los instrumentos literarios del humor, hay que aprenderlos, como todo en esta vida.

Enrisco, literario, escénico y audiovisual cubano: Uno podría pensar que se hacen porque los recién nacidos más bien tienden al llanto, pero definitivamente creo que nacen. Hay gente muy inteligente y capaz que es totalmente sorda al humor. No sólo no es capaz de producirlo sino incluso de asimilarlo. Digamos que cuando menos los humoristas deben tener algún tipo de predisposición. Y claro, luego hay mucho que aprender.

Ermengol, gráfico argentino: El humorista nace y después intenta perfeccionar la cuestión plástica o artística. Se va aprendiendo mucho con la práctica y observando a los grandes maestros.

Évora Tamayo, literaria y estudiosa del humor cubana: Creo que se nace con ese sentido especial de ver una cuarta dimensión, pero en el curso de la profesión se puede aprender mucho leyendo y observando como pasa la vida por delante tus narices, para luego ir a parar a la mar...

F. Long, gráfico argentino: Ningún humorista se hace en un 100%, un porcentaje importante lo debe traer desde la cuna, pero sólo con eso dudo que llegue y se mantenga sin perfeccionarse.

Félix, gráfico cubano: No nace ni se hace, se crece sobre todo, cuando hay cervezas frías.

Fernando Saldaña, gráfico español: Se hace, claro. Como se hacen las croquetas, los coches, los cohetes que nos llevan al espacio y los buenos chistes. Los chistes no nacen, se hacen. Como los humoristas.

Fernando Sorrentino, literario argentino: Eso no lo sé. Sí sé que hay personas, ¡muchas personas!, que no tienen el menor sentido del humor, y creo que suelen ser, al mismo tiempo, personas de escasísimas luces.

Ferrom, gráfico costarricense: Se nace y se hace, pero en una balanza, más se nace.

Fiestóforo, gráfico chileno: Si bien hay recién nacidos bien graciosos, es probable que se deba a un factor evolutivo. Por esto, creo que es necesario cultivar constantemente esta habilidad.

Fillipini, gráfico argentino: Con ejercicio, información y mirada crítica se puede hacer, por supuesto que hay talentos que facilitan la tarea.

Fucile, gráfico argentino: Como te decía en otra respuesta, hay cierta predisposición para ver las cosas desde lados absurdos o a relacionar elementos que causan gracia. Es algo inconsciente que no sé cuándo ni cómo se desarrolla. Obviamente la práctica cotidiana ayuda a aceitar las neuronas y la técnica de dibujo es fundamental, pero en lo personal creo en la intuición para aprovechar los “accidentes” del proceso creativo. Cuando se intenta hacer humor a partir de formulismos no se ríe ni el humorista ni el lector.

Galindo, gráfico chileno: Las dos.

Garci, gráfico mexicano: Desde luego nace, ahora se sabe que es por un exceso de asido de nitratodemeterlo y de oxido de mitrocito en el cromosoma 22, que se da entre la segunda y tercera semana del embarazo.

Garrincha, gráfico cubano: En las escuelas de Economía, se hacen.

Gerineldo Campos, gráfico colombiano: Hay ciertos ingredientes que componen la mente de un humorista que lo hacen una criatura exótica. Nace, pero ciertos elementos formativos y de-formativos lo perfilarán como profesional.

Guillo, gráfico chileno: Yo creo que se nace con un sentido de Humor. Es como la habilidad que se manifiesta desde temprana edad para la música o la actuación. Ahora bien, se puede educar y desarrollar durante la carrera, de modo de ir logrando con el tiempo un estilo propio cada vez más logrado y profundo y con mayor poder de síntesis en la expresión, tanto a nivel del concepto como de lo gráfico.

Gustavo Silva, estudioso del humor brasileño: Nace. Es un regalo de Dios. Quien no lo tiene, se dedica a estudiarlo​​.

Hervi, gráfico chileno: Desde luego. Es más fácil dar una patada en el aparato reproductor de un ciudadano, que inventarle un cuento gracioso para que deje de lamentarse por la mala fortuna que tuvo porque alguien le dio una patada en su aparato reproductor.

Horst Haitzinger, gráfico alemán, N/C.

Iñaki, gráfico argentino: No lo sé... creo que todos tenemos la capacidad del humor, fíjate que en una conversación o en una cena con amigos constantemente aparecen chistes o humoradas. Quizás los humoristas son los que tienen la capacidad de tomar esos chistes o situaciones y darle estructura para contarlas... o algo así.

Iván Guevara, gráfico ecuatoriano: Como toda circunstancia en la vida, las personas podemos nacer con una aptitud hacia cierta actividad pero no sirve de nada si no se la cultiva. El humorista debe nacer, hacerse, renacer y rehacerse.

Jape, escénico, literario y audiovisual cubano: Para responder esta pregunta citaré una estrofa del prólogo de uno de mis libros (Mermelada JAPE) escrito por Eduardo del Llano (director del otrora grupo Nos y Otros y gran amigo de ambos). Comparto totalmente su opinión:

“Podría argüirse que es mejor nacer con algo que conseguirlo por ahí. Esto no es necesariamente cierto, si se consideran, digamos, las hemorroides. Por otra parte, aunque uno nazca escritor (humorista), resulta dificilísimo publicar en el círculo infantil.

(…) Un análisis apresurado podría igualmente conducir a la tesis de que los escritores son escritores, y no necesitan apellidos. Eso también es falso, sobre todo con apellidos como García Márquez. Y escribir humor es una prueba de fuego para quien pretenda dedicarse a la literatura. Edgar Allan Poe, con ser quien era, lo intentó en vano. Y quienes escriben manuales de Economía Política no se lo proponen y a menudo lo consiguen”.

Javier Suppa, gráfico argentino: En mi caso me hice, como te dije antes, pero nacer con esto es gratificante, porque lleva más pasión para dejar todo lo demás de lado y seguir solo esa línea.

Jerez, gráfico cubano: Los humoristas nacen, a pesar de que algunos se hallan formado a través de la vida.

Jericles, gráfico argentino: Hay algo que uno trae de nacimiento, después se agregan las vivencias, el ejercicio, la información que uno recibe...

Joel Sánchez, escénico y estudioso del humor cubano: Creo que hay humoristas que nacen con aquello que en el gremio llamamos la “vis cómica”, y para esos, la cosas se dan más fáciles. Creo que hay gente, que a fuerza de entrenar y de persistir logran que el público ría. Y terminan siendo Humoristas. Es importantísimo el entrenamiento y el trabajo organizado y persistente. Algunos nacen con el camino y talento a su favor (tú por ejemplo), a otros nos cuesta mucho llegar, pero con entrega al asunto también llegamos.

Jorge Abasolo, literario chileno: Fundamentalmente nace y –si tiene vocación- por el camino se perfecciona.

Jorge Luis González, escénico y musical cubano: Las dos, pero en ambos casos aconsejo discreción.

José Gai, 1948-2019, gráfico y literario chileno: Creo que hay algo innato que conforma la base para intentar meterse en esto. Pero también hay mecanismos que uno aprende de la práctica, de la observación, y que ayudan, si no a convertirse en humorista, a tener un cierto oficio como para atreverse, por ejemplo, a crear personajes o proyectos de producción periódica, habitual.

Jorge Luis Sánchez, escénico y audiovisual cubano: Ni nace, ni se hace, simplemente se “es” o “no se es”, parafraseando a Shakespeare, el tío de Chespirito, ahí es donde está la cuestión… Como todo en el arte, necesitas venir con ese toquecito mágico que te ponen para mandarte a este mundo que se llama talento, carisma, madera, estrella, etc., y con eso se nace, pero en mi criterio eso no es suficiente. Ese talento necesita formación, desarrollo, estudio, nuevos retos… Ojo, no estoy hablando de formación ni de estudios “académicos” La formación y la escuela pueden estar dadas en la práctica diaria de la comedia, del chiste, del roce con otros humoristas, con la lectura y la visualización de otros estilos de comedia. La formación de un humorista hoy por hoy, sigue siendo bastante primitiva, solitaria y empírica; pero repito, son las dos: “se nace y se hace”.

Juan Felipe Salcedo, gráfico colombiano: Tiene un poco de ambas, requiere de unas habilidades mentales tremendas, y requiere de mucha experiencia adquirida desde muy pequeños, así que ambos factores influyen y favorecen.

Juan Padrón, gráfico y audiovisual cubano: Creo que nace. Cuando juegas de niño, y te pones a inclinar los carritos de juguete para que patinen de lado en las curvas, o los pones más lentos al saltar por los aires, o haces tus efectos de sonido, es que te fijas en esas cosas de las películas o los animados, las quieres imitar. Los niños que serán contables o burócratas, no mueven con onda los carritos, les da igual. No se ponen para eso. Lo mismo pasa con los humoristas, empiezan a imitar a otros humoristas, le van tomando el pulso a la cosa. Pero naces para eso, seguro.

Júcalo, gráfico colombiano: Nace, esto se tiene en la sangre.

Kappel, gráfico argentino: Ambas. Creo que hay un don innato que uno trae, pero además, el ambiente que te rodea tiene mucho que ver, y también tu educación, estímulos ambientales, etc.

Karlo, gráfico chileno: Mitad nace y la otra mitad se cultiva (o sea, se hace).

Kemchs, gráfico mexicano: Definitivamente nace. Simplemente el ejercicio constante del manejo del humor va haciendo que este diamante en bruto se vaya puliendo.

Lacoste, gráfico cubano: Se nace, y se desarrolla con mucho trabajo, estudio y tesón.

Laino, gráfico argentino: Yo creo que el talento es natural. El tiempo y la vida enseña y con ello se mejora a través de los años. La experiencia es una sabia maestra que nos ayuda a ir mejorando al mismo tiempo que vamos aprendiendo y eso es aplicable al diario trajinar.

Lapetina, gráfico argentino: Uf, esa es difícil... Creo que hay una vocación por comunicar o contar historias, primero y una satisfacción por provocar una sonrisa con eso. Desde ese punto de vista debería concluir que Humorista se nace, pero como en todo oficio, hay que trabajar mucho para desarrollarlo y ahí interviene la parte de "el humorista se hace" que no es lo mismo que "hacerse el gracioso", ¿no?

Lauzán, gráfico cubano: Ambas, nace y se hace, mientras otros lloran.

León, gráfico colombiano: Las dos cosas, de debe tener un cierto sentido, ojalá el sexto, y tener preparatoria educativa para afrontar cada día los cambios sociales y poder atinar justo en la idea.

Linda Marie Sariego, estudiosa del humor estadounidense: Creo que es un poco de los dos. Hay “algo” dentro de cada uno que reconoce lo incongruo de la vida o simplemente aprecia la locura de la vida ordinaria. Al mismo modo, como parte de una cultura, el humor se aprende por los ejemplos de otros en la cultura que muestran lo que significa el humor, el divertimiento, y el gozo de vivir una vida plenamente. Es saludable poder reírse contra las vicisitudes de cada día.​

Lombar, gráfico argentino: Debe haber mucha gente que nace con del don de hacer reír y quizás muchas más que se esfuerzan para hacerlo.

Luis Felipe Calvo, literario y escénico cubano: Se hace. Tener gracia, vis cómica, o cómo se le quiera llamar, no convierte a nadie en humorista. Es como pensar que cualquier persona con gracilidad y ritmo puede ser un Rudolf Nureyev o un Fred Astaire. Un humorista se define por su capacidad para razonar donde otros sólo se emocionan. El humor es un ejercicio intelectual que hay que practicar como otros van al gimnasio a desarrollar sus músculos. Nadie nace predestinado a ser Mr. Universo. Si quieres serlo la genética ayuda, pero hay que hacer pesas.

Luis Freire, literario peruano: Nace y se hace, nace con el talento para producir humor y se hace cuando la rebeldía, la soledad o alguna situación biográfica lo impulsan a la ironía, la sátira o la burla.​

Luis Pescetti, literario, escénico y musical argentino: Se puede aprender a hacer chistes, como se puede aprender medicina, pero el talento para el diagnóstico, como el talento para el humor, es algo que viene de pequeño. No sé si se nace, yo creo que no, pero son tantas pequeñas decisiones, y que faltó de esto y sobró de lo otro, y al rato tienes a alguien que ataca o se defiende, ayuda o hace salir canas verdes, haciendo humoradas.

Luis Sánchez, literario español: Las dos cosas (me gusta incordiar). Lo primero es tener aptitudes (“de donde no hay, no se puede sacar”); lo segundo, desarrollarlas. La disciplina y la perseverancia resultan imprescindible

Luis Silva, gráfico argentino: Creo que un poco se nace, dudo de que alguien que no sea gracioso en su vida cotidiana, en todas sus formas en que alguien puede ser humoristico, pueda hacer un humor genuino.

Luy, gráfico y audiovisual mexicano: Se hace de acuerdo al aprendizaje que tenemos de pequeños.

Macedo de Sousa, estudioso del humor portugués: O humorista nasce, e pode-se melhorar aos poucos, com a prática. Não se consegue fazer um humorista na escola porque é algo que vem da alma. Eu sei todos os truques, toda a construção que provoca o riso, e eventualmente consigo criar no publico sorrisos, mas nunca serei um humorista.
(Nace el comediante, y se puede ir mejorando poco a poco con la práctica. No se puede hacer un comediante en la escuela porque viene del alma. Conozco todos los trucos, toda la construcción de la risa y, finalmente, logro crear sonrisas en el público, pero nunca seré un comediante).

Malaimagen, gráfico chileno: Supongo que puede ser de ambas formas, según el caso.

Marilena Nardi, gráfica italiana: Credo che si nasca con il senso dell’umorismo. Poi, come ogni arte, anche l’umorismo, insieme agli strumenti per esprimerlo, va coltivato.
(Creo que se nace con el sentido del humor. Entonces, como cualquier arte, el humor, junto con las herramientas para expresarlo, debe ser cultivado).

Mario Barros, literario, escénico y musical cubano-estadounidense: Hay un poco de ambas cosas. Hay gente graciosa por naturaleza. Esos son los genios del género. Hay otros, como yo, más inclinados a la sátira. Pero en ambos casos la experiencia y el oficio son fundamentales. Uno puede ser chistoso, pero para llegar a la categoría de Humorista, con H mayúscula, hay que haber vivido un poco primero.

Marito, gráfico argentino: Si nace, no lo sé, sería un trabajo de científicos descubrirlo, sí me parece que hay circunstancias de la vida que te llevan por esos lados y que se van retroalimentando.

Marlene Pohle, gráfica argentina-alemana: Según mi experiencia, conozco colegas que siempre dibujaron y otros que comenzaron por casualidad, o luego de haber sido arquitectos, dentistas o veterinarios, eso es muy personal.

Marrugat, gráfico español: Pues, como siempre, las dos cosas. Hay que nacer con ese espíritu, pero hay que desarrollarlo y perfeccionarlo. Y añadirle también algo de talento, por supuesto.

Martín Favelis, gráfico argentino: SÍ.

Martirena, gráfico cubano: En mi caso debo decir que pasa un poco de ambas cosas, me cuentan que cuando era niño, me ponían a dibujar conjuntos de objetos en matemáticas y siempre algo en el dibujo tenia gracia, luego apareció la oportunidad en “Melaito”, llegue como cualquier joven sin tener la menor idea de cómo se dibujaba un chiste, la publicación ya era famosa en Cuba, sobre todo por su humor bien criollo y de calidad, entonces me toco formarme y llegar a tener oficio que he logrado actualmente.

Melissa Baena, gráfica colombiana: Creo que ambos. Se nace con el gusto por ello, pero se hace a través del trabajo constante.

Mello, gráfico brasileño: Creo que nace con una vocación y con el tiempo desarrolló este talento a través del trabajo duro y dedicación.

Miguel González-Abellás, estudioso del humor español: Creo que tal vez se pueda hacer, con mucho trabajo, pero es cierto también que hay gente que tiene un don innato que, bien cultivado y entrenado, puede dar lugar a un humorista excepcional. Para ser bueno, bueno de verdad, considero que deben de existir ambos: el don de nacimiento y el entrenamiento o trabajo duro.

Miriam Alonso, gráfica cubana: Nace. No es una vocación. No es una carrera. Es un modo de vivir, de existir.

Moisés Rodríguez, escénico y audiovisual cubano: Se nace con las predisposiciones genéticas favorables o no, pero evidentemente ser humorista supone un proceso de formación mucho más complejo.

Morvoz, gráfico colombiano: El barro nace, las ánforas se hacen. Hay que trabajar muy duro, no porque se sea gracioso se es humorista. Como decía antes hay una gran responsabilidad del humorista frente a su público y es necesario dignificar la profesión.

Nando, gráfico argentino: Creo que un poco y un poco. Se nace con la idea de observar todo y reflexionar. Se aprende leyendo y finalmente se hace uno cuando encuentra su voz humorística… su opinión de las cosas vistas con humor. Un colega Brasilero (Lailson) me regaló un término que muchas veces uso. Referido al arte de reflexionar y expresar el humor en una viñeta me dijo: “somos artistas filosográficos”.

Nani, gráfica colombiana: Las dos cosas, creo que se debe tener un filing especial dibujando, protestando y conjugando las dos cosas, pero también se hace como cualquier artistas a base de trabajo, investigación y mucho empeño a lo largo de los años.

Nico, gráfico paraguayo: Creo que se hace a fuerza de observación y desarrollando las distintas aristas del humor como la sátira, la ironía y el sarcasmo…y con mucha lectura.

Ogil, literario colombiano: El humorista nace, crece y... difícilmente se reproduce o se transfiere a otras generaciones.

Omar Zevallos, gráfico peruano: Gran pregunta y además, reiterativa (¿algún día dejarán de hacerla?). Yo creo que ambas cosas. Un humorista nace genéticamente predispuesto para manejar los códigos secretos del humor; pero en el transcurso de la vida uno aprende las técnicas y los recursos para lograr la comunicación con el público.

Orlandito, gráfico cubano: Por la razón anterior creo que le humorista nace, solo se perfecciona en el camino al punto que no existen escuelas de humoristas, creo que esto lo explica todo.

Orzuj, gráfica uruguaya: Creo que me hicieron. En especial, por la provocación cotidiana de un particular ambiente familiar de risas y reconocimientos. Mi padre y mi hermano, periodistas, mi madre maestra, potenciaron en mí la actitud humorística y positiva. Y, sobre todo, la autoestima. ¡Pedagogía humorística pura desde la infancia!

Oscar Salas, gráfico argentino: No sabría decirlo; respecto al humorista gráfico, el dibujo lo desarrolla uno con la práctica y el tiempo. Pero creo que a esa “Chispa” que genera el humor la traemos de alguna parte.

Osval, gráfico cubano: Para mi que nace, como todo artista o ser en general que tenga algo que mostrar y decir a la sociedad, todos tenemos un don, algunos lo desarrollamos otros mueren con el. Pero, sí es necesaria la escuela y el interés de la persona por desarrollar lo que la madre natura le dio.

P. Piloña: Creo que todo nace y es mejor si además se hace. De manera que el humorista nace y es mejor si se hace cosquillas.

Panchito, gráfico cubano: Se nace y se crea. El colega Martirena es un ejemplo. El director del periódico "Vanguardia", amigo de la mamá, habló conmigo para que lo ayudara y así comenzó una gran amistad. Cuando empezó estaba en "cero". Él, por suerte, vivía cerca de mi casa y las clases eran de muchas horas, con tareas para la casa. Bueno, ahí lo tienes: ¡tremendo humorista gráfico!

Pati, gráfico argetino: Todavía no sé por qué me gustó tanto el humor desde tan chico. Supongo que son cuestiones muy profundas que nunca me preocupé en averiguar. Creo que a uno le puede gustar mucho el humor, pero el humorista de profesión se hace.

Pattie Rodelli, gráfica argentina: Ambas cosas. Naces con el instinto. Llegará un punto en el cual te hará un click tu mente y descubrirás esa pasión oculta por el humor, el dibujo, la literatura, etc… y de ahí debes “hacerte” profesional, tomarlo en serio para poder crecer.

Paulo Ramos, estudioso del humor brasileño: Acredito que o meio externo traga as condições para que uma pessoa migre ou não para o humor.

Percy, gráfico chileno: Creo que el humorista profesional nace, algo viene en los genes que llegado el minuto brota y se da a conocer. En mi larga trayectoria profesional como profesor y periodista del dibujo, creo que el humor, ha sido un pilar importante en mi vida que la ha fortalecido y me ha dado motivos suficientes para sentirme feliz y pródigo en contaminar a quien acepte mi amistad.

Pible, literario, escénico y audiovisual cubano: El humorista nace. Y, cuando su humor no tiene sorpresa o cuenta cosas ya sabidas, el público y la crítica especializada tienen razón al decir que ese humorista “es un mal nacido”. Desde luego que hay algo pretencioso en esta respuesta; de sobra sabemos los infelices cómicos de nuestra calaña que “la crítica especializada”, tan ocupada siempre en cuestiones más inherentes al intelecto humano, apenas si tiene un somero conocimiento de nuestra magra existencia anodina. Por otra parte (la segunda parte de tu pregunta), también existe un tipo de humorista que no nace, se hace: se hace el humorista pero ni sus más cercanos admiradores logran reírle las gracias. Son los denominados “Cómicos Creídos” o “Cómicos Creyentes”. Gente que se cree chistosa y estoy seguro que tienen incluso su santo protector: San Gron.

Pica, gráfico colombiano: Como todo artista, nace y ello facilita la transformación a su tiempo, de un destacado o mediocre artista.

Pitín, 1931-2007, gráfico cubano: El humorista nace y se hace más estudiando.

Pito Campos, gráfico argentino: No sé.

Pugliese, gráfico argentino: Nace y se hace.

Quim, gráfico español: Se deshace en la sensibilidad de los demás…

Ramiro Zapata, gráfico colombiano: Nacen los magnates, nacen los políticos, nacen los obispos en sus diferentes rangos y eso es lo mismo... nacen los fanáticos a un color, nacen los machistas, nacen los racistas, nacen muchos más... Dudo ser humorista entre genético, innato u obligado.

Ramón Fernández-Larrea, literario, escénico y audiovisual cubano: ¿Y yo qué sé, compadre? A mí por poco me paren en un avión. Luego me llevaron a nacer en un pueblo de Cuba que se había quemado. Y todo sin consultarme. ¿Es gracioso o no es gracioso? Para colmo, me llenaron de apellidos. Por eso no pude casi desarrollarme… El humor es un mecanismo que tenemos los seres humanos para ser humanos. Por eso se tiene ese mecanismo, pero no sé cómo funciona. Es eso: un mecanismo. Creo que el humor es una deformación profesional. Un trauma. Algo con lo que ya viene uno, como mismo nace gente con seis dedos o dos riñones. Es un modo de ver el mundo más deformado de lo que ya está. No sé si se puede operar o extirpar. Lo que sucede es que de pronto a alguien se le ocurre pagarte para hacer reír, y uno se aprovecha. Y ahora me acabo de acordar de que uno nace realmente con dos riñones. Eso me da risa también. El hígado es el que es uno solo. Se pueden tener dos si lo pides en un restaurante. A mí me gusta a la italiana, aunque me gustan más las italianas, con hígado o sin él.

Ramsés, gráfico cubano: Humorista nace, como artista, como toda profesión que lleva espíritu. Se nace, no se hace, por eso hay tantos artistas autodidactas.

Raúl de la Nuez, gráfico cubano: El humorista nace, se hereda, se transmite de generación a generación, crece en el seno de una familia que ve la vida con otra filosofía, surge en cada uno de nosotros espontáneamente, después lo complicamos cuando queremos perfeccionarla y estudiamos y nos hacemos profesionales de la risa, el verdadero humorista es el que no crece, el que conserva siempre la ingenuidad y la perspicacia de un niño.

Reuben Morales, literario y escénico venezolano: Nace, pero se macera en el camino. Un buen talento, sin disciplina y autocrítica se queda en la típica frase “él pudo haber sido un gran humorista”.

Ricardo Berczuk, literario argentino: Creo que se nace, como en la mayoría de las artes y los deportes. Podés aprender algunas reglas, pero si no lo tenés adentro es improbable que puedas progresar.

Rius, 1934-2017, gráfico mexicano: Yo creo que las dos cosas: debe uno tener cierta tendencia a hacer humor , pero creo que solo leyendo y practicando todos los dias, se acaba uno por volver humorista. Yo vengo de una región del país, (Michoacán) donde la gente es muy "ocurrente" y está siempre haciendo chistes e inventando cosas. Mi mamá tenía mucho de humor involuntario, y posiblemente de ahí me venga lo de "nacer humorista". Y si no, no tiene importancia.

Rol, gráfico peruano: Aunque con frecuencia se den casos en que, por cuestiones de carácter o personalidad, haya una mayor proclividad de ciertos individuos a crear humor espontáneamente, sí que es posible acceder a los procesos creativos a través de un aprendizaje previo. De hecho, en la práctica, en mayor o menor grado, todos somos humoristas en potencia en nuestra vida cotidiana, siendo sólo necesario, en algunos casos, aprender ciertas técnicas o metodologías para desarrollarse a nivel profesional.

Ropoco, gráfico colombiano: Mi carrera es empírica y me considero un buen contador de chistes. Siempre me va bien en reuniones con mis amigos, salvo con los de mi familia que cada vez que cuento un cuento me dicen: “Ya lo sabíamos, son los mismos chistecitos de siempre.

Rudy, literario, gráfico, escénico y audiovisual argentino: Se hace, más que nace. Pero hay algo, que es un gusto, un "sentido del humor" que es, no sé si algo "de nacimiento" pero sí es algo que no se aprende. Digo, por ejemplo, yo nací en una familia en la que el sentido del humor era algo natural. No recuerdo a ningún miembro de mi familia que no lo tuviera. Eso, creo que me ayudó. Tiene que ver con cierta manera de percibir la vida, me parece.

Ruminant, gráfico argentino : Un poco de las 2, en todas las profesiones o talentos siempre es necesario traer el disquito, pero además hay que trabajarlo, mejorarlo, potenciarlo.

Sanmartín, gráfico peruano: Me parece que todos nacemos con la capacidad de reír como parte natural de nosotros mismos. Pero la capacidad de crear humor dependerá de las diferentes circunstancias que nos rodean, situaciones y vivencias, hasta de la alimentación. Y ello, sumado a ciertos talentos o habilidades como la oratoria, la gráfica, lo histriónico, lo audiovisual, etc., así como la capacidad de observación y síntesis, nos puede convertir en profesionales.

Santaella, gráfico mexicano: Digamos que nacemos y nos hacemos humoristas, no creo que nos podamos hacer humoristas sin haber nacido humoristas, pues el ser humano ríe por naturaleza.

Seba Ozdova, escénico argentino: El humorista no nace, al humorista lo traen las cigüeñas paticojas de los suburbios de París y luego, por supuesto, se va haciendo a medida que aprende a leer y escuchar.

Sépi, gráfico argentino: El arte de hacer humor gráfico se aprende copiando a los maestros que desde hace años practican el oficio. Es algo que se aprende copiando. Desde la técnica al modo de pensar el humor. Tanto el humor mudo (sin palabras) como el que contiene texto, es un ejercicio. Uno aprende a hacer humor. Muchos jóvenes que me preguntan sobre este oficio, creen que para hacer humor es necesario saber dibujar. Eso es falso. Lo importante es poder plasmar la idea y que se entienda lo que uno intentó decir. El dibujo se madura, se ejercita. Artistas como Mordillo, Quino, Claire Bretècher, Oski (y hasta yo mismo) a veces calcamos nuestros dibujos para que logren quedar como realmente queremos. Bocetar diariamente, dibujar con cualquier cosa que tengamos a mano, eso hace que la mano se “suelte” como decìmos los que solemos dibujar. Es la práctica, el dibujar todos los días.

Stegun, gráfico brasileño: Es posible hacer un humorista, pero para estar en el mercado, hacer de eso una profesión, se necesita tener un espíritu más optimista y menos duro. Si no, no dura mucho y renuncia.

Telo, escénico y audiovisual cubano: Es como de las personas odiadas que siempre hay alguien que dice: él, en el fondo es bueno... Yo agarro al tipo más sangrón de Cuba, le acomodo un personaje y un buen repertorio... y desde el fondo, sale a flote como “humorista”... Te lo digo porque los he visto con esas características trabajando en TV y cabarets… Pero bien, de ahí a que hagan un humor poético e inteligente, como el que nos gusta a ti y a mí, hay una distancia como de aquí a Mongolia.

Tony Fergo, literario y audiovisual panameño: Si no nace, lo hace el ambiente. En el convivir con pícaros te hace un buen político. El reunirse con humoristas, es como el sarampión: se te pega.

Turcios, gráfico colombiano: Nace, ya depende de él hasta qué grado quiere desarrollarlo. Es como la persona que no tiene oído, por más instrumentos que tenga o intente tocar, jamás le podrá salir una melodía.

Ulises Toirac, escénico y audiovisual cubano: Tiene de las dos.

Víctor Solís, gráfico mexicano: Cuestión de vida.

Virulo, musical y escénico cubano: Nace y lo hacen

Walter Toscano, gráfico peruano: Hay una predisposición para el humor. En mi caso, fui aprendiendo en el camino de la vida. No sé si respondí tu pregunta.

Wilfredo Torres, gráfico cubano: MI criterio es que hay un gran componente en el ADN que te ayuda a ser humorista, que te da ese toque magistral de gracia que encandila a los receptores y por supuesto, también existen etapas de aprendizaje que te pulen y afianzan en tu estilo, etc. Pero no creo en poder fabricar un humorista en un laboratorio. No es tan fácil.

Wolf, literario argentino: Algunos nacen con más predisposición a conseguir la risa de los otros, vienen desde la cuna con una gracia personal, pero también existen quienes jamás fueron tipos graciosos y alcanzan a escribir cosas de alta calidad humorística.

Yovany González, escénico cubano: El humorista nace con ese talento, luego debe cultivarse.

Zulema Cruz, escénica y audiovisual cubana: Nace.

Zuleta, gráfico colombiano: Nadie nace con un conocimiento ya aprendido, por lo tanto no se puede confundir el hecho de que se tenga cierta habilidad técnica con el oficio que se ejerce, por tanto la respuesta puntual es que se hace. Si bien, yo desde muy chico tuve la habilidad y el interés por el dibujo, la disciplina de trabajo hizo que esas cualidades iniciales se potenciaran. Y en el caso del humor, el copiar caricaturas de otros fue ayudandome a entender el lenguaje del humor gráfico y posteriormente se fui construyendo poco a poco un estilo ya más personal que me diera una identidad propia tanto en el diseño como en el tipo de humor. Y como lo dije anteriormente, el hecho de que mi formación profesional fuera en artes, con énfasis en arte contemporáneo, contribuye a que tenga no solo un conocimiento sobre las técnicas que utilizo sino también una capacidad creativa para generar ideas más conceptuales.

A manera de resumen:

* La mayoría de los entrevistados afirmó que de ambas maneras se llega a ser humorista; es decir, alguien puede nacer con "la gracia" para ser humorista y alguien puede hacerse humorista sin casi ninguna "gracia natural".

* Pero también la mayoría de ellos contestaron que aunque alguien naciera con ese don, se debe cultivar después.

Por la experiencia y el talento reunido en ese listado de colegas, no tengo por qué dudar de sus respuestas, así que me siento bastante seguro de las conclusiones a que llegué. Sin embargo, me arriesgo y me atrevo a dar mi opinión más in extenso, esperando que muchos de ellos estén de acuerdo conmigo en los matices que planteo y ojalá a más de uno les haga meditar y profundizar en este asunto, porque todos los aportes son bien recibidos. Veamos.

Ante todo, creo que puedo afirmar con toda seguridad que soy un humorista. Pero como también soy una persona honorable y decente (aunque no lo podría afirmar tanto como lo anterior), no me califico yo mismo de bueno, regular o malo en lo que hago. Esa es una labor de otros (¡allá ellos!).

Sin embargo, no puedo avanzar si no fijamos la definición de humorista. Veamos:

1. Persona que se expresa o manifiesta con humorismo. (Me refiero a una persona común y silvestre, en la vida cotidiana y en situaciones espontáneas y haciendo reír con intención).

2. Persona que en sus obras, literarias o plásticas, o en sus actuaciones en espectáculos públicos, o en cualquier otra modalidad artística, cultiva el humorismo. (Me refiero a artistas, que hacen humor con intención de hacer reír).

Pues yo soy de los que casi siempre tengo intención de hacer reír, ya sea en la vida como en el arte. Por lo tanto, insisto, todo me indica que soy humorista.

Ahora, me tomo como ejemplo y analicemos mi caso. ¿Nací humorista?

¿Se esperaba que yo fuera humorista por herencia, ya que mi padre, mi madre, mi hermana o algún pariente cercano se dedicó a hacer reír?

No.

* ¿Hubo algún presagio, un vaticinio, una profecía, una predicción o alguna señal divina, esotérica o mitológica anunciando que yo iba a ser humorista?

No.

* ¿Mi familia hizo algún pacto, una promesa, un juramento, firmó un contrato, un convenio, o se propuso, incluso antes de mi gestación, formarme como humorista?

No.

* Cuando el doctor me agarró por las piernas y golpeó mis nalgas en vez de llorar, ¿me eché a reír?

No.

* Lo normal es que un bebé sonría por cenestesia el primer mes, o sonría por estímulos táctiles como masajes, cosquillas, etcétera, y un mes después lo haga por estímulos visuales. ¿Yo sonreí desde el primer día de nacido, cuando me tocaban para lavarme o limpiarme “aquello”?

No… ¡No!

* Según el Dr. McGhee, investigador norteamericano, después del segundo mes y por varios más, el bebé sonríe cuando reconoce objetos como las caras de sus padres o hermanos. ¿Yo sonreí o reí acaso en esa etapa, al ver el rostro de mis familiares haciendo muecas tontas y balbuceando sandeces para hacerme reír, o al ver la cara de un clown desteñido o el rostro de Einstein sacando la lengua?

No.

* Entre la semana 10 y 20, aparece por primera vez la risa en la interacción entre el bebé y su cuidador, asegura Alan Fogel, psicólogo e investigador norteamericano. ¿Yo me reí a carcajadas en la primera semana? ¿O me reí con mi cuidador o con la vecina de mi cuidador, por ejemplo?

No.

* ¿Durante mi niñez, me reí de chistes de nivel universitario? ¿O hice reír a humoristas profesionales, a ancianos académicos, o a algún público especializado?

No.

* ¿Entonces se puede asegurar que nací predispuesto a la risa o con un don especial para hacer reír?

Sí… es broma. ¡Claro que no!... Mejor dicho, no lo podría afirmar.

¿Por qué? Porque para saberlo habría que esperar a crecer, y ahí captar si realmente nací con vis cómica, con un don especial; es decir, si poseo o no una tremenda facilidad para producir risas, para crear humor.

Entonces, en lo que esperamos a que yo crezca (si es que lo hago algún día), busquemos más sustancias para responder la pregunta del título.

Ejercicio mental:

l) Crezco y todos ven que nací así, con esa gracia, esa vis cómica, ese talento para hacer reír. O quizás nadie lo note de inmediato, pero haciendo mi camino en la vida advierto de repente que puedo ser alguien con la capacidad o habilidad de hacer reír. Para mí entonces es simple, si me dicen o me doy cuenta de que poseo ese don, perfecto. Pero si después de tener conciencia de ello, me paso la vida sin desarrollarlo, sin estudiar y aprender los lenguajes por donde canalizar ese humor y sin cultivarme más profundizando en el mundo que me rodea, sin dudas seré una persona simpática, lograré caer bien, hasta tendré cierta habilidad para la risa y “el pasarlo divino” en reuniones y fiestas. Incluso puedo hacerme profesional del humor. Quizás salga a escena y al público le dará risa de solo verme, pero al escucharme y ver que...

a) Repito chistes viejos.

b) Cuento los extraídos de Internet.

c) Me aprovecho de hacer crítica social y/o política obvia, sin elaboración artística, de esas que no sacan mucha risa, pero deja a la gente contenta y aplaudiendo por ser un tema tabú.

d) Agredo con mis “gracias” groseras, acompañadas de gestos y movimientos obscenos, provocando quizás algunas risas, porque públicos con mal gusto siempre hay.

e) Me presento en un escenario sin conocer las leyes del arte teatral, del arte de la actuación, y también haga reír a varios ignorantes o incautos.

Entonces, aunque haga reír, en uno o en todos los casos anteriores, evidentemente, seré un mediocre humorista y a la larga el público se dará cuenta.

En los casos literarios y gráficos lo anterior no sucede, porque si no pueden escribir o dibujar bien, lo lógico es que no les publiquen sus obras. Pero sabemos que esos mediocres se las arreglan para publicar sus trabajos y conseguir agredirnos con sus obras, aunque sea aprovechando la permisividad de Internet.

II) Por otro lado también existe la posibilidad de que no nazca con esa vis cómica, con ese don especial, pero al crecer hice un gran esfuerzo y me cultivé a conciencia. Y llego a ser alguien agradable, bastante gracioso, que también le caeré bien a la gente. Incluso me convertiré en un profesional del humor. Y cumpliré con mi rol, llegando a ser un buen humorista, aunque jamás llegue a ser uno excepcional. Humoristas así los conocemos, porque son muchos (y no digo lamentablemente, si no ¡por suerte¡).

III) Claro, están los que ni nacen con ese don, ni se cultivan después, y aún así insisten en ser humoristas. ¡Terrible! ¿Qué hacer con ellos? Por desgracia, los miembros de esa fauna, con su mal gusto, mediocridad, intelecto ramplón y su vulgaridad, tienen la “buena fortuna” o la habilidad de saber “venderse y colarse”, siendo muchas veces los que más “pantalla” tienen.

¿Cómo defendernos de éstos últimos? Subiendo el nivel educacional y cultural de los receptores, supongo. Pero mientras eso sucede, seguimos siendo humoristas todos, los mediocres y los excelentes, ya que me niego a calificar a una persona en humorista o no, en base a su calidad, por lo subjetivo que es la valoración, ¿no es cierto?

IV) También existe otro criterio en clasificar a los que hacen humor en "cómicos", porque hacen chistes, o gracias superficiales, o gags físicos, o infantiles, o humor simplón, etcétera, y en "humoristas" a los que hacen humor para pensar, inteligente, elaborado.

A mí, desde el punto de vista teórico, no me satisface esa clasificación, y no solo porque las fronteras son subjetivas, sino porque ambos grupos tienen su razón de ser en crear o interpretar humor con el objetivo de hacer reírsonreír o lograr sonrisas interiores y eso los integra a un mismo conjunto.

Ojo: el concepto de sonrisa interior es muy importante y me detengo un momento aquí para explicarlo, porque será necesario que quede claro para las reflexiones que haremos más abajo.

Existe un "proceso cómico" en una persona, que va desde que percibe una información que se hace incongruente con la que se tiene. Las neuronas de la persona resuelven ese enigma, se descubre que es un chiste, una gracia y se "celebra" el descubrimiento con segragación de hormonas que provocan placer y eso hace que exteriormente surja la risa o la sonrisa. Hasta aquí es el "proceso cómico", según Rod A. Martín, "Psicología del Humor" (2008).

Pero, en el caso en que ese placer producido por las endorfinas no alcance (con intención o no de que suceda), para producir risa o sonrisa, de todas formas sí hay placer igual y a eso le llamamos sonrisa interior. Una "sonrisaplacentera que no se exterioriza.

Aclarado este punto, continuamos.

Para mí, desde el punto de vista teórico, es humorista un payaso de circo de barrio y es también humorista un Quino, un Chaplin, un Mark Twain, etcétera. Claro que sé las diferencias en la calidad de sus formas y contenidos y en lo que se logra (que en los segundos es más que una simple risa).

Y si alguien tiene la intención de hacer humor sin buscar la risa, la sonrisa o la sonrisa interior, está haciendo otra cosa (buena o mala, no importa), pero no es humor. Que se busque otro término para calificarlo. Si acepto que se hace humor, sin el objetivo de hacer reír o sonreír, se me abre un mundo demasiado amplio y caótico en lo teórico, y no puedo aceptarlo. No lo entiendo.

Llegados a este punto creo que es importante ilustrar estas clasificaciones de humoristas con un ejemplo. Veamos este:

"Un humorista va por la calle un día cualquiera de su vida y observa a una persona caminando por la acera de enfrente que pisa una cáscara de plátano, pierde el equilibrio y después de algunos aparatosos movimientos, se cae. Este humorista se ríe para sí (por respeto) y enseguida se le ocurre reproducir esa caída ante su público si es un humorista escénico o plasmarlo en un dibujo si es uno gráfico."

Variantes:

a) El humorista no nació con vis cómica. Entonces al imitar la caída que vio -en escena o en cartulina-, logra producir alguna risa o sonrisa.

b) El humorista nació con vis cómica. Entonces al imitar la caída que vio -en escena o en cartulina-, casi seguro logre producir más risa o sonrisa que el del punto "a".

c) El humorista no nació con vis cómica, pero se esforzó, estudió y se superó en el arte y en la vida. Entonces, al imitar la caída que vio -en escena o en cartulina-, quizás logre ser mejor humorista que los de los puntos "a" y "b".

d) El humorista nació con vis cómica y además se esforzó, estudió y se superó en el arte y en la vida. Entonces, al imitar la caída que vio -en escena o en cartulina-, casi seguro logre ser mejor humorista que los de los puntos "a", "b" y "c".

Pero existe otro punto en esta clasificación. Llamémosle entonces el humorista "e". Para explicarlo mejor debo agregar algo al ejemplo que estamos usando:

"Un humorista va por la calle un día cualquiera de su vida y observa a una persona caminando por la acera de enfrente que pisa una cáscara de plátano, pierde el equilibrio y después de algunos aparatosos movimientos, se cae. Este humorista se ríe para sí... (aquí entra la modificación)... Observa en ese momento que la persona caída es un anciano, o que en la caída la persona se golpeó fuerte y hasta hay sangre involucrada. Entonces enseguida el humorista deja de reír y siente lástima, pena, por la persona caída (esto lo afirmó Henri Bergson hace más de cien años en su ensayo "La Risa". Dijo que una emoción puede inhibir totalmente la risa). Así que tenemos que el humorista observa algo que antes no vio; es decir, se dio cuenta de la indefención del anciano, o de lo importante que es no botar la basura en la calle, o de lo poco humano que era solo reírse de esa caída, por poner tres ejemplos de pensamientos, de conceptos. Algo que no hubiera sucedido tan nítidamente en él si no hubiese sido por la risa que le dio la caída. Y de repente, el humorista se ilumina, se le ocurre una idea genial: reproducirá la caída -en escena o en cartulina-, con el objetivo de producir risa o sonrisa, pero además, hará que de inmediato se produzca en el público otro pensamiento, otro concepto a tener en cuenta y por ende otra emoción derivada de eso, que inhibirá la risa o sonrisa -como le sucedió a él-, y conseguirá así que su público piense y sienta más sobre un contenido importante que desea comunicar (el cuidado de los ancianos, el aseo de las áres públicas, la deshumanización, o lo que sea). Porque quizás si no utiliza el humor y dice su mensaje directamente "en serio", no logrará que el público le ponga tanta atención al mensaje, ya que este dimensiona mejor, porque va desde lo más "frívolo" como puede ser la ligereza de la risa, hasta la llegada del análisis del concepto y su correspondiente emoción; es decir, el contenido total y subrayado. En fin, que quizás podemos afirmar que el humor refuerza la intención de dar un mensaje. Por ejemplo, si le decimos a alguien: "hace un rato iba por la calle y se cayó un anciano", quizás no le produzca a esa persona la mismo intensidad de pensamiento y sentimiento, que si antes me río con esa persona de la caída y después le informo que era un anciano o se golpeó fuerte. Ojo, recordar que todo es quizás".

Conclusión:

Tenemos que el humorista "e", es el que además de tener la intención de hacer reír o sonreír, tiene la otra intención de hacer pensar y sentir también otros mensajes. En otras palabras, éste humorista usa el humor como medio para conseguir otra meta y no lo usa como los otros, como un fin, el de hacer solo reír o sonreír.

¿Cuál es mejor humorista? ¿El "a", el "b", el "c", el "d" o el "e"?

Ya vimos que sin importar si alguien nace o no con vis cómica, pero se esfuerza, estudia y se supera, logrará ser un mejor humorista; es decir, conseguirá hacer reír o sonreír más, porque esa era su intención.

Pero si su intención es hacer reír o sonreír y además hacer pensar y sentir otro mensaje, es otra variante. Incluso puede ser que tenga más, o mucha más, intención en hacer pensar y sentir dicho mensaje que intención sola de hacer reír. No importa, porque siempre hace humor primero.

Yo no compararía ambas clasificaciones porque tienen intenciones diferentes. Para mí los dos son humoristas.

Por supuesto, yo no tengo la verdad, ni creo que nadie la tiene 100%. Este es un campo aún en estudio, en investigación y espero que en un futuro se despejen bien estas dudas. A eso me refería con ese "quizás" que le puse "ojo".

Mientras tanto, yo especulo como cualquier hijo de vecino. Y comparto esta conjetura aquí, para provocar que se profundice sobre esto.

Pero independientemente de la teoría, sí me interesa que cada día hayan más humoristas, sea que nos hagan solo reír a carcajadas, o sea que nos haga pensar y sentir más allá de la risa. Sean bienvenidos todos, porque todos necesitamos pensar, claro; pero hay mucha gente que necesita solo reír también.

 

Nota: Estas reflexiones sobre tantos puntos teóricos sobre el humor, solo son posibles por el apoyo, la colaboración y el aporte sólido de mi hijo Alex (co-editor conmigo de humorsapiens.com).

 

Copyright © Pepe Pelayo. Publicado en Humor Sapiens con el permiso de su autor. Reservados todos los derechos.