Estamos familiarizados con la caricatura desde muy pequeños. La apreciamos casi a diario y quizás con mayor frecuencia en los medios de comunicación. Pero realmente no solemos preguntarnos qué es la caricatura.
La caricatura es un caso particular o recurso específico de la parodia ―por tanto es una forma de burla―, que consiste en simplificar los rasgos del modelo, abstrayendo y exagerando los más representativos o sobresalientes. La definición de este término suele aplicarse, en su empleo común, sólo al humor gráfico, pero cualquier lenguaje es capaz de caricaturizar.
La caricatura puede limitarse a rasgos puramente formales, externos, o incluir características de fondo, con una intención interpretativa y aun valorativa ―si se trata de personas (o personificaciones, como en el caso de los animales)―. De acuerdo con esto puede abarcar desde el puro juego formal hasta la crítica y el ataque. De cualquier modo, es por su forma el caso o recurso paródico más evidente, y que más fácilmente provoca el placer humorístico. (Es por ello que las dictaduras suelen ser especialmente refractarias a la caricatura de sus figuras principales, y a veces la prohíben). Todo es caricaturizable, pero, como en el caso de la parodia, es difícil caricaturizar a alguien de rasgos muy armónicos, o, por el contrario, de rasgos tan extremados que se le perciba ya por sí solo como una caricatura.
Aramís Quintero
Pepe Pelayo