Entrevista a Pible

Entrevista a Pible

"La magia de hacer humor con el lenguaje"

Imaginémonos un juego donde hay diferentes partes de animales. Entonces agarramos las patas de un gallo y se la pegamos al cuerpo del gallo. Después tomamos la cabeza del gallo y se lo pegamos a las patas y al cuerpo que teníamos ya unidos y así conseguimos armar un espléndido gallo. Todo bien. Pero si queremos hacerlo gracioso tomamos las patas del gallo y la colocamos en la cabeza y donde iba ésta ponemos el cuerpo. Resultará un animal absurdo y nos reiremos. Pero también podemos hacer otra cosa: agarramos las patas del gallo y las pegamos al cuerpo de una vaca y a eso le agregamos la cabeza de un pez y obtendremos un animal extrañísimo que nos podría dar risa de igual manera. Todo depende de nuestro sentido del humor. Entonces, mientras más creatividad y sentido del humor tengamos, mejor será el juego; es decir, nos brindará más placer, nos divertiremos más y hasta incluso nos podrían hacer pensar.

Pues más o menos eso mismo pasa con las palabras si jugamos con ellas. Las partes de cada animal serán las letras que forman una palabra y entonces la cambiaríamos formando nuevas palabras cómicas, eliminando o añadiendo letras, también intercambiando el orden de las palabras en frases y oraciones, o usando palabras con dos significados distintos. Pero no sólo palabras escritas, nos podríamos divertir también jugando con los sonidos de las palabras.

Con el afianzamiento de la lectura a partir de los siete u ocho años, el niño debería dominar en mayor medida los recursos lingüísticos que sustentan el humor. Supongo que los jóvenes y los adultos que lean este texto lo dominan a la perfección (cruzo los dedos para que así sea).

Informo que los juegos de palabras tienen nombres. Son nombres que provienen del griego. Los griegos jugaban mucho con las palabras en la Antigüedad. Después fueron abandonando esos hábitos y comenzaron a jugar con otras cosas, hasta que jugaron con el dinero, como la distribución del ingreso fiscal, etcétera y terminaron con la crisis de su moneda, que “de dragma, pasó a traggedia” (un humilde jueguito de palabras para estar a tono).

Pero volvamos a los juegos de palabras con nombres heredados del griego. Por ejemplo, podríamos aventurarnos sin problemas en la creación de: un retruécano (mover de su lugar las palabras en las oraciones), un calambur (modificar sílabas), una paronomasia (palabras que suenan parecido), un oxímoron (dos conceptos opuestos en una sola expresión), un doble sentido (coincidencia verbal para construir un mensaje ambiguo que puede ser entendido, como mínimo, de dos maneras diferentes), una polisemia (palabras con más de una interpretación diferente), una metátesis (intercambiar dos letras, o sílabas en el interior de una frase, generando otra de distintos significados con resultados ridículos), u otras como: palíndromos, lipogramas, acrósticos, acrónimos, lapsus linguae, perogrulladas, onomatopeyas, centones, criptogramas, anacronismos, homofonías, paráfrasis, anadiplosis, tautogramas, anfibologías, homeoteleutones, anagramas y la lista sigue.

Si deseamos saber en qué consisten al detalle esos juegos de palabras, busquemos su significado, en serio, y dispongámonos a crear, porque es relativamente fácil hacerlo.

Lo más difícil es crearlas con comicidad e ingenio.

Me atrevo a afirmar aquí que leer, escuchar y gozar con frecuencia estos pasatiempos que se realizan con las letras y las palabras, nos favorecen muchísimo el desarrollo de la creatividad, las habilidades del lenguaje, la redacción, la ortografía y el vocabulario. Pero no sólo eso, también nos desarrolla la agudeza de pensamiento, el sentido del humor y la imaginación. Por ello es vital el consumo y la creación de estos juegos.

Entonces, lo más lógico es conseguirnos un maestro. Pero no uno cualquiera, mínimo debe ser un Maestro Internacional o -¿por qué no?-, un Gran Maestro, como en el Ajedrez, con un ELO altísimo; es decir, que sea muy ELOcuente y ELOgiado (otro modestísimo jueguito de palabras).

Pues si buscamos ese perito, ese experto en la materia, nos encontraremos a Pible (Pablo Garí, Cuba, 1952, humorista escénico, audiovisual y literario, radicado en Miami).

Parodiando un poco las definiciones de juegos de lenguaje del filósofo y lingüista austriaco, Ludwig Wittgenstein: las reglas en la creación de los juegos de palabras de Pible, son: cambiar una regla, quitar o añadir otra, o cambiar de juego. Porque existen diversos tipos de juegos de palabras. En resumen, con él no hay reglas que valgan, porque en ese torrente incontenible de su producción, es imposible un orden (por suerte).

Con Pible nos conocimos cuando ambos dábamos los primeros pasos en esto del humor. Incluso “militamos” juntos en el grupo “La Seña del Humor de Matanzas”, en Cuba (“Ama a tu país natal aunque hayas nacido en otra parte”, recuerdo ahora uno de sus grafitis). Allá en La Isla escribimos juntos varios guiones y hasta artículos y ensayos laureados a nivel nacional. Después nos volvimos a unir en Chile durante algunos años. Y desde que vive en Miami no hemos perdido el contacto, compartiendo buenos ratos por allá. Lo he seguido en todos sus logros. En fin, que conozco muy bien su carrera en el humor. Por ello, quizás sepa de antemano la mayoría de lo que me diránen este diáloco. Sin embargo, quiero dialocar con él para aportar, aunque sea un poquitín, en que la gente conozca mejor a uno de los humoristas cubanos más importantes de los últimos 40 años (por lo menos). Uno que admiro y respeto, y que además lo considero un gran amigo.

 

PELAYO: Tu te presentas en televisión, radio y “en vivo” en distintos escenarios, pero también escribes guiones para ti mismo y también lo has hecho para otros colegas. Además, publicas libros. ¿Con cuál de esas actividades te diviertes más? ¿Con cuál te sientes más realizado como creador? ¿Por qué?

PIBLE: Yo creo que todo es una cuestión de tiempo. Hubo un tiempo en que disfrutaba escribir libros… y publicarlos ni se diga… aparecer en televisión siempre fue un sueño… espero que no se convierta en pesadilla… la radio es un medio que tiene sus encantos… escribir para otros es divertido… siempre y cuando los otros te respondan… Me divertí mucho como libretista del comediante chileno Álvaro Salas y del comediante cubano Alexis Valdés. No pretendo ser original al decir que presentarme “en vivo” es lo que más me hace sentirme realizado como creador… Nunca creí que pudiera hacerlo y lo he hecho. Siempre me asusta mucho el enfrentamiento con el público… Pero me consuela pensar que más se asusta el torero al enfrentarse con el toro (y viceversa).

 

PELAYO: Muchos humoristas y especialistas (entre ellos yo) consideran que tienes un don excepcional para crear chistes y juegos de palabras, como señalé en la introducción. De verdad que no he conocido a nadie como tú con ese talento, con ese ingenio, para crear humor de esa manera. ¿Cuándo te diste cuenta de que lo tenías? ¿Cómo explicarías el proceso que sucede en tu cabeza cuando produces ese alud inagotable de gracias?

PIBLE: Ante todo, muchas gracias. Que tú, llamándote Pepe, me digas eso, me resulta un verdadero Eulogio… un Eulogio inaguantable de grasa (mejor dejamos los “jugos” de palabras). No podría explicar el proceso que ocurre en mi cabeza. Como no podría explicarlo María Antonieta después de su pequeño percance con la guillotina. Lo hago como un ejercicio de lenguaje. Quizás el hecho de haber estudiado para convertirme al profesorado de español y dedicarme, por supuesto a otra cosa, me ha servido bastante. A veces se me ocurre un juego de palabras… busco el origen semántico, y resulta que viéndolo de esa forma la gracia se convierte en obviedad. Pero no se lo digo a nadie para que no pierda el ministerio (perdón, quise decir el misterio… y si es muy oscuro sería el Misterio del Interior). Dicen que ejercitar la memoria es bueno para combatir el Alzheimer. A lo mejor ejercitar el lenguaje hace bien para mantenerse activo en la práctica del sexo oral. En fin, Pepito, (chistes aparte) siempre he dicho que provengo de una familia tan pobre que mis padres (y mi madre) me decían que Los Reyes Malos no me iban a traer juguetes por haberme portado bien… y así fue como empecé, desde muy niño, a jugar con las palabras. Y en eso sigo… pobre y con alma de niño.

 

PELAYO: Se que has actuado para público de distintas nacionalidades, pero más para públicos cubanos y chilenos. ¿Cuáles son las similitudes y diferencias que notas entre ellos?

PIBLE: Las similitudes son casi las mismas y las diferencias son irreconciliables. Al público chileno le agradezco infinitamente la seriedad con que entienden el humor. Al chileno por lo general, si le gusta un chiste lo aplaude. Al cubano le parece que con dar algunas palmadas ya es suficiente. A lo mejor tiene más que ver con la economía que con el sentido del humor. Aunque, en el fondo, no es más que un asunto de personalidad. El cubano alardea de ser extrovertido y el chileno se vanagloria de su introversión (me refiero al público, que conste). A veces se agradece tanto un aplauso como una carcajada… Por algo dicen que el artista vive del aplauso, sobre todo cuando el público se muere de risa.

 

PELAYO: Dame tu opinión de lo que está sucediendo en el mercado latino con este auge del stand up comedy.

PIBLE: Mi opinión es tan valiosa que temo dártela y que no me la devuelvas… Me resulta curioso que se le llame Mercado Latino a algo en el que ha tenido auge el “Stand Up Comedy”. Hace 17 años que vivo en los Estados Unidos (mejor dicho; en Miami) y ni la vez que estuve en New York vi a un gringo diciendo que hace “Comedia en Vivo” en la ciudad que no duerme. Por cierto, ni te cuento las veces que me he quedado dormido viendo en You Tube a algunos de esos “standuperos” que han contribuido al auge del “Stand Up Comedy” en el “Latin Market”.

 

PELAYO: Pregunta de moda: ¿piensas que hay límites en el humor?

PIBLE: Respuesta a la antigua. No puede haber límites. Y mientras la tierra sea redonda habrá que seguir dándole vueltas al asunto. Y si los hubiera, esos límites tendrían que ser impuestos por la inteligencia de los humoristas o por la pacatería del público. ¿Qué te parecen, Pepe, estos versículos sobre los límites en el humor? Ponlos en tu muro de Facebook para fastidiar a los arqueólogos de futuras generaciones cuando los encuentren:

No lo hago por empatar,

ni por llamar la atención.

Una cosa es ser juglar

y otra cosa es ser bufón.

Shiko Buarque Yolanda.

 

PELAYO: ¿Sientes que te falta hacer algo en el humor que no has hecho aún? ¿Te gustaría incursionar en otra modalidad artística como humorista?

PIBLE: Me encantaría. ¿Te imaginas? Hacer algo por lo que te paguen sin tratar de hacer reír a nadie. Sería fabuloso. ¿Pero, qué?

 

PELAYO: ¿Qué pregunta te hubiera gustado que te hiciera? ¿La quieres responder?

PIBLE: Me hubiera gustado que me preguntaras: ¿Por qué te dicen Pible?... Y no te la quiero responder… para que los arqueólogos de futuras generaciones, cuando se encuentren este diáloco, se queden con la intriga. La misma intriga con la que se preguntarán al ver mis versos en tu muro de Facebook… ¿Quién coño habrá sido el Shiko Buarque Yolanda ese?

 

PELAYO: No sé, pero creo que quedó así, como eternamente Yolanda. y es bueno, sé que llena estadios.

PIBLE: Pepe, un día, hace de esto muchos años, iba yo para el estadio Sandino en Santa Clara a ver un juego de pelota, mi esposa Emma se asomó a la ventana y me gritó: “Pible, regresa… ven que están poniendo a La Seña del humor en la televisión”. Regresé a la casa y vi a mis ídolos… ¿Quién me iba a decir que yo sería parte de ese grupo algún día?... Pepe Pelayo… ¡Usted tiene la palabra! (y no haga juegos con ella).

 

PELAYO: Pible, no, sólo me gustaría agradecerte de corazón por aceptar dialocar conmigo, pero sobre todo por el esfuerzo que hiciste para no responderme siempre en broma.... Y ahora considero oportuno informarles a los lectores de que el libro que Pible y yo publicamos en Cuba: “El cartero en llamas dos veces”, muy pronto lo actualizaremos para volverlo a publicar. Era una deuda pendiente con la gente que no pudo leerlo en esos años.

PIBLE: Y yo considero oportuno también informarles a los lectores que mi libro "Sentencias Píblicas", más los libros y dibujos de Emma, mi esposa, están a la venta online (para Estados Unidos y Canadá),en el website www.elpible.tv (La Tienda de Pible y Emma).

 

PELAYO: Y como somos unos oportunistas, aprovecho para mandarle un abrazo a Emma.... ¡¡Y finalizo aquí nuestro diáloco!!

PIBLE: ¿Somos finalistas también...?

 

Nota aclaratoria: Un diáloco es un diálogo entre dos locos; o lo que es lo mismo, entre dos personas que se dedican de alguna manera al humor.