Se puede bromear sobre todo… pero, lamentablemente, no con cualquiera
En esta ocasión decidí “dialocar” con alguien que admiro mucho. Tuve el honor de entrevistarla en el año 2017 para este mismo sitio, porque ya era una destacada figura dentro del humor gráfico mundial. En el 2018 obtiene el Gran Premio del World Press Cartoon y su obra repercute aún más y hasta el día de hoy no para de coleccionar galardones internacionales.
El año pasado tuve la oportunidad de que aceptara participar en mi serie de videos-documentales sobre teoría del humor, “El bufón ilustrado”, aportando sus experiencias, opiniones y conocimientos.
Ahora, una vez más, la amabilísima Marilena Nardi aceptó conversar para esta página.
Iba a presentarla mencionando que nació en 1966, en Chiampo, cerca de Vicenza en Italia y hablar, como se acostumbra, de sus primeros pasos en el arte, etc., pero pienso que lo mejor es que lo haga ella misma.
PP: Querida amiga, no para quitarme trabajo, ni para hacerte sufrir, porque sé que no es fácil hablar de uno mismo, ¿pero podrías presentarle tú misma a Marilena Nardi, a los humornautas de nuestro sitio?
MN: Nací en Italia, de una familia de orígenes sencillos. A mi padre antifascista y partidista le debo un poco del espíritu rebelde y soñador, a mi madre el más pragmático que me permitió independizarme pronto. A ambos les debo la capacidad de sonreír y disfrutar de las cosas más auténticas de la vida.
Me permitieron trabajar y pagar mis estudios artísticos, una elección que no es nada obvia dados los tiempos y nuestros medios.
Hoy, en pocas palabras, soy una diseñadora que colabora con varios periódicos alternando el humor gráfico, la ilustración y la sátira. Y también soy profesora. Las dos profesiones han sido dos caminos paralelos durante mucho tiempo, pero desde 2003 comencé un curso de ilustración en la Academia de Bellas Artes de Venecia (doy clases allí desde 1992) y los "dos jarrones" han comenzado a comunicarse el uno al otro. En 2018 adopté a mi hijo, que ahora tiene 12 años, y esta elección, como podéis suponer, ha revuelto las cartas de nuestra vida.
PP: No tengo duda de que eres una excelente madre, por la sensibilidad, ternura y fuerza que emana de tu obra. Te felicito de nuevo. Y para continuar conociéndote te pregunto: ¿ha variado, ha evolucionado, su forma de hacer humor desde sus inicios hasta este momento?
MN: Sí, afortunadamente. Bajo todos los aspectos. He cursado estudios artísticos, es cierto, pero el humor gráfico no es una materia escolar y si miro mis dibujos iniciales los veo muy ingenuos, tanto por los contenidos como por el aspecto gráfico. Era buena dibujando, pero ciertamente no era un Mozart de humor gráfico, para decirlo en broma. He tenido y sigo necesitando y deseando evolucionar.
PP: Pues yo disfruto por igual la ópera bufa Don Giovanni, por ejemplo, que tus dibujos. Pero me gustaría saber, ¿cuál ha sido hasta ahora el mejor y el peor momento en tu carrera dentro del humor?
MN: Un momento objetivamente negativo fue cuando en 2010 me demandaron por dos dibujos. El periódico en el que trabajaba me apoyó legalmente y todo salió bien (…5 años después). No sé el mejor momento. He vivido varios momentos importantes a nivel profesional, como el Premio de Sátira Política de Forte dei Marmi o el Gran Premio en el World Press Cartoon, pero lo que recuerdo con más placer es el tiempo compartido, las risas y caricaturas entre compañeros y amigos que conocimos gracias a esta profesión.
PP: Comparto contigo esa opinión, nuestra profesión es muy gratificante, es lo máximo. Y hablando de los humoristas, ¿crees que tienes influencia definida, clara, de colegas vivos o históricos?
MN: Sé que le debo mucho a mis maestros ideales, Quino y Steinberg entre todos. Soy curiosa y miro a varios autores contemporáneos y pasados, incluso de áreas distantes. Entre mis contemporáneos tengo muchos amores: Mattotti, Altan, Holland, Bozzetto… Los quiero mucho, por razones distintas pero no excluyentes. Seguramente yo también bebí de ellos de forma más o menos consciente.
PP: ¿Podrías contarme una anécdota, ya sea graciosa, o ingeniosa, o curiosa, que hayas vivido dentro de tu carrera en el humor?
MN: Hay una anécdota que he contado otras veces. Al principio de mi carrera, envié mi CV. a un periódico. Mecanografiado y, por pereza, firmado sólo "M. Nardi". Había adjuntado algunas fotocopias de mis dibujos y luego obtuve una cita telefónica a través de la secretaria de redacción. No había internet y no había forma de averiguar primero sobre las personas. Cuando me presenté a la reunión, con mi carpeta de dibujos bajo el brazo, el señor que debía evaluar mi trabajo me dijo que no tenía tiempo que perder conmigo, que ya estaba esperando a “un tal Nardi”. Lo dijo mirándome, con gran fastidio, casi con desprecio. Cuando le dije que yo era la Nardi en cuestión y que tenía una cita conmigo, se quedó como estatua de sal. Abrió mucho los ojos y exclamó: "¡¿Eres mujer?!" Probablemente nunca me hubiera dado una fecha si la hubiera sabido desde el principio. Luego se justificó diciendo que le gustaba mi cartel porque era "muy masculino". Para su mentalidad, el adjetivo "masculino" definía una cualidad, en este caso también gráfica. Atesoré lo sucedido y, a partir de ese día, siempre firmé solo con mi apellido.
PP: Buena anécdota, señor Nardi, ja, ja… Y poniéndome serio de pronto: ¿el humor es un arte, amiga mía? Me refiero sobre todo a su característica de “parásito”, ya que sólo aparece dentro de un arte (gráfico, musical, escénico, etcétera).
MN: Nunca pensé en el humor como una forma de arte parasitaria. No me gustaría imaginarlo así, como algo que vive sólo gracias, o a expensas de otra cosa. Quiero pensar más bien que es una forma de arte que encuentra expresión "física" dentro de otras artes. Hay territorios que tienen fronteras borrosas. El humor es uno de ellos: se alimenta de la historia, la actualidad, la literatura, la poesía, la pintura y el dibujo, de la vida y la sensibilidad de quienes lo expresan y lo que de él resulta vuelve a estar disponible para los demás, en un circuito social, continuo y vital. Más que parasitismo, diría simbiosis. Sin duda es un arte.
PP: No estoy tan convencido desde el punto de vista teórico, pero sin dudas tiene un lenguaje propio y como tú dices, se nutre de muchas cosas y hace ese circuito vital. Y dije “parásito”, no porque exista o se alimente de otra cosa, sino porque cuando aparece lo hace a través de una manifestación artística (arte visual, musical, escénica, audiovisual, etc.). Pero sigamos con las formas. ¿Crees que la caricatura personal, la viñeta editorial, la llamada caricatura o caricatura de humor en general, la tira cómica, el cómic, la fotografía de humor (y sus modalidades dentro de ella), etc., son formas que están contenidas dentro del "humor gráfico"? ¿O todas o algunas no caen dentro de ese concepto?
MN: Hay zonas definidas, otras más matizadas y otras decididamente mixtas. Realmente depende de los autores y sus intenciones. Me inclino más por distinguir entre el humor gráfico y la sátira, porque los propósitos son diferentes, aunque las herramientas utilizadas sean las mismas. Ya sea un dibujo, una foto, una caricatura, una tira o un dibujo editorial, es el propósito el que cambia la sustancia. Si la intención es entretener, o incluso sonreír y reflexionar juntos, quizás estemos más en el terreno del humor gráfico. Si en cambio prevalece el aspecto de la denuncia, si por así decirlo, el autor con su dibujo/foto/tira/caricatura “mete el dedo en la llaga” entonces el contexto será el de la sátira y el diseño editorial.
PP: Los teóricos nunca se han puesto de acuerdo en eso, como bien sabes. Y tú opinión es tan válida como el de cualquier otro creador o estudioso. Por eso quería conocer la tuya. Por tal motivo, los humoristas gráficos hacen caricatura personal, o editorial o costumbrista, etc., porque su intención es hacer reír o sonreír, aunque algunos –como tú-, también unen esa intención con la de pensar, pero sin dejar de provocarlo con el humor por muy conceptual que sea la idea, porque de lo contrario no serían “humoristas gráficos”. ¿Estás de acuerdo con eso?
MN: Estoy de acuerdo con el significado de la definición y reconozco que mis dibujos no siempre van con una sonrisa y la voluntad de provocarla. Con mucho gusto pago el precio de no ser una diseñadora humorística "pura": necesito sentirme libre para dibujar con diferentes registros, a veces humorísticos, otras veces melancólicos.
PP: Suerte que tienes tú y en eso te envidio, porque puedes expresarte en diferentes registros. Yo solo puedo crear humor, cuando he tratado de crear algo “serio”, no me agrada ni un poquito. Y escarbando aún más en estos temas, sabemos que el trabajo ideal del humor gráfico es el que muestra una factura perfecta y un contenido que nos hace sonreír y pensar. Pero a menudo vemos una magnífica idea expresada con una factura pobre y viceversa, un trabajo impecable en términos de forma, pero con una idea débil. ¿Cuál de estas dos últimas variantes aceptas mejor? ¿O ninguna o ellas? ¿Por qué?
MN: "Un dibujo es una idea con una línea alrededor". La definición no es mía pero expresa bien cómo las dos cosas, idea y ejecución, deben ir de la mano.
Una idea hermosa necesita un apoyo adecuado, de lo contrario es inútil, se desperdicia. Quizás, un hermoso dibujo aún sin una gran idea, al menos expresa la belleza, la buena ejecución de la que está hecho. Por tanto, si me encuentro por ejemplo formando parte de un jurado y evaluando los diseños de otros, si me veo obligado a elegir, entre las dos posibilidades elijo un diseño bien hecho, aunque la idea sea mínima.
Pero si se trata de mi trabajo, soy mucho más estricto: las dos cosas tienen que ir juntas y trabajo en ello hasta que estoy satisfecha.
PP: ¡De total acuerdo! Las dos cosas deben tener la misma calidad y elaboración. Pero si hubiera que escoger, en el mundo del arte y en este caso del humor, sin dudas una forma sin idea es más aceptable que una idea sin forma. Ahora dejemos la teoría, por favor, y abordemos la parte “práctica”. Por ejemplo, sobre publicar obras de humor gráfico: ¿Hay suficientes espacios? ¿Ves mucha diferencia entre el humor creado para los concursos y el resto? ¿Hay suficiente público consumidor?
MN: Los espacios destinados a periódicos son pocos. Esto se debe a la crisis de la prensa que involucra a todos sus componentes. Hay pocos periódicos especializados, el espacio se ha reducido en los tradicionales. Algunos países son más afortunados, Francia por ejemplo, el público está más atento y dispuesto a comprar y leer periódicos y revistas humorísticas, libros de autor, colecciones, catálogos.
En Italia, tengo la impresión de que vivir en esta profesión es más difícil ahora que hace unos veinte años. Pero también es cierto que Internet ha abierto nuevas oportunidades. Muchos periódicos se resisten en versión digital. Hay que buscar nuevas formas además de la tradicional de publicar en papel. Algunos amigos y compañeros trabajan para programas de televisión, realizan pequeños vídeos animados de carácter humorístico y satírico. Esa podría ser otra forma.
Sobre las diferencias en la producción para prensa y para concursos. Sí, veo muchos de ellos, en términos de calidad. Pero también veo muchos entre competencia y competencia. Fui invitada a formar parte de muchos jurados y puedo decirlo con pleno conocimiento de causa: cada concurso y las elecciones relativas de los organizadores y los jurados tienen especificidades diferentes. Una gran diferencia la marcan las normas de admisión al concurso y los fines del mismo.
En cuanto al público, tengo la impresión de que ha cambiado y, al menos en Italia, ha disminuido. Hay mucha atención hacia los cómics y la ilustración. En este sentido, florecen escuelas, exposiciones y festivales dedicados a estos dos sectores. Veo menos interés en la sátira y el humor gráfico. Especialmente entre los jóvenes, veo esto con mis alumnos, no saben lo que es y les falta el conocimiento incluso de autores históricos o muy populares. Me temo que es porque se informan principalmente desde la web y poco desde los periódicos (que a su vez publican menos dibujos).
PP: Coincido contigo. En Latinoamérica sucede algo parecido. Ahora toca el turno a algo imposible de no tocar. ¿Existe mucha censura en los medios, en los gobiernos y en sectores de la sociedad, el público de estos tiempos? ¿Mucha autocensura? Y para usar la pregunta de moda: ¿cuáles son los límites del humor?
MN: El periodismo serio es incómodo. El dibujante, el diseñador editorial, no es precisamente un periodista (salvo casos puntuales) sino un comentarista y con sus dibujos puede llegar a ser muy fastidioso, así que arriésgate.
La censura siempre ha existido: varía según las leyes, las costumbres y la democracia de un estado. Si el estado no es muy democrático, el trabajo de un diseñador va precisamente en la dirección de ganar un mayor espacio de libertad que será válido para él como para todos. Conocemos países autoritarios donde los periodistas son obligados a silenciar, encarcelados o asesinados. Lo mismo les sucede a los dibujantes.
En Italia sufrimos un fenómeno de censura diferente: no es el Estado el que limita la expresión individual sino algunas formas de poder (políticos, empresarios, grupos económicos, a veces la iglesia, aunque actúe de otra manera) que abusan del arma de la denuncia. A menudo, los periodistas serios que realizan investigaciones se ven bloqueados o retrasados por quejas de las que tienen que defenderse, gastando energía, tiempo y dinero. Los juicios duran años. Más que autocensura, diría que quien escribe y quien dibuja está obligado a ser muy cuidadoso y claro (y lo más blindado posible).
También hay otro aspecto del que me gustaría hablar.
Vivimos en una época en la que priman las imágenes, pero muchas veces la gente no sabe leerlas e interpretarlas.
Para complicar todo esto también está la facilidad con la que las caricaturas viajan en la web, saliendo del contexto para el que fueron diseñadas y terminando bajo la mirada de personas que no comparten el mismo idioma, no tienen herramientas culturales compartidas que permitan ellos para descifrarlos. Se ven, pero no se entienden.
Umberto Eco dijo: "Las redes sociales dan derecho a hablar a legiones de imbéciles. Antes solo hablaban en el bar después de una copa de vino, sin dañar a la comunidad. Fueron silenciados de inmediato, mientras que ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles."
Esas palabras de Eco, las pronunció en Turín, durante la ceremonia de entrega del título honorífico en "Comunicación y Cultura de los Medios".
Entre idiotas o ignorantes el resultado no cambia. Las consecuencias pueden ser una presión muy fuerte sobre los periódicos (con relativo despido de dibujantes o el caso del NYT que para evitar problemas ha elegido el camino de la autocensura: no más imágenes satíricas y caricaturas para no recibir denuncias y sufrir daño económico) o peor aún la masacre de Charlie Hebdo.
Para responder a tu pregunta, los límites del humor dependen de los límites de la inteligencia y la sensibilidad de cada uno. Puedes bromear sobre todo… pero, lamentablemente, no con cualquiera.
PP: Muy de acuerdo contigo y con Eco. Pero abordemos un poco el humor gráfico editorial, específicamente el humor político. Así que te pregunto, políticamente hablando, ¿el humor es de izquierda, de derecha, de ambos o de ninguno?
MN: Comúnmente se cree que el humor es mayoritariamente de izquierda. Y quizás en la izquierda se evidenciaba una mayor libertad expresiva. Sin embargo, creo que es sobre todo una cuestión de inteligencia y honestidad intelectual. Sobre todo para los que hacen sátira: hay que mantener una correcta distinción entre la crítica, incluso dura, y la propaganda política, que por un lado o por otro siempre es esclava.
PP: Mejor dicho imposible. Vamos ya camino a terminar la entrevista. De ahí la pregunta típica: ¿cómo ves el futuro del humor gráfico? ¿Internet es la solución?
MN: Soy docente y solo puedo ser optimista y tener fe en las nuevas generaciones. El humor gráfico duele, pero no creo que muera. Yo creo que se van a inventar otras formas y otros espacios/contenedores. Algo ya se vislumbra: hay una producción más de nicho, con ediciones curadas, destinada a un público de amantes y entusiastas del tema. Y al mismo tiempo vemos otra corriente más popular, más social, que tiene varios modos expresivos y transita entre internet y la autoproducción.
PP: Me gusta ver colegas optimistas. Gracias por eso. Y para finalizar, ¿hay alguna pregunta que no te haya hecho y que te hubiera gustado que te hiciera? Si es así, ¿puedes responderla ahora?
MN: No, no más preguntas. Solo quisiera agregar que me complació reflexionar sobre las preguntas que me hiciste y te agradezco. Fue un tiempo bien aprovechado.
Les deseo buen trabajo y buena lectura a quienes nos leen.
Volveré a contar de mí a través del dibujo, el que no tiene palabras y tiene el "signo muy masculino" ;-)
PP: Ja, ja… Mil gracias, querida Marilena, por responder mis preguntas. Yo sé que hiciste un esfuerzo, al gastar tu valioso tiempo.
Te deseo el mayor de los éxitos y que sigas acumulando premios por estos mundos, merecidísimos por tu enorme talento.






