Entrevista a Doimeadiós

Entrevista a Doimeadiós

"Con una sonrisa bastaría"

En una actividad donde estábamos reunidos todos los humoristas del llamado “Movimiento del nuevo humor cubano” en los años 80, organizándonos como “gremio”, hubo una actuación informal del grupo Sala-Manca, cuyos miembros eran estudiantes o egresados del Instituto Nacional de Arte de Cuba. Haciendo dúo con nuestro querido amigo Jorge Luis González, apareció un integrante nuevo (por lo menos para mí) y me deslumbró. Era la exquisitez de la actuación humorística. Lo fue y lo ha sido siempre. Fui y soy su admirador durante toda su laureada carrera. Además, trabajamos bastante juntos cuando fue Director del Centro Promotor del Humor, después cuando yo me fui a vivir a La Habana y me presentaba con Sala-Manca y finalmente en Chile, cuando él se pasó un tiempo aquí. En fin, me refiero a mi buen amigo Osvaldo Doimeadiós (le diré "Doime" a partir de ahora), Premio Nacional de Humorismo en Cuba. Es un honor poder “dialocar” con él ahora.

DOIME: Gracias Pepe, por la posibilidad de conversar

PP: Amigo mío, eres un hombre de teatro, sin duda alguna. Escribes, diriges y actúas lo mismo dramas que comedias. Y lo haces todo de forma excelente (ya dije que soy uno de tus grandes admiradores). Pero ahí están también los premios, las crítica y tu popularidad que lo avala. Sin embargo, no sé si fue porque tus primeros reconocimientos los recibiste con el grupo Sala Manca (me rectificas si me equivoco), si fue por dirigir el Centro Promotor del Humor por años, o si fue por el Premio Nacional de Humorismo que recibiste, pero da la impresión de que te inclinas más por el humor que por el drama. ¿Por qué?

DOIME: Cuando descubrí la plenitud del ejercicio del humor, decidí seguir ese camino. Fue estudiando en el Instituto Superior de Arte. Mi maestra Ana Viñas, una gran actriz y una tremenda vocación para la comedia. Imagino que por ahí empezó todo. Al humor nada le es ajeno y desde la perspectiva humorística también mi carrera actoral ha crecido.

PP: He sido testigo de eso, tanto viéndote “en vivo”, como a la distancia en videos. Como nos un poco eso de que comenzamos juntos, no podría dejar de preguntarte por aquel boom del humor escénico que surgió en Cuba durante los años 80. ¿Piensas que fue en realidad un movimiento estético, como el de la Nueva Trova, o algo así? ¿Un fenómeno social por las condiciones del país? Lo pregunto de esa manera porque los que surgimos éramos en más de un 90 y tanto % aficionados y ajenos al arte.

DOIME: No creo que haya sido semejante al movimiento de la nueva trova, que estuvo -en su génesis- más articulado. Muchos grupos fueron surgiendo, sobre todo en predios universitarios, y al cabo de algunos años nos descubrimos los unos a los otros. En mi caso reconozco, que ver en La Habana a Les Luthiers fue una gran sacudida que abrió mi espectro. Imagino que también le sucedió a muchos de los que nacimos al humor en esos años. Justo reconocer la influencia que ejerció el humor que escribía Héctor Zumbado, o el humor gráfico del semanario DDT y Virulo con el conjunto Nacional de Espectáculos. Lo curioso sería analizar el denominador común: agrupaciones nacidas mayormente en las universidades, el tipo de humor que se manejaba: humor blanco, sátira social, etc.. Los temas y personajes abordados tenían muchos puntos de contacto, quizás todo ello lo perfilen como un movimiento, potenciado además por las condiciones que vivía el país.

PP: Y sobre el mismo punto anterior: quizás después de la caída del Muro de Berlín muchos colegas comenzaron a hacer un humor más “fácil” (por llamarlo así), por sobrevivencia y para llegarle a más públicos. Te confieso que en mis estudios he comprobado que el humor obsceno, vulgar, simplista y burlón es el más abundante, consumido y apetecido en todos los pueblos y en todas las épocas (incluso el primer chiste que se registra está en esa cuerda). Es larga la explicación, pero es así. Entonces, la pregunta que te hago es la siguiente: si ese humor “fácil” le llega a todos los seres humanos (gran rating asegurado), ¿por qué el boom de los 80 fue en base a un humor blanco, inteligente, más elaborado, y no fue de un humor más “populachero” que iría con mayor seguridad a triunfar?

DOIME: Al menos en Cuba, la pirámide social estaba en el lugar que le correspondía. Vivíamos ajenos al mercado. Un gran capital humano formado en las universidades y supimos crear un público para el tipo de humor que hacíamos.

PP: Dime una cosa, Doime, ¿para ti ha cambiado tu manera o estilo de hacer humor, comparándolo con el de tus inicios? Si es así, explícalo, por favor, en cuanto a forma y contenido.

DOIME: Digamos, que me he abierto a otros segmentos de públicos después que comencé a aparecer en programas de tv, pero creo ser consecuente con el tipo de humor que comencé haciendo. Por ejemplo, lo que más disfruto es hacer espectáculos en grupo, tal y como lo hacía en mis inicios, pero la realidad me ha obligado a hacer unipersonales o propuestas más cercanas al “stand up”. Los contenidos han cambiado en la medida de mis necesidades creativas.

PP: Me alegro que hayas tocado el tema del stand up comedy. Como sé que sabes, desde hace pocos años, sobre todo después que se popularizó el programa de TV español “El Club de la Comedia” en Latinoamérica, hay un enorme auge de la modalidad stand up comedy, como es posible que hayas comprobado en tus giras internacionales. Conocemos los grandes intérpretes de este estilo, sobre todo en el mundo anglo. Sin embargo, en el mundo latino son menos los comediantes con excelencias; es decir, son muchos los mediocres. Al parecer sucede más en ésta que en otra modalidad. ¿Es porque el stand up comedy, en su mayoría, no utiliza el lenguaje actoral, el teatral, ni siquiera el dramatúrgico y eso le da cabida al mediocre más fácilmente? ¿Por qué esa característica en muchos, de pararse ante un micrófono a burlarse con demasiada acidez y hasta con humillaciones a sus víctimas y hasta sazonándolas con vulgaridades? ¿Por qué demuestran tanta soberbia, como si fueran dioses que están por encima del Bien y el Mal? Incluso, se dan tiempo para -dentro de sus rutinas-, hablar en serio y con demagogia de temas sensibles para ganarse el aplauso fácil. No sé si en Cuba sucede, pero en Latinoamérica sí, y bastante. Recuerda que no creo que sea un problema del género en sí mismo, porque de lo contrario no hubiera tan buenos exponentes. Mi pregunta va más dirigida a la cantidad de mediocres que lo practican. Mucho más que los mediocres solistas en escena como monologuistas, cuentachistes, narradores orales, mimos, excéntricos, clowns, etc.. ¿Puedes a teorizar un poco al respecto?

DOIME: En cualquier género, subgénero o modalidad se hacen cosas buenas, regulares o malas sin importar la etiqueta que se le ponga. He visto de todo y no me asusta. Hay que apostar por creer en lo que uno hace. Vivo bastante lejos de lo que está de moda y aunque nunca se escapa a las influencias sí creo que hay cosas del stand up que me son útiles, pero al final nada te salva si no hay una buena idea detrás, si los recursos humoristas no son efectivos y la comunicación no se concreta.

PP: Claro que en todos los géneros hay buenos, malos y regulares. Mi pregunta era porque es un hecho que en esa modalidad abundan más que en otra. Pero como prefieras. Cambio de tema entonces. Mira, sabemos que Álvarez Guedes quiso que lo recordaran por su cubanía en el humor, Enrique Gallud Jardiel (el nieto de Jardiel Poncela) quiere ser recordado por la culturización de su humor, por poner solo dos ejemplos. Y a ti, cómo creador e intérprete de humor, ¿de qué manera te gustaría que te recordaran?

DOIME: Con una sonrisa bastaría.

PP: Veo que estás muy locuaz hoy. Entonces para ir terminando, ¿qué te gustaría hacer o lograr dentro del arte humorístico que no hayas hecho o logrado aún?

DOIME: Hoy casi todos los espectáculos humorísticos están atomizados. Sale uno hace su parte, después el otro y así… me gustaría volver al principio, a una estética más grupal. No por demostrar que se puede, sino por jugar más con las ideas y con el hecho teatral, sobre todo ahora que tengo un poco más de experiencia.

PP: Cierro esta entrevista con una pregunta que a casi todo el mundo le hago al final: ¿se te ocurre una pregunta que deseaste te hubiera hecho? Y si es así, ¿puedes responderla aquí y ahora?

DOIME: Si por alguna casualidad me preguntas el por qué soy tan escueto en mis respuestas, te respondería que le hago caso a mi esposa. Ella dice que hablo mucho en las entrevistas y que tengo que apelar más a la síntesis. En parte tiene razón, hoy la comunicación es más ágil, más de sms, cintillos, titulares etc. La gente que habla mucho en reunión está en “peligro de extensión”…

Gracias Pelayo. Cuídense mucho y te deseo éxitos en cada uno de tus proyectos.

PP: Gracias a ti, amigo mío, porque sé que tu tiempo es muy valioso y amablemente me regalaste un poco. Estoy al tanto de tus triunfos siempre y sé con certeza que obtendrás muchos más. Nos debemos un abrazo de verdad (cuando no sea a más de un metro de distancia). Saluda a tu mujer y tus hijos. ¡Y a cuidarse mucho!