PP: ¿Le gusta que le hagan entrevistas?
VIRULO: No mucho, pero creo que son necesarias
PP: En este año 2014, ¿cómo ves el estado actual del humor en el país donde vive, en televisión, radio, teatro, literatura y gráfica?
VIRULO: En general es pobre, desgraciadamente los medios explotan mucho el humor ramplón, y esto definitivamente crea un gusto por el humor tonto y hueco, la literatura también corre la misma suerte, pero peor pues cada vez la gente lee menos, y creo que en la gráfica se han refugiado los pocos humoristas inteligentes que quedan. En fin, un panorama prometedor y bonito.
PP: En varios países de América Latina se dice: "Mi país es un pueblo de humoristas", "en mi país, tú mueves una piedra y sale un humorista", etc. ¿En el país donde vive se dice lo mismo?
VIRULO: Por supuesto, en Latinoamérica y en Cuba en especial nos consideramos los más graciosos y ocurrentes del mundo, corramos un velo piadoso sobre la realidad y sigamos siendo felices con nuestras creencias
PP: ¿Es verdad la acuñada frase: "Es más fácil hacer llorar que hacer reír”?
VIRULO: ¿Quien dijo esa tontería?
PP: ¿Cuándo decidió hacerse humorista?
VIRULO: Ningún humorista que yo sepa decide ser así, creo que todos venimos con algún tipo de malformación que nos hace expresarnos de forma simpática para nuestros semejantes aunque estemos molestos y enojados, el síntoma más claro para detectar a un humoristas es cuando intenta hablar en serio y los demás se ríen.
PP: ¿El humorista nace o se hace?
VIRULO: Nace y lo hacen
PP: ¿Cuál ha sido el mejor y el peor momento de su carrera hasta el día de hoy?
VIRULO: Ocurrieron el mismo día: Iba yo por una céntrica calle de La Habana, cuando pasé por una escuela de niños entre 9 y 11 años. Los niños estaban formados y se dirigían a sus aulas en la misma dirección que yo llevaba, pero por fuera de la cerca; Al reconocerme los niños me empezaron a saludarme muy cariñosamente y con mucha admiración y entusiasmo, ellos de un lado de la cerca y yo del otro. Como el trayecto era largo, después de los primeros 20 metros se fueron apagando los saludos. Seguimos, ellos de un lado de la cerca y yo del otro, como 10 metros en silencio, hasta que de repente un negrito jodedor me gritó: “¡Virulo cara de culo!”. A partir de ahí empecé a recibir una cantidad de insultos inimaginables, acompañados de proyectiles que me lanzaban los infantes por sobre la cerca. Esto me hizo apresurar el paso y finalmente salir corriendo ante las miradas gozosas de la gente que esperaba el autobús en la calle y que fueron testigos de tan bochornosa escena. Definitivamente el público es muy veleidoso y no hay que exponerse mucho a sus miradas.
PP: Como profesional del humor, ¿se ríe fácil? ¿Con qué tipo de chistes?
VIRULO: No, de repente me puedo reír con una cosa muy estúpida o con una muy inteligente, en general me molestan los chistes demasiado explícitos, pero disfruto de la inocencia.
PP: ¿Alguna anécdota relacionada con su profesión?
VIRULO: Ya la hice en una pregunta anterior.
PP: ¿Con cuáles colegas se identifica?
VIRULO: Con mis amigos
PP: ¿Qué me aconseja a mí como humorista?
VIRULO: Si quieres que te vaya bien: guárdate tus opiniones y dale al público lo que pida, si quieres ser honesto igual: guárdate tus opiniones y dale al público lo que se merezca.