Entrevistas a humoristas

Entrevista a Ramón Fernández-Larrea

PP: ¿Le gusta que le hagan entrevistas?

FERNÁNDEZ-LARREA: No. Pero entiendo que es como conversar con uno mismo, y a mí lo que más me gusta es hablar solo. Es más, si algo me priva en esta vida es hablar conmigo. Creo que soy una de las personas más interesantes que he conocido. Después de hablar conmigo mismo se me quitan las ganas de conocer a otras personas. Soy lo mejor que me ha pasado en esta vida.

 

PP: En este año 2011, ¿cómo ve el estado actual del humor en el país donde vive, en televisión, radio, teatro, literatura y gráfica?

FERNÁNDEZ-LARREA: El humor en los Estados Unidos goza de muy buena salud. Tiene una excelente tradición, con un solo defecto: está en otro idioma.

 

PP: En varios países de América Latina se dice: "Mi país es un pueblo de humoristas", "en mi país, tú mueves una piedra y sale un humorista", etc. ¿En el país donde vive se dice lo mismo?

FERNÁNDEZ-LARREA: Creo que sí, pero lo dicen en inglés.

 

PP: ¿Es verdad la acuñada frase: "Es más fácil hacer llorar que hacer reír”?

FERNÁNDEZ-LARREA: Es cierto. El ser humano tiene una natural disposición para llorar y que lo hagan verter lágrimas. Sospecho que es para que los demás lo vean. Uno llora sin comprender por qué lo hace. Para reír hay que entender de qué se ríe. Y eso cuesta trabajo.

 

PP: ¿Cuándo decidió hacerse humorista?

FERNÁNDEZ-LARREA: ¿Y quién dijo que me hice eso?... Uno hace otras cosas: la cama, la comida. Las mujeres incluso se hacen las manos o los pies, como si hubieran nacido sin ellos. O las cejas. O un peinado. Nadie se hace humorista. Lo que sucede es que de pronto a alguien se le ocurre pagarte para hacer reír, y uno se aprovecha. Eso me da risa.

 

PP: ¿El humorista nace o se hace?

FERNÁNDEZ-LARREA: ¿Y yo qué sé, compadre? A mí por poco me paren en un avión. Luego me llevaron a nacer en un pueblo de Cuba que se había quemado. Y todo sin consultarme. ¿Es gracioso o no es gracioso? Para colmo, me llenaron de apellidos. Por eso no pude casi desarrollarme… El humor es un mecanismo que tenemos los seres humanos para ser humanos. Por eso se tiene ese mecanismo, pero no sé cómo funciona. Es eso: un mecanismo. Creo que el humor es una deformación profesional. Un trauma. Algo con lo que ya viene uno, como mismo nace gente con seis dedos o dos riñones. Es un modo de ver el mundo más deformado de lo que ya está. No sé si se puede operar o extirpar. Lo que sucede es que de pronto a alguien se le ocurre pagarte para hacer reír, y uno se aprovecha. Y ahora me acabo de acordar de que uno nace realmente con dos riñones. Eso me da risa también. El hígado es el que es uno solo. Se pueden tener dos si lo pides en un restaurante. A mí me gusta a la italiana, aunque me gustan más las italianas, con hígado o sin él.

 

PP: ¿Cuál ha sido el mejor y el peor momento de su carrera hasta el día de hoy?

FERNÁNDEZ-LARREA: Cuando empecé. Pero no me acuerdo.

 

PP: Como profesional del humor, ¿se ríe fácil? ¿Con qué tipo de chistes?

FERNÁNDEZ-LARREA:Más bien sonrío. El mejor chiste es la realidad. La comedia humana. Balzac sabía mucho de eso. Pero era francés. A mí no me dejaron nunca ser francés.

 

PP: ¿Alguna anécdota relacionada con su profesión?

FERNÁNDEZ-LARREA:Muchas, pero no me acuerdo.

 

PP: ¿Con cuáles colegas se identifica?

FERNÁNDEZ-LARREA: Chaplin me hace sonreír, pero soy más Búster Keaton. Pierre Richard, Mark Twain, Antón Chéjov, Tintán, Louis de Funés, Monty Python, Slawomir Mrózek (ahí te maté), Woody Allen, Larry David, Seinfield, Mel Brooks, y así subversivamente en orden cronológico.

 

PP: ¿Qué me aconseja a mí como humorista?

FERNÁNDEZ-LARREA: No doy consejos. Antes los cobraba, pero alguna gente fracasó. Recuerda que el humor es un mecanismo. Y si hay algo que no entiendo bien son los mecanismos.